Un hombre pasa ante un cartel en Damasco, Siria.
Desde el comienzo de las protestas contra el régimen de Bashar al Asad el 15 de marzo, Damasco acusó regularmente a "grupos terroristas" y a "extranjeros" de ser los responsables de los disturbios.
Este lunes la televisión oficial dio cuenta de 120 bajas en las filas policiales tras violentos enfrentamientos entre policías y "grupos armados" en la ciudad de Yisr al Shughur, una localidad del noroeste de Siria donde el ejército lleva a cabo operaciones desde el sábado.
"Los grupos armados cometieron una verdadera masacre. Mutilaron los cadáveres y lanzaron a otros al río Orontes", afirmó la televisión oficial, evocando edificios gubernamentales incendiados en esta localidad de la gobernación de Idleb, a 330 km al norte de Damasco.
La televisión se refirió antes a una "emboscada" en la que murieron 20 policías y una explosión en un edificio de los correos que dejó ocho muertos en las filas de las fuerzas de seguridad.
"Bandas" con "armas de bajo calibre y granadas (...) utilizaron habitantes como escudos humanos", dijo el canal.
"Los policías y los agentes de seguridad enfrentan a centenares de hombres armados. Lograron (liberar) uno de los barrios controlados por los hombres armados", había afirmado la televisión.
El ministro de Interior, Mohamad Ibrahim al Shaar, advirtió en la televisión que "el Estado actuará con firmeza, con fuerza y conforme a la ley y no se quedará con los brazos cruzados frente a los ataques armados que afectan la seguridad de la patria".
Interrogados por la AFP desde Nicosia, los militantes de la oposición evocaron un "motín" en las filas de las fuerzas de seguridad de la ciudad.
"Disparos seguidos de una explosión se pudieron escuchar en el cuartel general de la policía secreta, aparentemente luego de un motín", indicó un militante precisando que todo comenzó el domingo tras la muerte de diez manifestantes alcanzados por balas disparadas por "francotiradores" de los servicios de seguridad.
Yisr al Shughur es desde el sábado teatro de violentos combates entre las fuerzas de seguridad y manifestantes. El domingo, 35 personas -27 civiles y 8 agentes de seguridad- murieron en esta localidad y en los pueblos vecinos, según el jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, con sede en Londres.
Estos enfrentamientos -que la prensa extranjera no puede cubrir directamente debido a las restricciones impuestas por Siria- intervienen cuando Damasco anunció el domingo la creación de una comisión a cargo de elaborar un proyecto de ley sobre los partidos políticos, según la agencia oficial Sana.
El multipartidismo es una reivindicación esencial de los opositores que quieren el fin de la hegemonía del partido Baas, en el poder en Siria desde 1963, y que según la Constitución "dirige el Estado y la sociedad".
El lunes, seis organizaciones de defensa de los derechos humanos de Siria denunciaron "el recurso excesivo a la fuerza para dispersar las manifestaciones pacíficas de los ciudadanos sirios sin armas" y llamaron al gobierno a "cesar la espiral de violencia y de asesinatos en las calles sirias". Amnistía Internacional juzgó "imperativo que el Consejo de Seguridad de la ONU, que mantuvo silencio sobre este tema, vote una condena a las masacres", exhortandolo a llevar el caso a la Corte Penal Internacional.
Según organizaciones de defensa de derechos humanos, más de 1.100 civiles murieron y por lo menos 10.000 personas fueron detenidas desde el inicio del movimiento.
Este lunes la televisión oficial dio cuenta de 120 bajas en las filas policiales tras violentos enfrentamientos entre policías y "grupos armados" en la ciudad de Yisr al Shughur, una localidad del noroeste de Siria donde el ejército lleva a cabo operaciones desde el sábado.
"Los grupos armados cometieron una verdadera masacre. Mutilaron los cadáveres y lanzaron a otros al río Orontes", afirmó la televisión oficial, evocando edificios gubernamentales incendiados en esta localidad de la gobernación de Idleb, a 330 km al norte de Damasco.
La televisión se refirió antes a una "emboscada" en la que murieron 20 policías y una explosión en un edificio de los correos que dejó ocho muertos en las filas de las fuerzas de seguridad.
"Bandas" con "armas de bajo calibre y granadas (...) utilizaron habitantes como escudos humanos", dijo el canal.
"Los policías y los agentes de seguridad enfrentan a centenares de hombres armados. Lograron (liberar) uno de los barrios controlados por los hombres armados", había afirmado la televisión.
El ministro de Interior, Mohamad Ibrahim al Shaar, advirtió en la televisión que "el Estado actuará con firmeza, con fuerza y conforme a la ley y no se quedará con los brazos cruzados frente a los ataques armados que afectan la seguridad de la patria".
Interrogados por la AFP desde Nicosia, los militantes de la oposición evocaron un "motín" en las filas de las fuerzas de seguridad de la ciudad.
"Disparos seguidos de una explosión se pudieron escuchar en el cuartel general de la policía secreta, aparentemente luego de un motín", indicó un militante precisando que todo comenzó el domingo tras la muerte de diez manifestantes alcanzados por balas disparadas por "francotiradores" de los servicios de seguridad.
Yisr al Shughur es desde el sábado teatro de violentos combates entre las fuerzas de seguridad y manifestantes. El domingo, 35 personas -27 civiles y 8 agentes de seguridad- murieron en esta localidad y en los pueblos vecinos, según el jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, con sede en Londres.
Estos enfrentamientos -que la prensa extranjera no puede cubrir directamente debido a las restricciones impuestas por Siria- intervienen cuando Damasco anunció el domingo la creación de una comisión a cargo de elaborar un proyecto de ley sobre los partidos políticos, según la agencia oficial Sana.
El multipartidismo es una reivindicación esencial de los opositores que quieren el fin de la hegemonía del partido Baas, en el poder en Siria desde 1963, y que según la Constitución "dirige el Estado y la sociedad".
El lunes, seis organizaciones de defensa de los derechos humanos de Siria denunciaron "el recurso excesivo a la fuerza para dispersar las manifestaciones pacíficas de los ciudadanos sirios sin armas" y llamaron al gobierno a "cesar la espiral de violencia y de asesinatos en las calles sirias". Amnistía Internacional juzgó "imperativo que el Consejo de Seguridad de la ONU, que mantuvo silencio sobre este tema, vote una condena a las masacres", exhortandolo a llevar el caso a la Corte Penal Internacional.
Según organizaciones de defensa de derechos humanos, más de 1.100 civiles murieron y por lo menos 10.000 personas fueron detenidas desde el inicio del movimiento.