–¿Cuál es su balance tras estos 18 meses al frente de la Corporació?
--Creo que he entrado en un momento de gran cambio del sector audiovisual en general, de grandes cambios del mercado, legislativos y de todo tipo y además en una crisis económica global importante. Por lo tanto, todo el equipo hemos trabajado este tiempo en visualizar qué Corporació se debe hacer para el futuro, que sea viable, de calidad y de servicio público. Considero que estamos poniendo los cimientos, las piedras para poder edificarlo. Creo que hemos de construir un nuevo modelo que sirva para los 10 próximos años.
–¿Pero este modelo no lo marca ya la ley del audiovisal catalana?
--Cuando hablo de un nuevo modelo me refiero a un nuevo modelo de empresas. Tenemos una nueva legislación, pero la Corporació es la misma que nació hace 26 años, con pequeños cambios. Tenemos una plantilla y una forma de trabajar para un modelo de Corporació con empresas muy diferenciadas, grupos informativos diferenciados... No tenemos un grupo como tal, sino una serie de empresas individuales que cada una de ellas, en menor o más grado, ha hecho un buen trabajo. Pero el modelo no es el que establece solo una ley sino lo que se hace después. Y el actual modelo de gestión para TV-3 y Catalunya Ràdio se debe cambiar.
–¿Y cuál es su modelo?
--Una empresa sostenible y de calidad y de servicio público. Creo que la actual estructura es muy compleja, complicada, con unos órganos muy amplios, un consejo de gobierno de 12 personas que tiene el poder ejecutivo, pero colegiado. Debajo de este órgano hay una dirección general y debajo está la misma estructura de antes: cada empresa con su director. Y además hay también un consejo asesor de más de 20 personas... La estructura de gobierno que marca la ley es complicada y no deja claras en muchas ocasiones las funciones de cada uno. Y si la ley no lo deja claro, hace más difícil, a veces, la toma de decisiones.
–¿Esta falta de claridad de quién es el que toma la decisión final influye en el trabajo diario?
--Sobre todo hace más complicado la toma de decisiones. En el día a día vamos trabajando bien, y por eso somos líderes en tele, radio e internet, donde hemos tenido un crecimiento enorme este año. Pero la toma de decisiones para los cambios que seguramente nos tocará hacer está siendo más lenta y difícil que antes porque hay muchos más estamentos.
–¿Hay una colisión entre presidencia y dirección general a la hora de tomar decisiones?
--No, presidencia y dirección general no colisionamos en nada porque estamos trabajando conjuntamente para intentar que esto funcione y, de hecho, trabajamos muy bien. Pero bajo esta dirección hay una estructura hecha hace muchos años muy poco transversal y muy vertical. La ley democratiza la Corporació pero, como empresa y para la gestión diaria, la actual estructura complica y muchas veces no está claro quién debe tomar una decisión.
–¿Cuál cree usted que debería ser la función de los 12 consejeros?
--No lo sé, porque para eso hay legisladores. Lo que sé es que en las empresas los consejeros no son un órgano colegiado ejecutivo, sino que tienen otros trabajos y aconsejan a la dirección, al presidente o al consejero delegado y al director general para sacar adelante las estrategias, las grandes líneas de las empresas, pero no están en el día a día. En la Corporació sí están en el día a día, porque la ley lo dice así.
–Entonces, para que la Corporació funcione mejor, ¿tendría que cambiar este órgano directivo?
--Creo que para que funcione más ágilmente o más como una empresa, tendrían que aclararse las funciones de las personas que están al frente de la Corporació. Lo que a mí realmente me preocupa es la gestión diaria y la toma de decisiones, y la ley establece diferentes órganos de dirección y de gobierno, que a veces, hace más lenta esta toma de decisiones.
–¿Se siente encorsetada?
--No. Trabajo con un comité de dirección en donde están los directores de la radio, de la tele, de nuevas plataformas, de márketing, de gestión y recursos... No, en el día a día no me siento encorsetada, pero sí es cierto que la figura del director general, con esta ley, y tal como lo veo, queda en medio de una estructura anterior, y a veces no se sabe muy bien cuál es su función. Y en un momento en el que se han de tomar muchas decisiones, lo bueno en las empresas es que las cosas estén claras.
–¿Ha planteado con el presidente buscar una solución conjunta?
