"Si eres seductor, conseguirás más objetivos en la vida"


Barcelona, Raquel Quelart. - La seducción es la habilidad de persuadir – mediante la actitud corporal o el lenguaje- a alguien que nos interesa por algún motivo, ya sea en el ámbito de las relaciones amorosas o en el laboral.



"Si eres seductor, conseguirás más objetivos en la vida"
En los últimos tiempos han proliferado cursos para el aprendizaje de las técnicas de esta habilidad o capacidad que en muchas ocasiones nos acerca más al éxito. Conscientes del interés justificado que despierta este tema, Mònica Zambrana, directora de Mon-Cor, Íngrid Pino, psicóloga especialista en relaciones de pareja, y  Virgínia Picó, coach y  psicoterapeuta, han fundado la Escuela de Seducción, con sede en Vilanova i la Geltrú. La institución empezará su actividad el próximo 7 de mayo con el taller “Herramientas del buen seductor”.

¿Qué entendéis por seducción?
Íngrid: Despertar el interés del prójimo, fascinarle, atraerle… Desde un punto de vista positivo quiere decir buscar lo mejor que hay dentro de nosotros, sin perder la autenticidad.

¿Y cuál sería la versión negativa del término?
Íngrid: El engaño, las promesas falsas para conseguir lo que uno quiere o desea.

¿Cuál es el primer paso para seducir?
Virgínia: Saber captar la atención.

¿Y cómo hacerlo?
Virgínia: Mirando dentro de tu interior para saber explotar tus potencialidades, ya sea la voz, la mirada, la manera de vestir, el pelo… A partir de aquí empieza la seducción.

La seducción no sólo se utiliza para enamorar…
Íngrid: No, de hecho, seducir es conseguir lo que quieres utilizando las mejores herramientas, tanto en las relaciones de pareja como en el trabajo. El seductor actúa en todos los ámbitos de la vida y seducir le ayuda a crecer como persona. 

¿En qué beneficia en el crecimiento personal?
Íngrid: Ayuda a alcanzar lo que queremos sin engañar a los demás ni a nosotros mismos.
Virgínia: Es un recurso que se utiliza en el mundo del cine, en el marketing…

¿Qué es lo que más os seduce?
Íngrid: La gente inteligente me parece muy sexy.
Virgínia: Las personas que saben escuchar.
Mònica: Los positivos y extrovertidos. 

Las tres habéis mencionado actitudes o formas de ser, ¿el físico no os seduce?
Íngrid: Es importante, pero no lo es todo. A veces hay personas muy guapas que, cuando abren la boca, pierden todo el encanto. No obstante, una parte de la seducción se base en saber sacar el máximo partido a tu físico.   …
Virgínia: Pero no nos engañemos, la primera imagen cuenta. A mí, por ejemplo, me gustan mucho las manos, aunque depende de cómo se utilicen que me lleguen a seducir.
Íngrid: La sonrisa es lo que más me gusta.

¿De qué depende la atracción por otra persona?
Virgínia: A cada uno nos atraen unos patrones determinados. En el aspecto físico estos patrones pueden ser los labios – finos o gruesos-, los ojos – marrones o azules-, el cabello – claro u oscuro-…

¿La seducción es innata?
Íngrid: Sí, aunque también se puede aprender.  Hay gente que tiene más facilidad para desarrollarla. La biología determina el temperamento, que, a la vez, influye en la extroversión, una característica muy importante a la hora de seducir. También influyen las primeras relaciones con amigos, familia, escuela… Y si esto no ha ido bien, la buena noticia es que la seducción se puede entrenar.
¿Qué es lo primero que hay que tener en cuenta para seducir?
 Íngrid: La observación, hay que saber identificar qué es lo que el otro busca para dárselo. También hay que ser consciente de las propias carencias para trabajarlas.

¿Cuáles son las carencias personales más frecuentes?
Íngrid: La autoestima. 
Virgínia: Sí, la seguridad, el creer en uno mismo, porque mucha gente no valora su potencial.
Mònica: Los identificas porque se mueven con mucha vergüenza, con miedos y les cuesta romper las barreras.

¿Cuál es el error que suelen cometer?
Virgínia: Ven en el seductor reflejado lo que a ellos les falta. Por eso en ocasiones las personas seducen sin querer seducir y se producen malentendidos porque el seducido se siente manipulado. En definitiva, cuando tu autoestima está equilibrada, eres más permeable a la seducción.

Por eso muchas relaciones fracasan…
Íngrid: Claro, porque solemos caer en la equivocación de buscar a la persona que nos complementa, cuando deberíamos ser autosuficientes. 
Virgínia: Y es por eso que el mito de la media naranja no existe,  cada uno somos una naranja entera.

¿Qué otra carencia han detectado en sus alumnos?
Íngrid: Muchos no saben identificar que alguien les está dando calabazas.

¿Cómo detectamos que a alguien no le gustamos?
Mònica: Un ejemplo basado en hechos reales: un alumno me explicó que le gustaba una chica a quien había enviado 60 mensajes y que ninguno había sido respondido.

El desinterés se detecta por la indiferencia, ¿Y qué más?
Íngrid: El lenguaje corporal es muy importante. Si una persona te da la espalda, a pesar de que te mire, quiere decir que no le interesas tú, sino la persona a quien da la cara.
Virgínia: La proximidad del cuerpo hace mucho, los espacios que guardamos con el prójimo.
Mònica: Las actitudes cerradas – brazos cruzados o piernas cerradas- denotan desinterés. 

¿Y la mirada?
Íngrid: Cuando alguien te gusta, dilatas más las pupilas y las fijas más de lo normal en quien tienes delantel. Uno de los aprendizajes es éste: aguantar la mirada dos minutos más de lo habitual y ver cómo responde la otra persona.

¿Cuáles son los arquetipos de la seducción?
Virgínia: El de la afrodita, es decir, la persona que desprende sexualidad y sensualidad por todos los lados, un principio de seducción brutal para muchos hombres; luego, está el rescatador, aquél que te solucionará todos los problemas; el intelectual, también muy seductor… En total existen nueve arquetipos.
Íngrid: El seductor que ha convertido la seducción en un arte sabe identificar qué tipo de seductor busca la otra persona en cada momento.
Virgínia: Muchos seductores y seductoras tienen una gran capacidad para transmitir sus virtudes al seducido, a quien es fácil que le suba el ego. Por eso siempre tenemos que preguntarnos qué busca en realidad nuestro seductor. 

¿Es posible desde la seducción reconquistar un amor perdido?
Todas: ¡No!
Virgínia: El enamoramiento aparece sin darte cuenta y desaparece con la misma facilidad con la que ha aparecido, por lo que difícilmente se recupera.
Íngrid: En lo que debemos de hacer hincapié es en descubrir el porqué queremos reconquistar al amante perdido.
Mònica: Es uno de los errores que cometemos muy a menudo y una de las frustraciones más frecuentes.

Acaben la frase: Si eres seductor…
Todas: Tienes mucho ganado, porque conseguirás más objetivos en la vida.
Martes, 26 de Abril 2011
La Vanguardia, Barcelona, España
           


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