Miembros del gabinete habrán de reunirse la semana que viene para elaborar una estrategia contra el movimiento internacional de boicot, en momentos en que influyentes empresarios han lanzado una campaña publicitaria para urgir al primer ministro Benjamin Netanyahu a llegar a un acuerdo con los palestinos por el bien de la economía.
El jueves, Oslo anunció que el fondo de inversiones de Noruega, el mayor del mundo, había sacado de su lista a dos empresas que participaron en la construcción de colonias israelíes en Jerusalén Oriental. Se trata de las empresas Africa Israel Investments, un promotor inmobiliario israelí y su filial Danya Cerbus. El fondo, que se nutre de los ingresos del petróleo noruego, ya había excluido a estas dos empresas entre agosto de 2010 y agosto de 2013.
El jueves también se anunció que la actriz estadounidense Scarlett Johansson abandonaba su cargo honorífico de embajadora de la organización caritativa Oxfam, tras participar en una campaña publicitaria de la empresa de refrescos israelí SodaStream, la cual tiene una planta en territorio palestino ocupado.
Estos acontecimientos muestran el creciente éxito de la campaña de boicot del comercio vinculado con las colonias creadas en zonas ocupadas por el Estado de Israel en 1967. Más de 360.000 colonos israelíes viven en Cisjordania y cerca de 200.000 en las zonas de colonización de Jerusalén Oriental. La comunidad internacional considera ilegales todas las colonias en estos territorios palestinos ocupados, independientemente de si han sido o no autorizadas por el gobierno israelí.
El embajador de la Unión Europea (UE) ante Israel, Lars Faaborg-Andersen, dijo a la AFP la semana pasada que, además de las acciones coordinadas de la campaña de boicot, la construcción constante en colonias de los territorios palestinos ha propiciado iniciativas privadas para boicotear productos y servicios vinculados con estos asentamientos.
En Europa, las iniciativas tendentes a pedir etiquetas separadas para los productos elaborados en las colonias se han intensificado cada vez que el Estado de Israel ha anunciado una nueva serie de construcciones.
El ministro de Finanzas israelí Yair Lapid advirtió el miércoles que si se interrumpen las actuales conversaciones de paz con los palestinos, se podría fortalecer al movimiento Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS).
El Estado de Israel depende de sus exportaciones y 33% de sus intercambios comerciales los lleva a cabo con la UE, agregó.
"Aunque perdiéramos sólo un 20% de nuestro comercio con Europa, esto causaría el despido inmediato de 9.800 trabajadores", afirmó.
En mayo, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) estimó que las importaciones de la UE provenientes de las colonias israelíes representaban 229 millones de euros.
Por su parte, Sodastream, la compañía de refrescos que contrató a Johansson este mes, afirmó que no había elegido implantarse en la colonia de Maale Adumim, al este de Jerusalén, sino que la planta ya estaba allí cuando adquirió la empresa en 2007.
"No logro ver cómo se podría ayudar a la causa palestina si los despidiéramos", declaró el director ejecutivo de SodaStream, Daniel Birnbaum, refiriéndose a los trabajadores de la controvertida planta.
Por último, refiriéndose a las sanciones internacionales contra Sudáfrica que propiciaron el fin del régimen racista del apartheid, el periodista Khaled Diab estimó en Haaretz que, "al igual que con Sudáfrica, Estados Unidos tendría que suspender su ayuda militar a Israel hasta que se acabe la ocupación, lo cual podría ser la única y más efectiva acción económica".