--Sí, evidentemente, Albert Sáez es perfectamente consciente, como yo, y hacemos todos los esfuerzos para que esto funcione, pero es cierto que después hay un consejo de gobierno con 12 personas... El presidente sabe que esto es complicado.
–¿Y qué propondría?
--Yo no soy la que ha de proponer cómo se hacen las leyes, son los grupos políticos. Lo que sí que puedo es opinar sobre lo que necesita esta casa para gestionar un proceso como en el que estamos ahora, de necesidad de cambios, y de gestión efectiva. Creo que se tendrían que aclarar las funciones de la dirección general, del consejo y de todos los empleados. Yo lo he transmitido a las personas que están trabajando aquí, que se corresponden además con los grupos parlamentarios.
–¿No es especialmente grave que haya estos problemas de gestión en un momento tan crucial para la Corporació, con el apagón en ciernes, la presión de las privadas para suprimir la publicidad en las públicas y, además, la crisis económica?
--Está claro que hay que hacer un cambio, y para ello debe haber un proyecto, y la complicidad de todos. A mí me ha tocado un momento de crisis económica, de fragmentación de mercados. Pero esto me preocupa relativamente. Pero si no hay un proyecto, y una voluntad política y directiva de ir hacia un nuevo modelo, entonces seguramente no hay objetivos. Creo que en estos momentos el reto es tener este modelo nuevo con la complicidad política, de los trabajadores y de la dirección. Si no hay este proyecto sí que entonces me ha tocado un mal momento. Porque yo no soy una persona que esté aquí para hacer de directora general y esperar tiempos mejores. Creo que por responsabilidad no podría hacerlo.
–Entonces, ¿se ha planteado en algún momento dejarlo?
--Lo que ahora me planteo es que necesitamos hacer este proyecto de futuro. De momento, me he planteado cerrar el 2009 bien, trabajar el día a día a fondo, hacer un equipo con el que pueda trabajar y elaborar un presupuesto razonable que permita a la Corporació funcionar bien el 2010. Ahora necesitamos hacer un nuevo contrato programa y plantear un modelo de gestión y de contenidos de futuro. Y es un reto importantísimo que nos hemos de tomar en serio. Es evidente que yo, si no es así, continuar por continuar, tampoco sería el caso.
--Creo que he entrado en un momento de gran cambio del sector audiovisual en general, de grandes cambios del mercado, legislativos y de todo tipo y además en una crisis económica global importante. Por lo tanto, todo el equipo hemos trabajado este tiempo en visualizar qué Corporació se debe hacer para el futuro, que sea viable, de calidad y de servicio público. Considero que estamos poniendo los cimientos, las piedras para poder edificarlo. Creo que hemos de construir un nuevo modelo que sirva para los 10 próximos años.
–¿Pero este modelo no lo marca ya la ley del audiovisal catalana?
--Cuando hablo de un nuevo modelo me refiero a un nuevo modelo de empresas. Tenemos una nueva legislación, pero la Corporació es la misma que nació hace 26 años, con pequeños cambios. Tenemos una plantilla y una forma de trabajar para un modelo de Corporació con empresas muy diferenciadas, grupos informativos diferenciados... No tenemos un grupo como tal, sino una serie de empresas individuales que cada una de ellas, en menor o más grado, ha hecho un buen trabajo. Pero el modelo no es el que establece solo una ley sino lo que se hace después. Y el actual modelo de gestión para TV-3 y Catalunya Ràdio se debe cambiar.
–¿Y cuál es su modelo?
--Una empresa sostenible y de calidad y de servicio público. Creo que la actual estructura es muy compleja, complicada, con unos órganos muy amplios, un consejo de gobierno de 12 personas que tiene el poder ejecutivo, pero colegiado. Debajo de este órgano hay una dirección general y debajo está la misma estructura de antes: cada empresa con su director. Y además hay también un consejo asesor de más de 20 personas... La estructura de gobierno que marca la ley es complicada y no deja claras en muchas ocasiones las funciones de cada uno. Y si la ley no lo deja claro, hace más difícil, a veces, la toma de decisiones.
–¿Esta falta de claridad de quién es el que toma la decisión final influye en el trabajo diario?
--Sobre todo hace más complicado la toma de decisiones. En el día a día vamos trabajando bien, y por eso somos líderes en tele, radio e internet, donde hemos tenido un crecimiento enorme este año. Pero la toma de decisiones para los cambios que seguramente nos tocará hacer está siendo más lenta y difícil que antes porque hay muchos más estamentos.
