Miles de socorristas intentaban controlar el fuego, pero nuevos incendios aparecían, con lo que el área afectada creció en 7.000 hectáreas, hasta llegar a las 196.000 hectáreas, señaló el ministerio ruso de Situaciones de Emergencia.
"Durante el último día, la situación en Rusia, particularmente en las regiones del Volga y el Centro, sigue complicada", indicó el jefe de la unidad de crisis del ministerio, Vladimir Stepanov.
El número de muertos pasó de 48 a 50 al descubrirse un cuerpo en una casa quemada en la región de Nijni Novgorod (500 km al este de Moscú) y al morir otra persona en un hospital de la región de Voronej (500 km al sudeste), indicó el ministerio.
"En las últimas 24 horas, 373 incendios han aparecido y 254 han sido extinguidos. Como resultado, hay ahora 589 incendios en Rusia, cubriendo una superficie de 196,000 hectáreas", añadió el ministerio.
Según el ministerio, 162.000 bomberos, socorristas y militares han sido enviados a combatir las llamas que devastan miles de hectáreas del occidente del país, afectado desde julio por una ola de calor sin precedentes.
Al agravarse la situación, el presidente Dimitri Medvedev pasó a retiro a varios oficiales de alto rango de la Marina y amonestó a los altos mandos de la misma por no haber conseguido evitar que un incendio se extendiera a una base militar la semana pasada.
El fuego se extendió a una base logística de la Marina al sureste de Moscú, destruyendo el cuartel general, el departamento de finanzas, 13 depósitos con equipos aeronáuticos y 17 depósitos con vehículos.
Un panel de investigación anunció el jueves que había abierto una investigación criminal de los hechos para determinar si se trataba de "daños mayores por negligencia".
Medvedev, que decretó el estado de emergencia en siete regiones, igualmente ordenó tomar medidas para proteger todas las instalaciones estratégicas, especialmente las nucleares.
Las autoridades enviaron a miles de personas a la ciudad de Sarov, vedada a los extranjeros, para prevenir que la base de investigación nuclear más importante del país fuese alcanzada por un incendio cercano.
Funcionarios señalaron que todo el material nuclear peligroso de la base había sido retirado. "La situación se encuentra bajo control", indicó un funcionario citado por la agencia Interfax.
Durante todo el miércoles Moscú se había visto cubierta por una capa espesa de humo, producto de los incendios, que fue catalogada por expertos médicos como peligrosa para la salud pública. El jueves, sin embargo, el humo había comenzado a disiparse y la visibilidad era mejor.
La concentración de partículas nocivas en el aire no excedía ya los límites aceptables, indicó el organismo de control de contaminación Mosekomonitorng.
No obstante, la canícula no se atenuaba y una vez más los servicios meteorológicos anunciaban temperaturas de 40 grados Celsius en Moscú. La ola de calor podría durar otros cinco días, según los meteorólogos.
La ola de calor ha destruido hasta ahora 10 millones de hectáreas de tierra arable en Rusia y los mercados temen que este importante exportador de trigo tenga que reducir sus exportaciones o incluso suspenderlas temporalmente.
"Durante el último día, la situación en Rusia, particularmente en las regiones del Volga y el Centro, sigue complicada", indicó el jefe de la unidad de crisis del ministerio, Vladimir Stepanov.
El número de muertos pasó de 48 a 50 al descubrirse un cuerpo en una casa quemada en la región de Nijni Novgorod (500 km al este de Moscú) y al morir otra persona en un hospital de la región de Voronej (500 km al sudeste), indicó el ministerio.
"En las últimas 24 horas, 373 incendios han aparecido y 254 han sido extinguidos. Como resultado, hay ahora 589 incendios en Rusia, cubriendo una superficie de 196,000 hectáreas", añadió el ministerio.
Según el ministerio, 162.000 bomberos, socorristas y militares han sido enviados a combatir las llamas que devastan miles de hectáreas del occidente del país, afectado desde julio por una ola de calor sin precedentes.
Al agravarse la situación, el presidente Dimitri Medvedev pasó a retiro a varios oficiales de alto rango de la Marina y amonestó a los altos mandos de la misma por no haber conseguido evitar que un incendio se extendiera a una base militar la semana pasada.
El fuego se extendió a una base logística de la Marina al sureste de Moscú, destruyendo el cuartel general, el departamento de finanzas, 13 depósitos con equipos aeronáuticos y 17 depósitos con vehículos.
Un panel de investigación anunció el jueves que había abierto una investigación criminal de los hechos para determinar si se trataba de "daños mayores por negligencia".
Medvedev, que decretó el estado de emergencia en siete regiones, igualmente ordenó tomar medidas para proteger todas las instalaciones estratégicas, especialmente las nucleares.
Las autoridades enviaron a miles de personas a la ciudad de Sarov, vedada a los extranjeros, para prevenir que la base de investigación nuclear más importante del país fuese alcanzada por un incendio cercano.
Funcionarios señalaron que todo el material nuclear peligroso de la base había sido retirado. "La situación se encuentra bajo control", indicó un funcionario citado por la agencia Interfax.
Durante todo el miércoles Moscú se había visto cubierta por una capa espesa de humo, producto de los incendios, que fue catalogada por expertos médicos como peligrosa para la salud pública. El jueves, sin embargo, el humo había comenzado a disiparse y la visibilidad era mejor.
La concentración de partículas nocivas en el aire no excedía ya los límites aceptables, indicó el organismo de control de contaminación Mosekomonitorng.
No obstante, la canícula no se atenuaba y una vez más los servicios meteorológicos anunciaban temperaturas de 40 grados Celsius en Moscú. La ola de calor podría durar otros cinco días, según los meteorólogos.
La ola de calor ha destruido hasta ahora 10 millones de hectáreas de tierra arable en Rusia y los mercados temen que este importante exportador de trigo tenga que reducir sus exportaciones o incluso suspenderlas temporalmente.