Sixto Rodríguez
"Searching for Sugar Man", primer filme del documentalista sueco Malik Bendjelloul, está en competencia en el festival estadounidense de cine independiente, que se lleva a cabo hasta el 29 de enero en Park City, Utah (oeste).
Fue en 2006, durante un viaje de seis meses en Africa, que Bendjelloul escuchó hablar por primera vez de Rodriguez.
Y cuando descubrió el destino de este cantante nacido en Detroit (Michigan) en 1942, abrió grandes los ojos y exclamó: "¿Es en serio? Esa es la historia más alocada que jamás he escuchado", según relató a la AFP.
De hecho, la historia de Sixto Rodriguez parece haber salido de la pluma de un guionista de Hollywood con un pronunciado gusto por lo novelesco.
Nacido en una familia de inmigrantes mexicanos, Rodriguez es descubierto por dos productores en un bar, donde se había hecho una pequeña reputación. Persuadidos de haber puesto la mano sobre una pepita de oro, le hicieron grabar en 1970 un primer album, "Cold Fact". La crítica fue buena, pero el disco fracasó sin apelaciones.
Al año siguiente, otro productor se fijó en el cantante. Pero su segundo album, "Coming from reality" (1971), que confirmó una vez más el talento del artista, también resultó un fiasco.
Rodriguez abandona entonces la música y comienza a trabajar como obrero en la construcción...Sin saber que una copia de su disco llegó por casualidad a Sudáfrica, donde su música con acentos libertarios se transformó en un himno de la juventud blanca progresista exasperada por el apartheid.
Su éxito fue tal que durante años las leyendas más locas corrieron sobre su persona, especialmente su presunto suicidio por inmolación sobre un escenario.
Hasta que dos de sus seguidores, intentando dilucidar el misterio de su muerte, descubrieron con asombro que estaba vivo, y lo hacen venir a Sudáfrica, donde fue acogido como un héroe en 1998 para realizar seis conciertos con auditorios completos.
El filme de Bendjelloul reconstituye la investigación de los dos fanáticos, y concede la palabra a todos los actores del "renacimiento" de Rodriguez.
"La presión era grande debido a que debía relizar un filme que fuera bueno tanto en su historia como en su música", explicó el realizador.
Su mayor temor, antes de trabajar en el documental, era ser decepcionado por la música del cantante. "¿Y si ella era mala?...Se la hice escuchar a un fan de Bob Dylan, que me dijo que era mejor que la de Dylan. 'Cold Fact' es uno de los más grandes discos de todos los tiempos".
Pero entonces, ¿cómo explicar su fracaso en Estados Unidos en los años 70? Para Malik Bendjelloul, hay que buscar por el lado de los origenes de Rodriguez.
"En esa época, si tú eras mexicano podías hacer música, pero mariachi o étnica", dijo. "Pero Rodriguez desafió la escena del rock blanco, los Rolling Stones, Velvet Underground y Bob Dylan. Y en aquella época en Estados Unidos no te dejaban hacer eso", precisó.
En el filme, Rodriguez no expresa sin embargo ninguna amargura. Llevando bien sus 69 años, pese a una situación económica muy precaria --él jamás tocó un centavo de sus centenares de miles de albumes vendidos en Sudáfrica-- aparece calmo, desenvuelto y divertido por este reconocimiento tardío.
Una gira está prevista para este verano en Estados Unidos, la cual permitirá juzgar en vivo el eventual retorno a la gracia de este astro de la música.
"Nunca encontré a nadie tan digno en toda mi vida", aseguró el cineasta. "Uno puede sentir esa gracia, ese lado real cuando lo encuentra. El merece respeto, amor y justicia", concluyó.
Fue en 2006, durante un viaje de seis meses en Africa, que Bendjelloul escuchó hablar por primera vez de Rodriguez.
Y cuando descubrió el destino de este cantante nacido en Detroit (Michigan) en 1942, abrió grandes los ojos y exclamó: "¿Es en serio? Esa es la historia más alocada que jamás he escuchado", según relató a la AFP.
De hecho, la historia de Sixto Rodriguez parece haber salido de la pluma de un guionista de Hollywood con un pronunciado gusto por lo novelesco.
Nacido en una familia de inmigrantes mexicanos, Rodriguez es descubierto por dos productores en un bar, donde se había hecho una pequeña reputación. Persuadidos de haber puesto la mano sobre una pepita de oro, le hicieron grabar en 1970 un primer album, "Cold Fact". La crítica fue buena, pero el disco fracasó sin apelaciones.
Al año siguiente, otro productor se fijó en el cantante. Pero su segundo album, "Coming from reality" (1971), que confirmó una vez más el talento del artista, también resultó un fiasco.
Rodriguez abandona entonces la música y comienza a trabajar como obrero en la construcción...Sin saber que una copia de su disco llegó por casualidad a Sudáfrica, donde su música con acentos libertarios se transformó en un himno de la juventud blanca progresista exasperada por el apartheid.
Su éxito fue tal que durante años las leyendas más locas corrieron sobre su persona, especialmente su presunto suicidio por inmolación sobre un escenario.
Hasta que dos de sus seguidores, intentando dilucidar el misterio de su muerte, descubrieron con asombro que estaba vivo, y lo hacen venir a Sudáfrica, donde fue acogido como un héroe en 1998 para realizar seis conciertos con auditorios completos.
El filme de Bendjelloul reconstituye la investigación de los dos fanáticos, y concede la palabra a todos los actores del "renacimiento" de Rodriguez.
"La presión era grande debido a que debía relizar un filme que fuera bueno tanto en su historia como en su música", explicó el realizador.
Su mayor temor, antes de trabajar en el documental, era ser decepcionado por la música del cantante. "¿Y si ella era mala?...Se la hice escuchar a un fan de Bob Dylan, que me dijo que era mejor que la de Dylan. 'Cold Fact' es uno de los más grandes discos de todos los tiempos".
Pero entonces, ¿cómo explicar su fracaso en Estados Unidos en los años 70? Para Malik Bendjelloul, hay que buscar por el lado de los origenes de Rodriguez.
"En esa época, si tú eras mexicano podías hacer música, pero mariachi o étnica", dijo. "Pero Rodriguez desafió la escena del rock blanco, los Rolling Stones, Velvet Underground y Bob Dylan. Y en aquella época en Estados Unidos no te dejaban hacer eso", precisó.
En el filme, Rodriguez no expresa sin embargo ninguna amargura. Llevando bien sus 69 años, pese a una situación económica muy precaria --él jamás tocó un centavo de sus centenares de miles de albumes vendidos en Sudáfrica-- aparece calmo, desenvuelto y divertido por este reconocimiento tardío.
Una gira está prevista para este verano en Estados Unidos, la cual permitirá juzgar en vivo el eventual retorno a la gracia de este astro de la música.
"Nunca encontré a nadie tan digno en toda mi vida", aseguró el cineasta. "Uno puede sentir esa gracia, ese lado real cuando lo encuentra. El merece respeto, amor y justicia", concluyó.