Gabrielle Giffords
El senador demócrata de Illinois, Richard Durbin, dijo el domingo a la cadena de televisión CNN, que algunos eslóganes del movimiento ultraconservador Tea Party durante las elecciones legislativas de noviembre, podían llevar a "personas inestables a pensar que tal acto de violencia es aceptable".
Durbin citó frases utilizadas por Sarah Palin, ícono de la derecha norteamericana, dirigidas en alusión a la legisladora víctima del ataque, Gabrielle Giffords, que salvó su escaño por un estrecho margen en Arizona frente a un candidato del Tea Party.
Palin había declarado a sus partidarios: "No retrocedan, recarguen" (sus armas) o incluso "consideren las circunscripciones electorales como blancos en la mira".
Luego defendió el uso de estos eslóganes diciendo que se trataba de metáforas en la lucha electoral.
Sin establecer un vínculo directo entre las declaraciones de Palin y el ataque del sábado, el senador Durbin, que las calificó de "retórica envenenada", sostuvo que la prensa debería sentirse obligada a decir que tales eslóganes "superan los límites".
"Tal vez sean aceptables desde el punto de vista de la constitución estadounidense, pero sin embargo no deberían ser una retórica aceptable, y no deberíamos alentarla en la radio y la televisión", agregó Durbin, en referencia a la primera enmienda de la Constitución que garantiza la libertad de expresión.
El senador republicano de Tennessee Lamar Alexander rechazó la insinuación según la cual Palin podría ser indirectamente responsable de la balacera, formulando al mismo tiempo un llamado contra la violencia política.
"Deberíamos ser muy prudentes en cuanto a imputar las acciones de un individuo mentalmente perturbado a un grupo particular de estadounidenses que tienen sus propias convicciones políticas", declaró a la cadena CNN.
Alexander señaló asimismo que el agresor, Jared Lee Loughner, de 22 años, leía a Karl Marx y a Hitler y había quemado la bandera norteamericana, "lo cual no corresponde con el típico perfil de un miembro del Tea Party".
Sarah Palin difundió el sábado un breve mensaje en Facebook, presentando sus "sinceras condolencias" a las víctimas de la balacera.
Rebecca Mansour, que trabaja en su equipo de campaña, se defendió el domingo de toda responsabilidad en el ataque. "No tenemos absolutamente nada que ver con eso", afirmó en declaraciones a un programa de radio.
Gabrielle Giffords, blanco de violentas críticas del Tea Party, en especial por su oposición a una controvertida ley sobre inmigración y por su apoyo a la reforma del sistema de salud del presidente Barack Obama, había recibido varias amenazas durante su campaña.
Clarence Dupnik, sherif (demócrata) del condado que incluye la circunscripción de Giffords, denunció el sábado el deterioro del clima político que a su juicio acrecienta el riesgo de tales amenazas.
"Todas estas ácidas declaraciones que inflaman las pasiones del público estadounidense, transmitidas por gente que hace una profesión de ellas, tal vez sea libertad de expresión, pero tienen consecuencias", dijo Dupnik durante una conferencia de prensa en Tucson.
Dupnik volvió sobre el tema el domingo.
"Creo que la retórica del odio, el desafío al gobierno, la paranoia sobre los actos del gobierno, y los intentos de exacerbar (los sentimientos) del público todos los días, las 24 horas, tienen un impacto en la gente, sobre todo en los desequilibrados", afirmó.
Durbin citó frases utilizadas por Sarah Palin, ícono de la derecha norteamericana, dirigidas en alusión a la legisladora víctima del ataque, Gabrielle Giffords, que salvó su escaño por un estrecho margen en Arizona frente a un candidato del Tea Party.
Palin había declarado a sus partidarios: "No retrocedan, recarguen" (sus armas) o incluso "consideren las circunscripciones electorales como blancos en la mira".
Luego defendió el uso de estos eslóganes diciendo que se trataba de metáforas en la lucha electoral.
Sin establecer un vínculo directo entre las declaraciones de Palin y el ataque del sábado, el senador Durbin, que las calificó de "retórica envenenada", sostuvo que la prensa debería sentirse obligada a decir que tales eslóganes "superan los límites".
"Tal vez sean aceptables desde el punto de vista de la constitución estadounidense, pero sin embargo no deberían ser una retórica aceptable, y no deberíamos alentarla en la radio y la televisión", agregó Durbin, en referencia a la primera enmienda de la Constitución que garantiza la libertad de expresión.
El senador republicano de Tennessee Lamar Alexander rechazó la insinuación según la cual Palin podría ser indirectamente responsable de la balacera, formulando al mismo tiempo un llamado contra la violencia política.
"Deberíamos ser muy prudentes en cuanto a imputar las acciones de un individuo mentalmente perturbado a un grupo particular de estadounidenses que tienen sus propias convicciones políticas", declaró a la cadena CNN.
Alexander señaló asimismo que el agresor, Jared Lee Loughner, de 22 años, leía a Karl Marx y a Hitler y había quemado la bandera norteamericana, "lo cual no corresponde con el típico perfil de un miembro del Tea Party".
Sarah Palin difundió el sábado un breve mensaje en Facebook, presentando sus "sinceras condolencias" a las víctimas de la balacera.
Rebecca Mansour, que trabaja en su equipo de campaña, se defendió el domingo de toda responsabilidad en el ataque. "No tenemos absolutamente nada que ver con eso", afirmó en declaraciones a un programa de radio.
Gabrielle Giffords, blanco de violentas críticas del Tea Party, en especial por su oposición a una controvertida ley sobre inmigración y por su apoyo a la reforma del sistema de salud del presidente Barack Obama, había recibido varias amenazas durante su campaña.
Clarence Dupnik, sherif (demócrata) del condado que incluye la circunscripción de Giffords, denunció el sábado el deterioro del clima político que a su juicio acrecienta el riesgo de tales amenazas.
"Todas estas ácidas declaraciones que inflaman las pasiones del público estadounidense, transmitidas por gente que hace una profesión de ellas, tal vez sea libertad de expresión, pero tienen consecuencias", dijo Dupnik durante una conferencia de prensa en Tucson.
Dupnik volvió sobre el tema el domingo.
"Creo que la retórica del odio, el desafío al gobierno, la paranoia sobre los actos del gobierno, y los intentos de exacerbar (los sentimientos) del público todos los días, las 24 horas, tienen un impacto en la gente, sobre todo en los desequilibrados", afirmó.