"Siete manifestantes murieron y otras decenas resultaron heridos" por disparos de las fuerzas antidisturbios contra los manifestantes, declaró a la AFP Jaled Madani, responsable de este comité. Un primer balance de la misma fuente daba cuenta de un muerto y cinco heridos.
La rebelión de Ansarualá ha organizado una marcha entre la Plaza del Cambio, epicentro de las protestas desde 2011, y la sede del gobierno. Miles de simpatizantes de los insurgentes acampan desde hace semanas en la capital y en sus alrededores para pedir la dimisión del gobierno, al que acusan de corrupción.
Las fuerzas antidisturbios usaron gases lacrimógenos y cañones de agua a presión y luego abrieron fuego con balas para impedir a cientos de manifestantes abrirse paso hacia las oficinas del gobierno, contaron varios testigos.
La policía hizo retroceder a los manifestantes, que intentan reorganizarse para dirigirse de nuevo hacia la sede del gobierno, añadieron estas fuentes.
Una fuente del ministerio del Interior confirmó la intervención de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que "intentaron entrar por la fuerza en las oficinas del primer ministro". No dio un balance.
Citada por la agencia oficial Saba, esta fuente advirtió a los manifestantes de que el Estado tomará medidas "constitucionales y legales para preservar la seguridad y defender los establecimientos públicos".
Los manifestantes consiguieron controlar los accesos a los ministerios de Electricidad y de Telecomunicaciones, impidiendo desde hace dos días a los funcionarios acudir al trabajo.
Los rebeldes de Ansarualá quieren ampliar su zona de influencia en el futuro Estado federal que contará con seis provincias. Actualmente los chiitas son mayoritarios en el norte del país, y a escala nacional lo son los sunitas.