SULEIMANIYEH, 24 julio 2009 (AFP) -
La campaña electoral, de una rara vivacidad, abrió un debate real sobre el futuro de las instituciones kurdas, controladas por el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) del actual presidente kurdo, Masud Barzani, y la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK) del presidente iraquí, Jalal Talabani.
Los kurdos iraquíes acuden a las urnas para elegir al presidente y al Parlamento de su región autónoma, en el norte de Irak.
Una de las listas más activas ha sido "Goran", en kurdo el "Cambio", que llevó a cabo la noche del miércoles su última gran concentración de campaña en Suleimaniyeh, a la que acudieron más de 6.000 personas.
Enarbolando banderas azules, con una vela en el centro, sus partidarios acudieron a proclamar su petición de reformas, lo que en Kurdistán equivale a una mini revolución cultural.
Nusherwan Mustafá, un rico empresario y ex número dos del UPK, encabeza la lista. Junto a varios otros tránsfugos de su anterior partido busca transformar el consenso político.
"Vamos a lograr una mayoría que nos permita formar un gobierno", dice entusiasmado el candidato, durante una entrevista con la AFP. "Y si perdemos, seremos aún así vencedores porque habremos cambiado la forma de hacer política en la región", añade.
Su partido cuenta con los votos de protesta, sobre todo de los jóvenes kurdos que han crecido en una región estable, más rica y occidentalizada que la de sus padres.
"Pensamos que la sociedad kurda, tras una estabilización política, necesita reformas económicas, sociales y culturales. La dirección (del UPK) no ha querido cambiar y es por lo que nos volvemos hoy hacia nuestro pueblo y las urnas", explica el candidato.
"Contamos con un verdadero apoyo popular. No hemos comprado la lealtad de la gente distribuyendo dinero", sostiene.
La lucha contra la corrupción, motivo de preocupación en la calle y los medios, es uno de los caballos de batalla de esta lista.
"No me importa quien va a ganar. Todo lo que me importa es que los vencedores pongan fin al clientelismo y la corrupción en las instituciones gubernamentales", protesta Hakim Amar, 53 años, habitante de Erbil.
Más tímido, Faruk Majid, también habitante de la capital, explica que no se puede "decir que el Gobierno o los dos principales partidos no han hecho nada, pero deben ofrecer más".
"Somos una provincia rica en petróleo. Deberíamos tener acceso a servicios similares a los de los países del Golfo. Queremos mandatarios al servicio de los ciudadanos", reclama.
Aunque resulta imposible estipular un eventual resultado de esta lista debido a la falta de sondeos independientes, el partido "Goran" ya logró imponerse como una fuerza contestataria.
"No podemos predecir si los pequeños partidos amenazan realmente al UPK y al PDK. No van a transformar el rostro de la política regional kurda en un día, pero quizás recuerden a la lista del UPK y del PDK que pueden ser reemplazadas", resume un diplomático occidental.
strs-mel/sw/vl/mg/am
© 1994-2009 Agence France-Presse
La campaña electoral, de una rara vivacidad, abrió un debate real sobre el futuro de las instituciones kurdas, controladas por el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) del actual presidente kurdo, Masud Barzani, y la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK) del presidente iraquí, Jalal Talabani.
Los kurdos iraquíes acuden a las urnas para elegir al presidente y al Parlamento de su región autónoma, en el norte de Irak.
Una de las listas más activas ha sido "Goran", en kurdo el "Cambio", que llevó a cabo la noche del miércoles su última gran concentración de campaña en Suleimaniyeh, a la que acudieron más de 6.000 personas.
Enarbolando banderas azules, con una vela en el centro, sus partidarios acudieron a proclamar su petición de reformas, lo que en Kurdistán equivale a una mini revolución cultural.
Nusherwan Mustafá, un rico empresario y ex número dos del UPK, encabeza la lista. Junto a varios otros tránsfugos de su anterior partido busca transformar el consenso político.
"Vamos a lograr una mayoría que nos permita formar un gobierno", dice entusiasmado el candidato, durante una entrevista con la AFP. "Y si perdemos, seremos aún así vencedores porque habremos cambiado la forma de hacer política en la región", añade.
Su partido cuenta con los votos de protesta, sobre todo de los jóvenes kurdos que han crecido en una región estable, más rica y occidentalizada que la de sus padres.
"Pensamos que la sociedad kurda, tras una estabilización política, necesita reformas económicas, sociales y culturales. La dirección (del UPK) no ha querido cambiar y es por lo que nos volvemos hoy hacia nuestro pueblo y las urnas", explica el candidato.
"Contamos con un verdadero apoyo popular. No hemos comprado la lealtad de la gente distribuyendo dinero", sostiene.
La lucha contra la corrupción, motivo de preocupación en la calle y los medios, es uno de los caballos de batalla de esta lista.
"No me importa quien va a ganar. Todo lo que me importa es que los vencedores pongan fin al clientelismo y la corrupción en las instituciones gubernamentales", protesta Hakim Amar, 53 años, habitante de Erbil.
Más tímido, Faruk Majid, también habitante de la capital, explica que no se puede "decir que el Gobierno o los dos principales partidos no han hecho nada, pero deben ofrecer más".
"Somos una provincia rica en petróleo. Deberíamos tener acceso a servicios similares a los de los países del Golfo. Queremos mandatarios al servicio de los ciudadanos", reclama.
Aunque resulta imposible estipular un eventual resultado de esta lista debido a la falta de sondeos independientes, el partido "Goran" ya logró imponerse como una fuerza contestataria.
"No podemos predecir si los pequeños partidos amenazan realmente al UPK y al PDK. No van a transformar el rostro de la política regional kurda en un día, pero quizás recuerden a la lista del UPK y del PDK que pueden ser reemplazadas", resume un diplomático occidental.
strs-mel/sw/vl/mg/am
© 1994-2009 Agence France-Presse