"Juro ante Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia", dijo Santos, un dirigente de derecha de 58 años que fue ministro de Defensa del gobierno de su antecesor, Alvaro Uribe.
En su discurso de investidura, Santos pidió a Venezuela un diálogo "franco y directo, en el marco del respeto mutuo, de la cooperación recíproca y de la firmeza contra la criminalidad".
Venezuela rompió relaciones con Colombia el pasado 22 de julio, luego de que el gobierno del ahora ex presidente Alvaro Uribe denunció que unos 1.500 guerrilleros colombianos se esconden en ese país, lo que Caracas niega.
"Así como no reconozco enemigos en la política nacional, tampoco en el extranjero. La palabra guerra no está en mi diccionario", afirmó Santos, quien durante estas dos semanas de crecientes tensiones había guardado silencio absoluto.
El presidente venezolano Hugo Chávez respondió poco después, al decir que está "dispuesto a voltear la página completa y mirar hacia el futuro" y ofreció a Santos viajar a Colombia para entrevistarse con él, si el mandatario colombiano no puede ir a Caracas en tres o cuatro días.
Chávez, sin embargo, arremetió contra Uribe, a quien llamó "lacayo del imperio yanqui" y acusó de haber llevado a su país "por caminos de sangre, de guerra", durante sus ocho años de gobierno.
A la ceremonia de investidura de Santos asistió el canciller venezolano Nicolás Maduro, en un gesto de acercamiento del gobierno de Chávez.
También acudió el presidente ecuatoriano Rafael Correa, en lo que constituye su primera visita a Colombia desde que en marzo de 2008 rompió las relaciones diplomáticas, luego de que las fuerzas militares colombianas bombardearon un campamento de la guerrilla FARC en su territorio.
Esa acción, ordenada por el propio Santos cuando era ministro de Defensa, le valió una causa penal en Ecuador, donde un juez lo acusa de asesinato, aunque su nueva investidura le reviste de inmunidad y Correa aseguró este sábado que puede viajar a su país "cuando lo desee".
Los vínculos con Ecuador fueron restablecidos a nivel de encargados de negocios en noviembre de 2009.
Este mismo sábado, Santos entregó a Correa una computadora incautada a las FARC tras el ataque a su campamento de Ecuador, uno de los requisitos de ese país para reanudar plenamente las relaciones.
En su discurso, Santos aseveró que una prioridad de su gobierno será la "unidad nacional" en busca de "la prosperidad social para todos los colombianos".
"A los pobres no los vamos a defraudar, no les fallaremos. Trabajaremos para disminuir la pobreza con la misma fuerza y compromiso con que combatimos y seguiremos combatiendo el terrorismo", prometió el nuevo mandatario, al fijarse el propósito de reducir a un solo dígito la tasa de desempleo actual, de 12%.
En referencia a las FARC, el presidente ofreció un diálogo si éstas abandonan la violencia y cesan los secuestros.
"A los grupos armados ilegales que invocan razones políticas y hoy hablan otra vez de diálogo y negociación, les digo que mi gobierno estará abierto a cualquier conversación que busque la erradicacion de la violencia, y la construcción de una sociedad más próspera, equitativa y justa", aseveró.
Santos, a quien acompañaron su esposa María Clemencia y sus tres hijos, fue juramentado por el presidente del Congreso, Armando Benedetti, en las escalerillas del Palacio Legislativo. Poco antes de la ceremonia, asistió a una misa en Bogotá.
Entre los mandatarios extranjeros se encontraban los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, México, Felipe Calderón, Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, Ecuador, Rafael Correa, Perú, Alan García, y Uruguay, José Mujica, además del heredero de la Corona española, Felipe de Borbón.
En su discurso de investidura, Santos pidió a Venezuela un diálogo "franco y directo, en el marco del respeto mutuo, de la cooperación recíproca y de la firmeza contra la criminalidad".
Venezuela rompió relaciones con Colombia el pasado 22 de julio, luego de que el gobierno del ahora ex presidente Alvaro Uribe denunció que unos 1.500 guerrilleros colombianos se esconden en ese país, lo que Caracas niega.
"Así como no reconozco enemigos en la política nacional, tampoco en el extranjero. La palabra guerra no está en mi diccionario", afirmó Santos, quien durante estas dos semanas de crecientes tensiones había guardado silencio absoluto.
El presidente venezolano Hugo Chávez respondió poco después, al decir que está "dispuesto a voltear la página completa y mirar hacia el futuro" y ofreció a Santos viajar a Colombia para entrevistarse con él, si el mandatario colombiano no puede ir a Caracas en tres o cuatro días.
Chávez, sin embargo, arremetió contra Uribe, a quien llamó "lacayo del imperio yanqui" y acusó de haber llevado a su país "por caminos de sangre, de guerra", durante sus ocho años de gobierno.
A la ceremonia de investidura de Santos asistió el canciller venezolano Nicolás Maduro, en un gesto de acercamiento del gobierno de Chávez.
También acudió el presidente ecuatoriano Rafael Correa, en lo que constituye su primera visita a Colombia desde que en marzo de 2008 rompió las relaciones diplomáticas, luego de que las fuerzas militares colombianas bombardearon un campamento de la guerrilla FARC en su territorio.
Esa acción, ordenada por el propio Santos cuando era ministro de Defensa, le valió una causa penal en Ecuador, donde un juez lo acusa de asesinato, aunque su nueva investidura le reviste de inmunidad y Correa aseguró este sábado que puede viajar a su país "cuando lo desee".
Los vínculos con Ecuador fueron restablecidos a nivel de encargados de negocios en noviembre de 2009.
Este mismo sábado, Santos entregó a Correa una computadora incautada a las FARC tras el ataque a su campamento de Ecuador, uno de los requisitos de ese país para reanudar plenamente las relaciones.
En su discurso, Santos aseveró que una prioridad de su gobierno será la "unidad nacional" en busca de "la prosperidad social para todos los colombianos".
"A los pobres no los vamos a defraudar, no les fallaremos. Trabajaremos para disminuir la pobreza con la misma fuerza y compromiso con que combatimos y seguiremos combatiendo el terrorismo", prometió el nuevo mandatario, al fijarse el propósito de reducir a un solo dígito la tasa de desempleo actual, de 12%.
En referencia a las FARC, el presidente ofreció un diálogo si éstas abandonan la violencia y cesan los secuestros.
"A los grupos armados ilegales que invocan razones políticas y hoy hablan otra vez de diálogo y negociación, les digo que mi gobierno estará abierto a cualquier conversación que busque la erradicacion de la violencia, y la construcción de una sociedad más próspera, equitativa y justa", aseveró.
Santos, a quien acompañaron su esposa María Clemencia y sus tres hijos, fue juramentado por el presidente del Congreso, Armando Benedetti, en las escalerillas del Palacio Legislativo. Poco antes de la ceremonia, asistió a una misa en Bogotá.
Entre los mandatarios extranjeros se encontraban los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, México, Felipe Calderón, Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, Ecuador, Rafael Correa, Perú, Alan García, y Uruguay, José Mujica, además del heredero de la Corona española, Felipe de Borbón.