El filme, que compite por la Concha de Oro, máximo galardón del festival, muestra retazos de la rutina de un miembro de ETA, con su familia o amigos y en el trabajo, antes de reunirse con otros dos etarras y pasar a Francia desde San Sebastián.
'Tiro en la cabeza' está basada en el asesinato, el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton (localidad costera del suroeste de Francia), de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, de 24 y 23 años de edad, a manos de tres miembros de ETA (dos de ellos detenidos posteriormente en Francia) que les reconocieron y les mataron a la salida de una cafetería.
Rosales, ganador de un Premio Goya este año por 'La soledad', explicó que ha pretendido mostrar el "absurdo" de la violencia de ETA. Ante ella, propone "nuevos instrumentos", ya que los actuales no van a llevar a una solución". "No se han explorado todos los resortes de la democracia", estima.
Quiere "introducir nuevas ideas", como "considerar al otro como alguien que también puede presentar su propia visión, aunque parezca difícil". La película, que recibió pitos a la vez que aplausos, fue criticada por ambigua, aunque Rosales aseguró que ha querido hacer un filme "útil" y no ser "complaciente".
"¿Qué hay más absurdo que tener una vida normal y, de repente, encontrarse con dos jóvenes y acabar pegándoles un tiro?", se defendió, tras reconocer que "no es una película fácil" e incluso puede ser "desconcertante". En el filme, grabado en 15 días con actores vascos no profesionales y con teleobjetivos que captan los interiores desde fuera, no se oyen los diálogos, sino el sonido ambiente, principalmente del tráfico
Diálogo de sordos
Pero además del motivo estético, con la imposibilidad de escuchar los diálogos Rosales quiere transmitir que para intentar solucionar el tema de la violencia en el País Vasco, "todo el mundo lanza su discurso, pero nadie escucha al otro, es un diálogo de sordos", explicó a la AFP.
Por eso él intenta "transmitir un discurso moderado" y sugiere un "primer paso": "pensar que el otro también tiene algo que decir, no sólo los partidos políticos, la sociedad civil, la banda (ETA) y las víctimas del terrorismo; empezar a pensar en el otro y esperar que el otro piense en nosotros", explicó.
Por otro lado, el objetivo de mostrar la vida cotidiana de un miembro de ETA es "desmitificar dos percepciones desleales con la realidad", que "el terrorista es una especie de héroe nacional sometido a una terrible tensión por el aparato del Estado y a la clandestinidad" y que es "un psicópata cruel".
Es "una persona normal y como todos, tiene un monstruo dentro (...) el problema es que una ideología hace que el monstruo se active". El filme será mostrado en también en el Museo Reina Sofía de arte contemporáneo de Madrid y en varios festivales en Nueva York, Londres y Madrid.
AFP 23-09-08