–¿Hay una colisión entre presidencia y dirección general a la hora de tomar decisiones?
--No, presidencia y dirección general no colisionamos en nada porque estamos trabajando conjuntamente para intentar que esto funcione y, de hecho, trabajamos muy bien. Pero bajo esta dirección hay una estructura hecha hace muchos años muy poco transversal y muy vertical. La ley democratiza la Corporació pero, como empresa y para la gestión diaria, la actual estructura complica y muchas veces no está claro quién debe tomar una decisión.
–¿Cuál cree usted que debería ser la función de los 12 consejeros?
--No lo sé, porque para eso hay legisladores. Lo que sé es que en las empresas los consejeros no son un órgano colegiado ejecutivo, sino que tienen otros trabajos y aconsejan a la dirección, al presidente o al consejero delegado y al director general para sacar adelante las estrategias, las grandes líneas de las empresas, pero no están en el día a día. En la Corporació sí están en el día a día, porque la ley lo dice así.
–Entonces, para que la Corporació funcione mejor, ¿tendría que cambiar este órgano directivo?
--Creo que para que funcione más ágilmente o más como una empresa, tendrían que aclararse las funciones de las personas que están al frente de la Corporació. Lo que a mí realmente me preocupa es la gestión diaria y la toma de decisiones, y la ley establece diferentes órganos de dirección y de gobierno, que a veces, hace más lenta esta toma de decisiones.
–¿Se siente encorsetada?
--No. Trabajo con un comité de dirección en donde están los directores de la radio, de la tele, de nuevas plataformas, de márketing, de gestión y recursos... No, en el día a día no me siento encorsetada, pero sí es cierto que la figura del director general, con esta ley, y tal como lo veo, queda en medio de una estructura anterior, y a veces no se sabe muy bien cuál es su función. Y en un momento en el que se han de tomar muchas decisiones, lo bueno en las empresas es que las cosas estén claras.
–¿Ha planteado con el presidente buscar una solución conjunta?
--Sí, evidentemente, Albert Sáez es perfectamente consciente, como yo, y hacemos todos los esfuerzos para que esto funcione, pero es cierto que después hay un consejo de gobierno con 12 personas... El presidente sabe que esto es complicado.
–¿Y qué propondría?
--Yo no soy la que ha de proponer cómo se hacen las leyes, son los grupos políticos. Lo que sí que puedo es opinar sobre lo que necesita esta casa para gestionar un proceso como en el que estamos ahora, de necesidad de cambios, y de gestión efectiva. Creo que se tendrían que aclarar las funciones de la dirección general, del consejo y de todos los empleados. Yo lo he transmitido a las personas que están trabajando aquí, que se corresponden además con los grupos parlamentarios.
–¿No es especialmente grave que haya estos problemas de gestión en un momento tan crucial para la Corporació, con el apagón en ciernes, la presión de las privadas para suprimir la publicidad en las públicas y, además, la crisis económica?
--Está claro que hay que hacer un cambio, y para ello debe haber un proyecto, y la complicidad de todos. A mí me ha tocado un momento de crisis económica, de fragmentación de mercados. Pero esto me preocupa relativamente. Pero si no hay un proyecto, y una voluntad política y directiva de ir hacia un nuevo modelo, entonces seguramente no hay objetivos. Creo que en estos momentos el reto es tener este modelo nuevo con la complicidad política, de los trabajadores y de la dirección. Si no hay este proyecto sí que entonces me ha tocado un mal momento. Porque yo no soy una persona que esté aquí para hacer de directora general y esperar tiempos mejores. Creo que por responsabilidad no podría hacerlo.
–Entonces, ¿se ha planteado en algún momento dejarlo?
--Lo que ahora me planteo es que necesitamos hacer este proyecto de futuro. De momento, me he planteado cerrar el 2009 bien, trabajar el día a día a fondo, hacer un equipo con el que pueda trabajar y elaborar un presupuesto razonable que permita a la Corporació funcionar bien el 2010. Ahora necesitamos hacer un nuevo contrato programa y plantear un modelo de gestión y de contenidos de futuro. Y es un reto importantísimo que nos hemos de tomar en serio. Es evidente que yo, si no es así, continuar por continuar, tampoco sería el caso.