El ejército sirio se ha retirado de Dera, y ha entrado en Banias.
Entre tanto, Estados Unidos y la Unión Europea acentuaron la presión sobre el régimen de Bashar Al Asad que continúa reprimiendo el movimiento de contestación que sacude al país desde hace casi dos meses.
Durante la jornada, bautizada por los opositores "Viernes del desafío", las fuerzas de seguridad reprimieron a los manifestantes a través de todo el país matando al menos a 26 personas, según ONG sirias de defensa de los derechos humanos.
Las autoridades afirmaron que "terroristas" mataron a 11 soldados y policías.
Según militantes de los derechos humanos contactados por teléfono por la AFP, los tanques entraron en la madrugada en Banias (noroeste) donde fueron cortadas las comunicaciones y la electricidad.
Trataban de dirigirse hacia los barrios del sur de la ciudad, bastión de los manifestantes, pero los habitantes "formaron escudos humanos" para impedir que avanzaran, afirmaron.
Navíos de la armada patrullaban al mismo tiempo frente a los barrios del sur.
Por otra parte, los militantes afirmaron que los tanques rodeaban el pueblo vecino de Bayda.
Después de iniciar el jueves su retirada de Deraa (sur), donde nació la revuelta contra el régimen el 15 de marzo, el ejército ingresó paralelamente en las ciudades de Homs y Banias para reprimir las protestas.
Las autoridades sirias acusaron a "bandas criminales armadas" y a "grupos terroristas" de ser responsables de la violencia.
El viernes, 16 manifestantes murieron a balazos en Homs, donde los tanques tomaron posiciones, según la organización de defensa de los derechos humanos Insan.
A unos 80 km más al norte, otros seis manifestantes fueron muertos en Hama y otros en Lattaquié (noroeste) y en Jablah, más al sur, según los militantes.
Las autoridades procedieron a cientos de arrestos en los dos últimos días, según las fuentes.
"La violencia que empeora cada vez más, los arrestos masivos y los malos tratos infligidos a los detenidos no hacen más que reforzar la determinación de los manifestantes a través del país", estimó Amnistía Internacional, agregando que las detenciones obligaron a varios opositores a pasar a la clandestinidad.
Sin embargo, los opositores al régimen hicieron por primera vez propuestas detalladas al régimen para terminar con la revuelta.
"Usted será el orgullo de la Siria contemporánea, si puede transformar Siria de un régimen dictatorial en un régimen democrático. Los sirios le estarán agradecidos y es posible hacerlo", afirma un texto publicado en la página de Facebook "Sirian revolution 2011".
"La solución es sencilla: deje de disparar contra los manifestantes, deje que se desarrollen las manifestaciones pacíficas, descuelgue todas sus fotos y las de su padre, libere a todos los detenidos políticos, instaure un diálogo nacional, autorice el pluralismo político y organice elecciones libres y democráticas en seis meses", agrega el texto.
Entre 600 y 700 personas han muerto y más de 800 fueron detenidas o están desaparecidas desde que comenzó el movimiento, según ONG sirias.
La UE decidió sancionar a 13 miembros del régimen sirio pero no a Bashar Al Asad por el momento, según fuentes diplomáticas.
La Casa Blanca advirtió al régimen contra "nuevas medidas" si no ponía fin a la represión "brutal" de los manifestantes.
Durante la jornada, bautizada por los opositores "Viernes del desafío", las fuerzas de seguridad reprimieron a los manifestantes a través de todo el país matando al menos a 26 personas, según ONG sirias de defensa de los derechos humanos.
Las autoridades afirmaron que "terroristas" mataron a 11 soldados y policías.
Según militantes de los derechos humanos contactados por teléfono por la AFP, los tanques entraron en la madrugada en Banias (noroeste) donde fueron cortadas las comunicaciones y la electricidad.
Trataban de dirigirse hacia los barrios del sur de la ciudad, bastión de los manifestantes, pero los habitantes "formaron escudos humanos" para impedir que avanzaran, afirmaron.
Navíos de la armada patrullaban al mismo tiempo frente a los barrios del sur.
Por otra parte, los militantes afirmaron que los tanques rodeaban el pueblo vecino de Bayda.
Después de iniciar el jueves su retirada de Deraa (sur), donde nació la revuelta contra el régimen el 15 de marzo, el ejército ingresó paralelamente en las ciudades de Homs y Banias para reprimir las protestas.
Las autoridades sirias acusaron a "bandas criminales armadas" y a "grupos terroristas" de ser responsables de la violencia.
El viernes, 16 manifestantes murieron a balazos en Homs, donde los tanques tomaron posiciones, según la organización de defensa de los derechos humanos Insan.
A unos 80 km más al norte, otros seis manifestantes fueron muertos en Hama y otros en Lattaquié (noroeste) y en Jablah, más al sur, según los militantes.
Las autoridades procedieron a cientos de arrestos en los dos últimos días, según las fuentes.
"La violencia que empeora cada vez más, los arrestos masivos y los malos tratos infligidos a los detenidos no hacen más que reforzar la determinación de los manifestantes a través del país", estimó Amnistía Internacional, agregando que las detenciones obligaron a varios opositores a pasar a la clandestinidad.
Sin embargo, los opositores al régimen hicieron por primera vez propuestas detalladas al régimen para terminar con la revuelta.
"Usted será el orgullo de la Siria contemporánea, si puede transformar Siria de un régimen dictatorial en un régimen democrático. Los sirios le estarán agradecidos y es posible hacerlo", afirma un texto publicado en la página de Facebook "Sirian revolution 2011".
"La solución es sencilla: deje de disparar contra los manifestantes, deje que se desarrollen las manifestaciones pacíficas, descuelgue todas sus fotos y las de su padre, libere a todos los detenidos políticos, instaure un diálogo nacional, autorice el pluralismo político y organice elecciones libres y democráticas en seis meses", agrega el texto.
Entre 600 y 700 personas han muerto y más de 800 fueron detenidas o están desaparecidas desde que comenzó el movimiento, según ONG sirias.
La UE decidió sancionar a 13 miembros del régimen sirio pero no a Bashar Al Asad por el momento, según fuentes diplomáticas.
La Casa Blanca advirtió al régimen contra "nuevas medidas" si no ponía fin a la represión "brutal" de los manifestantes.