"Somos lo que hay", canibalismo como parábola de la violencia

"Somos lo que hay" gira en torno a una familia muy modesta que debe replantearse el papel de cada uno de sus componentes a la muerte del padre, que tiene un puesto de reparador de relojes en un mercado.
La madre y sus tres hijos, dos varones y una mujer, tienen que decidir cómo seguir consiguiendo la carne que necesitan para subsistir. Carne humana porque la familia es caníbal.
El mayor de los tres hermanos es el encargado de la caza, pero le falta autoridad, el segundo es el que tiene la ferocidad más desarrollada, quien manda de verdad es la hermana, por no hablar de la madre.
Sobredimensionada a nivel de la intensidad de las actuaciones, la película no se limita a seguir las pautas del cine de terror sino que incluye apuntes sociales: la familia no come carne "impura", ni de homosexual ni de prostituta, la policía no mueve un dedo ante la ola de desaparaciones denunciadas, impera la violencia urbana...
Jorge Michel Grau "mexicaniza" el contexto de la película para dar a este relato de género la forma de una parábola sobre "la lucha despiadada de las minorías para sobrevivir y hacer oír su voz".