Añadió que, con esta medida, el régimen de Tel Aviv supuestamente pretende apoyar al gobierno regional del Kurdistán frente al Ejército iraquí y a los combatientes de las Unidades de Movilización Popular Iraquíes (Al-Hashd As-Shabi, en árabe).
Suchkov agregó que Rusia no considera “una buena idea” la participación israelí en la reciente crisis iraquí, generada por un polémico referéndum ilegal celebrado por los kurdos, razón por la que Rusia rechazó la solicitud israelí al respecto.
Además, el pasado sábado, la agencia británica de noticias Reuters reveló que Netanyahu está presionando a las potencias mundiales, es decir, a Alemania, EE.UU., Rusia y Francia, para evitar nuevos reveses de los kurdos, que están perdiendo las zonas en disputa con el Ejército iraquí.
Mientras, un funcionario israelí dijo a Reuters que la región del Kurdistán iraquí es “un punto de apoyo” y un “lugar estratégico” para Israel debido a su proximidad con los enemigos de Israel en Teherán y Damasco.
“Estaría bien que alguien les proporcionara armamento, así como cualquier cosa que no les podamos dar, obviamente”, reconoció el funcionario israelí.
Israel ha mantenido lazos militares, de servicios de inteligencia y comerciales, con la región del Kurdistán desde la década de 1960. El apoyo israelí a la separación del Kurdistán de Irak se explica mirando al pasado (buenas relaciones, básicamente secretas) y al presente y futuro (geopolítica).
La escalada de la crisis estalló después de que las autoridades autónomas kurdas iraquíes se negasen a anular los resultados del referéndum separatista del 25 de septiembre. Bagdad no solo considera inconstitucional la consulta —rechazada igualmente por Turquía e Irán —, sino que también acusa a las fuerzas kurdas (Peshmerga) de amenazar la integridad del país.
La Comandancia de Operaciones Conjuntas asegura que las fuerzas iraquíes han tomado de manos de las fuerzas kurdas todas las ciudades de la provincia de Kirkuk.
Suchkov agregó que Rusia no considera “una buena idea” la participación israelí en la reciente crisis iraquí, generada por un polémico referéndum ilegal celebrado por los kurdos, razón por la que Rusia rechazó la solicitud israelí al respecto.
Además, el pasado sábado, la agencia británica de noticias Reuters reveló que Netanyahu está presionando a las potencias mundiales, es decir, a Alemania, EE.UU., Rusia y Francia, para evitar nuevos reveses de los kurdos, que están perdiendo las zonas en disputa con el Ejército iraquí.
Mientras, un funcionario israelí dijo a Reuters que la región del Kurdistán iraquí es “un punto de apoyo” y un “lugar estratégico” para Israel debido a su proximidad con los enemigos de Israel en Teherán y Damasco.
“Estaría bien que alguien les proporcionara armamento, así como cualquier cosa que no les podamos dar, obviamente”, reconoció el funcionario israelí.
Israel ha mantenido lazos militares, de servicios de inteligencia y comerciales, con la región del Kurdistán desde la década de 1960. El apoyo israelí a la separación del Kurdistán de Irak se explica mirando al pasado (buenas relaciones, básicamente secretas) y al presente y futuro (geopolítica).
La escalada de la crisis estalló después de que las autoridades autónomas kurdas iraquíes se negasen a anular los resultados del referéndum separatista del 25 de septiembre. Bagdad no solo considera inconstitucional la consulta —rechazada igualmente por Turquía e Irán —, sino que también acusa a las fuerzas kurdas (Peshmerga) de amenazar la integridad del país.
La Comandancia de Operaciones Conjuntas asegura que las fuerzas iraquíes han tomado de manos de las fuerzas kurdas todas las ciudades de la provincia de Kirkuk.