“En el liderato de los partidos hay mucha resistencia a pensar en nuevas posibilidades, pero el país está listo para moverse hacia otras cosas”, indicó el profesor Alfredo Carrasquillo, presidente de la Junta de Directores de Somos PAIS.
Junto a la ex directora del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) Awilda Palau y el vicepresidente de la empresa consultora Manchester Trade, David Lewis, Carrasquillo participó ayer de un conversatorio en Washington D.C. sobre la situación política del país y las posibilidades de establecer una nueva agenda en torno al futuro de la Isla.
Palau, quien es independentista y participa de las discusiones del grupo Somos PAIS, considera que Puerto Rico requiere de un nuevo liderazgo y nuevas alianzas que encaminen al país hacia la resolución del status. En ese sentido, afirmó que el alcalde de Caguas, William Miranda Marín - quien combate un cáncer de pancreas -, puede ser la figura clave de un nuevo movimiento político pues ha demostrado no sólo un compromiso con la soberanía de Puerto Rico “sino haber sido un buen administrador”.
Carrasquillo sostuvo que parte de los retos que tienen como grupo es atraer a más estadistas que acepten que su lucha por la integración plena no se afecta con el desarrollo de una propuesta de soberanía viable o que se hayan dado cuenta de que la anexión como estado federado “es imposible".También tienen que lidiar, dijo, con acabar “con las fantasías sobre la unión permanente" y el significado de la ciudadanía estadounidense, que considera es apreciada por los puertorriqueños principalmente por la oportunidad de tener libre tránsito entre Puerto Rico y Estados Unidos.
Lewis, quien en el foro – convocado por el grupo Esquel- sirvió de comentarista de las ponencias de Palau y Carrasquillo, consideró, sin embargo, que el problema en Puerto Rico no es tanto el colonialismo, sino el insularismo, y advirtió que cualquier solución futura pasa por un mejor gobierno.
“El gran reto es como se administra mejor a Puerto Rico”, sostuvo, al indicar que la realidad es que en Washington las autoridades estadounidenses se sienten incómodas de vincularse al debate de status, pues saben que los puertorriqueños están divididos casi por la mitad y que es un tema que parece no tener solución en estos momentos.
Ayer, mientras, el secretario de Relaciones con Norteamérica del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Manuel Rodríguez Orellana, concluyó una visita a Washington y mantuvo que tras algunas conversaciones percibió que la Casa Blanca sigue sin tener en agenda el debate sobre el status político de Puerto Rico, a pesar de la legislación – en favor de un proceso de dos consultas- que impulsa el comisionado Pedro Pierulusi.
“La administración de (Barack) Obama, contenta con su Premio Nobel por una paz inexistente, le importa poco sostener un régimen colonial que atenta contra la paz y el derecho internacional”, indicó Rodríguez Orellana.
José A. Delgado