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Política
Otro de los decretos promulgados por Asad "estipula la abolición de la Corte de Seguridad del Estado", un tribunal cuyos juicios son sin apelación, mientras que el tercero modifica la reglamentación relativa a las manifestaciones, anunció la televisión siria.
El gobierno había adoptado el martes proyectos de ley aprobando estas medidas para intentar calmar el movimiento de protesta, inédito en este país, que comenzó el 15 de marzo.
El fin del estado de emergencia, en vigor desde la llegada al poder del partido Baas en marzo de 1963, es la principal reivindicación del movimiento de protesta, junto con la liberación de prisioneros políticos. Asad había prometido el sábado que sería levantado en una semana como máximo.
Pero los opositores estimaron que estas medidas no frenarían la represión.
Tras levantarse el estado de emergencia, "los detenidos políticos y de conciencia deben ser liberados, los opositores en el exilio autorizados a regresar, los arrestos deben ser prohibidos y las manifestaciones autorizadas, pero (las autoridades) no van a aplicar la ley", aseguraron opositores en Facebook antes de la promulgación de los decretos.
Un grupo lanzó a través de esta red social un llamado a manifestar para una jornada bautizada como "Viernes santo", coincidiendo con el día que conmemora la Pasión del Cristo, que se anuncia como un día de prueba como determinación de la oposición.
"Viernes santo, 22 de abril de 2011, un sólo corazón, una sóla mano, un sólo objetivo", indicaron los organizadores en una página en la que se ve el campanario de una iglesia entre dos minaretes.
El jueves, unos 150 estudiantes organizaron una sentada en la ciudad de Hasake, a 600 km al noreste de Damasco, en solidaridad con los manifestantes en las otras regiones sirias, según un testigo y un militante de derechos humanos.
Los manifestantes se congregaron cerca de la facultad de letras de esa ciudad pidiendo "por la libertad y la unidad nacional" y contra el racismo, dijo a la AFP el militante.
Declararon su solidaridad con las ciudades de Deraa (sur) en donde comenzó la protesta contra el régimen, de Banias (noroeste), Homs (centro) y Duma, cerca de la capital, que vivieron violentas manifestaciones.
El martes, las autoridades habían advertido que no aceptarían ninguna manifestación. Acusan a "bandas armadas criminales" de ser las instigadoras del movimiento de protesta y el ministerio de Interior prometió acabar con una "rebelión armada de grupos salafistas".
Pero según los expertos, si bien los islamistas participan en las protestas, no son los que las iniciaron ni están a la cabeza de ellas.
En Homs, a 160 km al norte de Damasco, en donde se registraron violencias, el presidente Asad nombró un nuevo gobernador para reemplazar al que fue removido el 7 de abril, anunció la agencia oficial Sana.
El gobierno había adoptado el martes proyectos de ley aprobando estas medidas para intentar calmar el movimiento de protesta, inédito en este país, que comenzó el 15 de marzo.
El fin del estado de emergencia, en vigor desde la llegada al poder del partido Baas en marzo de 1963, es la principal reivindicación del movimiento de protesta, junto con la liberación de prisioneros políticos. Asad había prometido el sábado que sería levantado en una semana como máximo.
Pero los opositores estimaron que estas medidas no frenarían la represión.
Tras levantarse el estado de emergencia, "los detenidos políticos y de conciencia deben ser liberados, los opositores en el exilio autorizados a regresar, los arrestos deben ser prohibidos y las manifestaciones autorizadas, pero (las autoridades) no van a aplicar la ley", aseguraron opositores en Facebook antes de la promulgación de los decretos.
Un grupo lanzó a través de esta red social un llamado a manifestar para una jornada bautizada como "Viernes santo", coincidiendo con el día que conmemora la Pasión del Cristo, que se anuncia como un día de prueba como determinación de la oposición.
"Viernes santo, 22 de abril de 2011, un sólo corazón, una sóla mano, un sólo objetivo", indicaron los organizadores en una página en la que se ve el campanario de una iglesia entre dos minaretes.
El jueves, unos 150 estudiantes organizaron una sentada en la ciudad de Hasake, a 600 km al noreste de Damasco, en solidaridad con los manifestantes en las otras regiones sirias, según un testigo y un militante de derechos humanos.
Los manifestantes se congregaron cerca de la facultad de letras de esa ciudad pidiendo "por la libertad y la unidad nacional" y contra el racismo, dijo a la AFP el militante.
Declararon su solidaridad con las ciudades de Deraa (sur) en donde comenzó la protesta contra el régimen, de Banias (noroeste), Homs (centro) y Duma, cerca de la capital, que vivieron violentas manifestaciones.
El martes, las autoridades habían advertido que no aceptarían ninguna manifestación. Acusan a "bandas armadas criminales" de ser las instigadoras del movimiento de protesta y el ministerio de Interior prometió acabar con una "rebelión armada de grupos salafistas".
Pero según los expertos, si bien los islamistas participan en las protestas, no son los que las iniciaron ni están a la cabeza de ellas.
En Homs, a 160 km al norte de Damasco, en donde se registraron violencias, el presidente Asad nombró un nuevo gobernador para reemplazar al que fue removido el 7 de abril, anunció la agencia oficial Sana.
