¿Cómo fue volver a la comedia romántica?
Bueno, creo que La proposición no es una típica comedia romántica como se las entiende hoy en día. Tiene algo de las películas de los 30 y los 40, como Historias de Filadelfia de Cary Grant y Katharine Hepburn. Era una época en la que la gente no se preocupaba tanto por la belleza y no existía esta obsesión por ser políticamente correcto en todo momento. Abandoné el género porque me hartó: las películas no eran divertidas, por lo que el nombre de comedias no les correspondía, y tampoco eran románticas. Eran completamente huecas.
¿Qué haría si estuviera en una situación como la de su personaje?
Nunca llegaría a estar en semejante situación. Me da demasiado miedo meterme en problemas y que me arresten. No es broma, cada vez que veo a un policía en la calle mientras voy conduciendo tengo la certeza de que alguien me ha puesto drogas en el coche y me entra el pánico...
¿Y qué hay del trabajo de actuación en sí?, ¿todavía disfruta de estar frente a las cámaras?
No lo hago tan seguido como antes y justamente por eso lo disfruto más. Ahora sólo elijo los proyectos por los que vale la pena dejar mi casa.
¿Cómo fue trabajar con Betty White?
Fue fantástico, Betty White es una maestra de la comedia; ya el mero hecho de sentarse con ella en la misma habitación y observarla decir la misma palabra o la misma línea una y otra vez pero siempre de un modo diferente es impagable.
¿Tuvo que lidiar alguna vez con un jefe terrible?
Nunca tuve un jefe como la que me toca ser en la película, pero sí he trabajado para algunas personas peores que ella, jefes atroces. Me dan vergüenza ajena porque puede que sean buenos en su trabajo, pero no tienen idea de cómo los ve el resto del mundo. Una vez que dejas de tomarte sus agresiones como algo personal, te das cuenta de que, en realidad, son como niños tratando de hacer que te sientas tan mal como ellos. Así que comienzas a pensar qué puede ser lo que los hace sentir tan miserables en su vida privada, qué los convierte en seres tan horribles. El peor de todos fue un director para el que trabajé al comienzo de mi carrera. Era una persona espantosa que intentó echarme porque me negué a acostarme con él. Me dijo que era una pésima actriz y que la película estaba naufragando por mi culpa. Más tarde me enteré de que este director siempre era así, pero mientras duró sufrí muchísimo porque todos los días tenía que escuchar lo mismo: "Esto no está funcionando", "es por tu culpa", "el estudio quiere despedirte", "venami habitación, charlemos sobre lo que está pasando". ¿Qué, en tu habitación las cosas irán mejor? Al menos aprendí lo que no hay que hacer.
Bueno, creo que La proposición no es una típica comedia romántica como se las entiende hoy en día. Tiene algo de las películas de los 30 y los 40, como Historias de Filadelfia de Cary Grant y Katharine Hepburn. Era una época en la que la gente no se preocupaba tanto por la belleza y no existía esta obsesión por ser políticamente correcto en todo momento. Abandoné el género porque me hartó: las películas no eran divertidas, por lo que el nombre de comedias no les correspondía, y tampoco eran románticas. Eran completamente huecas.
¿Qué haría si estuviera en una situación como la de su personaje?
Nunca llegaría a estar en semejante situación. Me da demasiado miedo meterme en problemas y que me arresten. No es broma, cada vez que veo a un policía en la calle mientras voy conduciendo tengo la certeza de que alguien me ha puesto drogas en el coche y me entra el pánico...
¿Y qué hay del trabajo de actuación en sí?, ¿todavía disfruta de estar frente a las cámaras?
No lo hago tan seguido como antes y justamente por eso lo disfruto más. Ahora sólo elijo los proyectos por los que vale la pena dejar mi casa.
¿Cómo fue trabajar con Betty White?
Fue fantástico, Betty White es una maestra de la comedia; ya el mero hecho de sentarse con ella en la misma habitación y observarla decir la misma palabra o la misma línea una y otra vez pero siempre de un modo diferente es impagable.
¿Tuvo que lidiar alguna vez con un jefe terrible?
Nunca tuve un jefe como la que me toca ser en la película, pero sí he trabajado para algunas personas peores que ella, jefes atroces. Me dan vergüenza ajena porque puede que sean buenos en su trabajo, pero no tienen idea de cómo los ve el resto del mundo. Una vez que dejas de tomarte sus agresiones como algo personal, te das cuenta de que, en realidad, son como niños tratando de hacer que te sientas tan mal como ellos. Así que comienzas a pensar qué puede ser lo que los hace sentir tan miserables en su vida privada, qué los convierte en seres tan horribles. El peor de todos fue un director para el que trabajé al comienzo de mi carrera. Era una persona espantosa que intentó echarme porque me negué a acostarme con él. Me dijo que era una pésima actriz y que la película estaba naufragando por mi culpa. Más tarde me enteré de que este director siempre era así, pero mientras duró sufrí muchísimo porque todos los días tenía que escuchar lo mismo: "Esto no está funcionando", "es por tu culpa", "el estudio quiere despedirte", "venami habitación, charlemos sobre lo que está pasando". ¿Qué, en tu habitación las cosas irán mejor? Al menos aprendí lo que no hay que hacer.