
Annan se encontraba este domingo en Moscú en tanto que emisario de la ONU y de la Liga Árabe, para evaluar en qué medida está dispuesta Rusia a presionar a Damasco, su aliado, para poner fin a la violencia. Con ese fin se reunió con Medvedev y con el canciller ruso Serguei Lavrov.
"Quizás sea para Siria la última oportunidad para evitar una guerra civil sangrienta prolongada. Esperamos de verdad que su trabajo concluya con un resultado positivo", dijo el presidente ruso en un encuentro con Annan en el aeropuerto moscovita de Vnukovo, según imágenes de la televisión rusa.
La violencia continúa en Siria. Ante este panorama, Medvedev, quien en breve dejará el cargo en manos de Vladimir Putin, prometió a Annan aportarle "toda la ayuda" posible.
"Contamos de verdad con poder tener la ayuda y los buenos consejos de Rusia", respondió Annan, según una traducción al ruso de sus declaraciones.
La próxima etapa de Annan en su esfuerzo por encontrar una solución al conflicto sirio será China, donde estará el martes y el miércoles.
Por su lado, la diplomacia rusa subrayó en un comunicado la importancia de la "no injerencia" en los asuntos sirios.
"El ministro (Lavrov) ha destacado que en el momento actual la comunidad internacional debe consolidar su cooperación con la misión de Annan. Esto implica la no injerencia en los asuntos internos de Siria y el carácter inaceptable de un apoyo a una de las partes en conflicto", indicó la cancillería.
Rusia y China bloquearon dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaban la represión en Siria, estimando que los occidentales hacían recaer la responsabilidad sólo sobre el régimen sirio pese a que los insurgentes tendrían a extremistas en sus filas.
Finalmente, el miércoles, Moscú y Pekín votaron una declaración del Consejo de Seguridad que apoya la mediación de Kofi Annan para terminar con la violencia y pide a Siria que aplique sin tardar sus propuestas de solución.
El plan de Annan pide el cese de todas las formas de violencia a todas las partes, bajo supervisión de la ONU, así como la entrega de ayuda humanitaria y la liberación de las personas detenidas de manera arbitraria.
Con anterioridad, el presidente estadounidense Barack Obama y el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan abogaron por aportar una ayuda "no militar" a los rebeldes sirios, que incluya equipos de comunicación y material médico, según el consejero adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Ben Rhodes.
Rusia, aliada de Siria desde la época soviética, se mostró en los últimos días impaciente con el régimen de Damasco, al que pidió aceptar "inmediatamente" la demanda del Comité Internacional de la Cruz Roja de instaurar una tregua diaria. También criticó al presidente Bashar al Asad por "el gran retraso" en la aplicación de reformas y advirtió que el conflicto podría degenerar.
Pero Moscú insistió en que la oposición siria y sus apoyos tienen parte de la responsabilidad del conflicto.
Serguei Prijodko, consejero diplomático del Kremlin, consideró que es imposible acabar con el conflicto "sin poner fin al suministro de armas de la oposición desde el extranjero".
"Quizás sea para Siria la última oportunidad para evitar una guerra civil sangrienta prolongada. Esperamos de verdad que su trabajo concluya con un resultado positivo", dijo el presidente ruso en un encuentro con Annan en el aeropuerto moscovita de Vnukovo, según imágenes de la televisión rusa.
La violencia continúa en Siria. Ante este panorama, Medvedev, quien en breve dejará el cargo en manos de Vladimir Putin, prometió a Annan aportarle "toda la ayuda" posible.
"Contamos de verdad con poder tener la ayuda y los buenos consejos de Rusia", respondió Annan, según una traducción al ruso de sus declaraciones.
La próxima etapa de Annan en su esfuerzo por encontrar una solución al conflicto sirio será China, donde estará el martes y el miércoles.
Por su lado, la diplomacia rusa subrayó en un comunicado la importancia de la "no injerencia" en los asuntos sirios.
"El ministro (Lavrov) ha destacado que en el momento actual la comunidad internacional debe consolidar su cooperación con la misión de Annan. Esto implica la no injerencia en los asuntos internos de Siria y el carácter inaceptable de un apoyo a una de las partes en conflicto", indicó la cancillería.
Rusia y China bloquearon dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaban la represión en Siria, estimando que los occidentales hacían recaer la responsabilidad sólo sobre el régimen sirio pese a que los insurgentes tendrían a extremistas en sus filas.
Finalmente, el miércoles, Moscú y Pekín votaron una declaración del Consejo de Seguridad que apoya la mediación de Kofi Annan para terminar con la violencia y pide a Siria que aplique sin tardar sus propuestas de solución.
El plan de Annan pide el cese de todas las formas de violencia a todas las partes, bajo supervisión de la ONU, así como la entrega de ayuda humanitaria y la liberación de las personas detenidas de manera arbitraria.
Con anterioridad, el presidente estadounidense Barack Obama y el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan abogaron por aportar una ayuda "no militar" a los rebeldes sirios, que incluya equipos de comunicación y material médico, según el consejero adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Ben Rhodes.
Rusia, aliada de Siria desde la época soviética, se mostró en los últimos días impaciente con el régimen de Damasco, al que pidió aceptar "inmediatamente" la demanda del Comité Internacional de la Cruz Roja de instaurar una tregua diaria. También criticó al presidente Bashar al Asad por "el gran retraso" en la aplicación de reformas y advirtió que el conflicto podría degenerar.
Pero Moscú insistió en que la oposición siria y sus apoyos tienen parte de la responsabilidad del conflicto.
Serguei Prijodko, consejero diplomático del Kremlin, consideró que es imposible acabar con el conflicto "sin poner fin al suministro de armas de la oposición desde el extranjero".