Un tribunal egipcio condenó el 23 de junio a penas de entre siete y diez años de prisión a los tres periodistas -el egipcio-canadiense Mohamed Fadel Fahmy, su compañero australiano Peter Greste y el egipcio Baher Mohamed- por apoyar al movimiento de los Hermanos Musulmanes del presidente derrocado Mohamed Mursi.
Esta condena tuvo "un efecto muy negativo" y el gobierno "no tuvo nada que ver", declaró Sisi durante una mesa redonda con jefes de redacción, según declaraciones publicadas por el diario Al Masri al Yum.
"Habría preferido su deportación tras su detención, antes que un juicio", añadió, sin precisar como Fahmy y Mohamed, quienes poseen la nacionalidad egipcia, podrían haber sido expulsados de Egipto.
Este veredicto provocó reacciones internacionales, como la de Estados Unidos, que calificó la sentencia de "escalofriante y draconiana" e instó al gobierno egipcio a conmutar estas penas para poder liberar a los reporteros.
Ante estas reacciones, Sisi había afirmado entonces que las autoridades no debían involucrarse en los asuntos judiciales.