El primer ministro italiano, Enrico Letta, viajó el martes a la isla pocas horas después de que el ministro italiano del Medio Ambiente, Andrea Orlando, hiciera un primer balance de la tragedia ante el parlamento.
"El Estado italiano está haciendo lo máximo", declaró Letta al responder a las polémicas por la desorganización de los socorros de cara a la alarma lanzada el domingo por la Protección Civil.
"Cerca de 2.700 personas se encuentran fuera de sus casas, alojadas por parientes o en estructuras públicas", indicó el ministro Orlando tras anunciar que el número de muertos pasó de 17 a 18 personas, entre ellos cuatro niños y una familia brasileña formada por cuatro miembros.
El papa argentino Francisco, que en septiembre visitó la isla, envió un tuitter en el que pidió "oraciones para las víctimas y en particular para los niños".
Equipos de socorristas se han desplazado a las zonas más remotas para ayudar a los damnificados que tuvieron que abandonar sus residencias por las fuertes lluvias.
Según los expertos se trata del "ciclón del Mediterráneo", que ha causado el desbordamiento de ríos, el derrumbe de carreteras y puentes e inundaciones de calles y terrenos.
Según la Protección Civil, no se había vivido una situación tan extrema en décadas en esa isla, entre las más turísticas de la península, célebre por su belleza natural.
El gobernador desbloqueó 20 millones de euros (27 millones de dólares) para la primera ayuda de emergencia.
El gobierno declaró el estado de emergencia en la isla, conocida por sus hermosas playas y por sus lujosas fincas, pero afectada por la crisis económica y el aumento del desempleo.
Según el director regional de la protección civil, Gianfranco Galaffu, la tempestad afectó a unas 20.000 personas.
Un evento extraordinario: En 24 horas cayó la lluvia de seis meses
"Se trata de un acontecimiento extraordinario, un drama increíble", insistió Letta.
La ciudad portuaria de Olbia (norte), a donde llegan durante los meses de verano miles de turistas, quedó casi totalmente inundada, por lo que hubo que evacuar a cientos de residentes en polideportivos.
Muchos fueron acogidos por otros habitantes, que crearon en Facebook la página "Abramos nuestras casas a nuestros conciudadanos".
Los cuatro miembros de la familia de origen brasileño, dos adultos de unos 40 años y sus hijos, de 16 y 20 años, murieron ahogados en un apartamento situado en un sótano en la entrada de la ciudad de Arzachena, cerca de Olbia.
"Han caído 440 mm de lluvia, lo equivalente a seis meses en condiciones normales, por lo que es un acontecimiento excepcional", señaló Franco Gabrielli, jefe de la protección civil.
Además de la familia brasileña, otras tres personas de una misma familia murieron al derrumbarse un puente sobre su vehículo cerca de Olbia, y una madre y su hija fueron halladas muertas en un coche que fue arrastrado por el agua en la misma ciudad.
"Caía un diluvio. De repente cayó un muro de agua. Paré el automóvil y me arrojé fuera", contó a la prensa uno de los colegas del policía que asistió a la muerte de su jefe, que fue arrastrado por el agua.
La hermosa playa Poetto de Cagliari (sur), de 13 kilómetros, quedó devastada por las altas mareas, mientras en Olbia la policía evitó cinco intentos de saqueo.
"Estamos enviando productos de primera necesidad a los evacuados, e intentamos restablecer la electricidad y bombear agua para liberar las carreteras y las zonas inundadas", precisó el gobernador de la isla.
La ingeniera Paola Pagliara, responsable de riesgos hidrogeológicos de la Protección Civil, explicó que se trata de un fenómeno que afecta dos a tres veces al año a Italia y descartó que esté relacionado con el tifón de Filipinas.
De acuerdo con la experta, la rápida urbanización en la década del 70 y 80 y el recorte de fondos para el mantenimiento de los terrenos ha fragilizado la geografía de la isla.
El número de regiones afectadas por las inundaciones en toda Italia se duplicó en los últimos 10 años, pasando de cuatro a ocho, según la organización de defensa del medio ambiente, Legambiente.
En la tarde, las autoridades lanzaron una nueva alarma de mal tiempo en Cerdeña así como en Calabria, al sur, donde 150 habitantes fueron evacuados y en Nápoles. En Venecia el fenómeno del "acqua alta" alcanzó la altura de 1,24 metros sobre el nivel del mar.
El oceoanógrafo Vincenzo Artale explicó al diario La Repubblica que "el Mediterráneo está demasiado caliente y desencadena estos ciclones destructivos".