De izquierda a derecha, Ivica Dacic, Catherine Ashton y Hashim Thaci
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, que estuvo muy involucrada en estas conversaciones, celebró el acuerdo y estimó que acercaba a los dos países a la UE.
"Las negociaciones concluyeron. Los dos jefes de gobierno firmaron el acuerdo. Es un paso más hacia Europa", dijo Ashton.
Las relaciones entre Pristina y Belgrado se enquistaron desde que Kosovo proclamó su independencia en 2008 y Serbia no la reconoció.
"Este acuerdo abre la vía a una normalización entre nuestros dos países, nuestros dos pueblos", aseguró durante una breve rueda de prensa el primer ministro kosovar, Hashim Thaçi.
"Las propuestas de Serbia fueron aceptadas. Firmé una proposición de texto sobre la que las dos partes se pronunciarán en los próximos días para decir si la aceptan o si la rechazan", dijo el jefe de gobierno serbio, Ivica Dacic.
De aquí al lunes se espera una respuesta. Ese día el tema estará en la agenda de una reunión de ministros de Asuntos Europeos que se celebrará en Luxemburgo.
La UE había indicado que sin un acuerdo que normalizara sus relaciones, el futuro europeo de Serbia o de Kosovo se vería comprometido. Belgrado espera obtener un acuerdo para comenzar sus negociaciones de adhesión.
El acuerdo se centra fundamentalmente en la organización administrativa del norte de Kosovo, una región poblada mayoritariamente por serbios que no reconocen la autoridad de Pristina. Dacic recordó que Serbia consiguió que la población local siga controlando la policía y la justicia.
Por su parte, el ministro kosovar de Relaciones Exteriores, Enver Hoxhaj, consideró que este acuerdo permitía a Kosovo "extender su soberanía a través de todo su territorio", incluido el norte.
En Kosovska Mitrovica, en el norte del territorio, los representantes políticos de los serbios de Kosovo exigieron "la organización de un referéndum en Serbia" sobre el acuerdo firmado este viernes en Bruselas.
A la salida de su reunión, la décima desde octubre, los jefes de los gobiernos serbio y kosovar acudieron junto a Ashton a la sede de la OTAN para encontrarse con su secretario general, Anders Fogh Rasmussen.
La OTAN mantiene una fuerza de cerca de 5.000 militares, compuesta esencialmente por soldados alemanes, para garantizar la seguridad en el norte de Kosovo.
Rasmussen calificó de "histórico" el acuerdo alcanzado tras un "largo proceso" que fue "en ocasiones difícil", pero "todos los dirigentes implicados superaron estas dificultades", dijo. "La OTAN continuará garantizando un entorno seguro" en Kosovo, afirmó.
El comisario europeo encargado de la Ampliación, Stefan Füle, celebró un "día histórico para las relaciones serbo-kosovares, para la región de los Balcanes Occidentales y para la Unión Europea". Füle felicitó a Thaçi y a Dacic por "su valentía y su compromiso durante estas difíciles negociaciones", así como a Ashton por "su inversión personal sin respiro y su perseverancia".
Unos 100 países, incluyendo a Estados Unidos y a la mayoría de países de la UE, de los que España no forma parte, reconocieron a Kosovo, que proclamó su independencia casi nueve años después de los bombardeos de la OTAN contra Serbia en la primavera (boreal) de 1999. Esa campaña militar expulsó a las fuerzas serbias que trataban de aplastar a la guerrilla independentista albanokosovar.
"Las negociaciones concluyeron. Los dos jefes de gobierno firmaron el acuerdo. Es un paso más hacia Europa", dijo Ashton.
Las relaciones entre Pristina y Belgrado se enquistaron desde que Kosovo proclamó su independencia en 2008 y Serbia no la reconoció.
"Este acuerdo abre la vía a una normalización entre nuestros dos países, nuestros dos pueblos", aseguró durante una breve rueda de prensa el primer ministro kosovar, Hashim Thaçi.
"Las propuestas de Serbia fueron aceptadas. Firmé una proposición de texto sobre la que las dos partes se pronunciarán en los próximos días para decir si la aceptan o si la rechazan", dijo el jefe de gobierno serbio, Ivica Dacic.
De aquí al lunes se espera una respuesta. Ese día el tema estará en la agenda de una reunión de ministros de Asuntos Europeos que se celebrará en Luxemburgo.
La UE había indicado que sin un acuerdo que normalizara sus relaciones, el futuro europeo de Serbia o de Kosovo se vería comprometido. Belgrado espera obtener un acuerdo para comenzar sus negociaciones de adhesión.
El acuerdo se centra fundamentalmente en la organización administrativa del norte de Kosovo, una región poblada mayoritariamente por serbios que no reconocen la autoridad de Pristina. Dacic recordó que Serbia consiguió que la población local siga controlando la policía y la justicia.
Por su parte, el ministro kosovar de Relaciones Exteriores, Enver Hoxhaj, consideró que este acuerdo permitía a Kosovo "extender su soberanía a través de todo su territorio", incluido el norte.
En Kosovska Mitrovica, en el norte del territorio, los representantes políticos de los serbios de Kosovo exigieron "la organización de un referéndum en Serbia" sobre el acuerdo firmado este viernes en Bruselas.
A la salida de su reunión, la décima desde octubre, los jefes de los gobiernos serbio y kosovar acudieron junto a Ashton a la sede de la OTAN para encontrarse con su secretario general, Anders Fogh Rasmussen.
La OTAN mantiene una fuerza de cerca de 5.000 militares, compuesta esencialmente por soldados alemanes, para garantizar la seguridad en el norte de Kosovo.
Rasmussen calificó de "histórico" el acuerdo alcanzado tras un "largo proceso" que fue "en ocasiones difícil", pero "todos los dirigentes implicados superaron estas dificultades", dijo. "La OTAN continuará garantizando un entorno seguro" en Kosovo, afirmó.
El comisario europeo encargado de la Ampliación, Stefan Füle, celebró un "día histórico para las relaciones serbo-kosovares, para la región de los Balcanes Occidentales y para la Unión Europea". Füle felicitó a Thaçi y a Dacic por "su valentía y su compromiso durante estas difíciles negociaciones", así como a Ashton por "su inversión personal sin respiro y su perseverancia".
Unos 100 países, incluyendo a Estados Unidos y a la mayoría de países de la UE, de los que España no forma parte, reconocieron a Kosovo, que proclamó su independencia casi nueve años después de los bombardeos de la OTAN contra Serbia en la primavera (boreal) de 1999. Esa campaña militar expulsó a las fuerzas serbias que trataban de aplastar a la guerrilla independentista albanokosovar.