Protestas en Grecia contra el FMI.
Tras la crisis financiera de 2008 que devastó la economía mundial, el Estado debe ejercer un mayor papel y controlar los excesos del mercado, según el discurso del director gerente del Fondo, pronunciado en la universidad George Washington de la capital estadounidense.
"El 'consenso de Washington' tenía una serie de lemas básicos: reglas simples para la política fiscal y monetaria garantizarían la estabilidad. La desregulación y la privatización liberalizarían el crecimiento y la prosperidad. Los mercados financieros canalizarían los recursos a las áreas más productivas", enumeró Strauss-Kahn.
"Todo esto se derrumbó con la crisis. El 'consenso de Washington' ya es historia", añadió.
Ante la constatación de que los países emergentes son los nuevos motores del crecimiento mundial, ese consenso debe ser superado, mediante una nueva política económica, con acento en la cohesión social y el multilateralismo, explicó.
El 'consenso de Washington', que durante los años 80 y 90 alentaron el FMI y el Banco Mundial (BM), fue luego vilipendiado como responsable de crisis en países como Argentina o en países en transición en Europa del Este.
"Al designar un nuevo marco macroeconómico para un nuevo mundo, el péndulo oscilará -al menos un poco- del mercado al Estado, y de lo relativamente simple a lo relativamente más complejo", explicó Strauss-Kahn, que suena en Francia como posible candidato del Partido Socialista a las presidenciales de 2012.
"Claramente, la política monetaria debe ir más allá de la estabilidad de precios, y velar por la estabilidad financiera", propuso.
Eso no debe hacerse mediante la utilización de la tasa de interés, sino con otros instrumentos como los niveles de liquidez monetaria, explicó.
Es necesario un impuesto sobre las actividades financieras para forzar a ese sector a asumir parte de los costes sociales de su actividad inherentemente arriesgada, añadió el máximo responsable del FMI.
"No me malinterpreten: la mundialización dio muy buenos resultados, y sacó a centenares de millones de la pobreza", explicó.
"Pero la crisis y sus consecuencias han alterado fundamentalmente nuestra percepción", advirtió.
"La crisis surgió de una cultura de riesgo irresponsable, una cultura que desafortunadamente aún está viva", alertó.
"Necesitamos una nueva forma de mundialización, una mundialización con un rostro más humano", adujo.
Los países ricos y emergentes deben proseguir con su cooperación en el seno del G20 para asegurar que se superan los intereses nacionales, pidió.
Sin embargo, Strauss-Kahn no se mostró entusiasta de medidas que algunos países están tomando para atajar los nuevos desequilibrios mundiales, como la entrada masiva de capitales en países como Brasil.
Controlar esos capitales exteriores ayuda "a veces sí, a veces no tanto", explicó tras un discurso pronunciado en la universidad Georges Washington.
En todo caso, "no puede ser un substituto de las políticas económicas acertadas", añadió.
El directivo ratificó además las previsiones de crecimiento económico mundial para 2011, anunciadas por el Fondo en enero.
"Prevemos algo en torno a 4,5% este año", afirmó.
"El 'consenso de Washington' tenía una serie de lemas básicos: reglas simples para la política fiscal y monetaria garantizarían la estabilidad. La desregulación y la privatización liberalizarían el crecimiento y la prosperidad. Los mercados financieros canalizarían los recursos a las áreas más productivas", enumeró Strauss-Kahn.
"Todo esto se derrumbó con la crisis. El 'consenso de Washington' ya es historia", añadió.
Ante la constatación de que los países emergentes son los nuevos motores del crecimiento mundial, ese consenso debe ser superado, mediante una nueva política económica, con acento en la cohesión social y el multilateralismo, explicó.
El 'consenso de Washington', que durante los años 80 y 90 alentaron el FMI y el Banco Mundial (BM), fue luego vilipendiado como responsable de crisis en países como Argentina o en países en transición en Europa del Este.
"Al designar un nuevo marco macroeconómico para un nuevo mundo, el péndulo oscilará -al menos un poco- del mercado al Estado, y de lo relativamente simple a lo relativamente más complejo", explicó Strauss-Kahn, que suena en Francia como posible candidato del Partido Socialista a las presidenciales de 2012.
"Claramente, la política monetaria debe ir más allá de la estabilidad de precios, y velar por la estabilidad financiera", propuso.
Eso no debe hacerse mediante la utilización de la tasa de interés, sino con otros instrumentos como los niveles de liquidez monetaria, explicó.
Es necesario un impuesto sobre las actividades financieras para forzar a ese sector a asumir parte de los costes sociales de su actividad inherentemente arriesgada, añadió el máximo responsable del FMI.
"No me malinterpreten: la mundialización dio muy buenos resultados, y sacó a centenares de millones de la pobreza", explicó.
"Pero la crisis y sus consecuencias han alterado fundamentalmente nuestra percepción", advirtió.
"La crisis surgió de una cultura de riesgo irresponsable, una cultura que desafortunadamente aún está viva", alertó.
"Necesitamos una nueva forma de mundialización, una mundialización con un rostro más humano", adujo.
Los países ricos y emergentes deben proseguir con su cooperación en el seno del G20 para asegurar que se superan los intereses nacionales, pidió.
Sin embargo, Strauss-Kahn no se mostró entusiasta de medidas que algunos países están tomando para atajar los nuevos desequilibrios mundiales, como la entrada masiva de capitales en países como Brasil.
Controlar esos capitales exteriores ayuda "a veces sí, a veces no tanto", explicó tras un discurso pronunciado en la universidad Georges Washington.
En todo caso, "no puede ser un substituto de las políticas económicas acertadas", añadió.
El directivo ratificó además las previsiones de crecimiento económico mundial para 2011, anunciadas por el Fondo en enero.
"Prevemos algo en torno a 4,5% este año", afirmó.