Sur de Líbano impaciente de ver a Ahmadinejad acercarse a la frontera israelí


KFAR KILA, Rana Moussaoui, (AFP) - "Aquí, Ahmadinejad estaría a un metro de Israel. Sería todo un símbolo", dice Abdalá, impaciente como sus vecinos de ver al presidente iraní, el gran aliado del Hezbolá chiita, visitar el sur de Líbano durante una visita a mediados de octubre todavía por confirmar.



Bint Jbeil
Bint Jbeil
En el pueblo fronterizo de Kfar Kila, Abdalá es dueño de un restaurante cercano a la "Puerta de Fátima", desde donde los visitantes acuden a observar las localidades del otro lado de la frontera, desde que los israelíes retiraron sus tropas del sur de Líbano en 2000, tras 22 años de ocupación.
"Espero el momento en que Ahmadinejad se acerque a los alambres de púa y diga que tiene a Israel dominado", añade Abdalá, con una apariencia desafiante.
Irán todavía no confirmó la gira de Mahmud Ahmadinejad por el sur del país, pero este feudo del Hezbolá, una organización acusada por Estados Unidos de ser armada por Teherán, ya está preparando el viaje.
La visita del presidente iraní a Líbano, prevista para el 13 y el 14 de octubre, generó polémica en un país donde miembros de la mayoría parlamentaria, apoyados por Estados Unidos y Arabia Saudita, ya la calificaron de "provocación".
En Beirut, los carteles del Hezbolá ya dan la bienvenida al presidente iraní, en árabe y en persa, en la carretera del aeropuerto y en las afueras del sur de la capital, otro de los feudos del partido chiita.
Estados Unidos ya transmitió su preocupación al Gobierno libanés, mientras Israel tachó de "inquietante" esa visita al país vecino.
"Nadie en el mundo le puede prohibir venir hasta aquí. Es el jefe de una gran potencia nuclear", afirmó Abdalá, mientras observaba a dos soldados de la fuerza de Naciones Unidas en Libano (FINUL), que se encuentran junto a las alambradas de púas.
"Vamos a sentir lo mismo que cuando la liberación (en 2000)", asegura Abdalá.
Un responsable del Hezbolá declaró a la AFP que la visita iba a incluir a Caná, un pueblo víctima de dos ataques aéreos mortíferos israelíes en 1996 y 2006, así como Bint Jbeil, ubicado a 5 km de la frontera, donde se produjeron violentos enfrentamientos entre soldados israelíes y combatientes del Hezbolá durante la guerra de 2006, y el Museo de la Resistencia en Mlita.
"Irán nos ayudó mucho más que el Estado libanés, al reconstruir el sur", afirma Jadijé, de 70 años, que quiere "darle las gracias" al presidente.
"Esta visita nos honra. Los iraníes reconstruyeron rutas y puentes después de 2006", afirma Alí, de 40 años, mientras fuma una pipa de narguile en el llamado "jardín de Irán", en Marun ar Ras, cerca de Bint Jbeil.
Este complejo, con vista al norte de Israel, debería ser inaugurado por Ahmadinejad. Está decorado con fotos del presidente iraní, del guía supremo Alí Jamenei, e incluye una pequeña mezquita similar a la de Al Aqsa en Jerusalén.
Pero en algunas zonas que no están bajo control del Hezbolá, como la región mixta de Marjayun, hay gente que discrepa.
"Es inútil aumentar la tensión con esta visita que puede ser una provocación para los israelíes", dijo Rami, un comerciante cristiano.
Jueves, 7 de Octubre 2010
AFP (Agence France-Presse)
           


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