"No nos gusta que nos estigmaticen como simples prostitutas, somos mujeres que trabajamos con nuestro cuerpo", dijo a la AFP la presidenta de la Asociación Flor de Piedra, Silvia Vidal.
"Como cualquier otro trabajo recibimos un pago, por eso hasta los libros dicen que es una de las profesiones más antiguas del mundo y como trabajadoras contamos con derechos", expresó Vidal.
Flor de Piedra promueve los derechos de las trabajadoras del sexo, a quienes brinda también asistencia sicológica y de salud, y les regala condones. También capacita en otros oficios a las que buscan abandonar la prostitución y conseguir otro empleo.
Vidal recordó que "desde siempre" estas mujeres han recibido "un trato de desprecio", como si fueran de "bajo mundo o de mala vida", pero por mérito propio han ido abriéndose espacios. Sin embargo, lamentó que reciban escaso apoyo de organizaciones feministas salvadoreñas.
"Con ayuda de instituciones internacionales, en algunos casos, logramos montar programas de capacitación para las mujeres que nos lo solicitan y les enseñamos panadería u otros oficios; a otras las apoyamos económicamente para que pongan una venta en la calle, no es fácil todo esto", afirmó.
No existen cifras de cuántas prostitutas hay en El Salvador, pero esta asociación tiene inscritas a 400 mujeres, dijo Vidal, quien contó que abandonó la prostitución hace cuatro años.
A la sede de Flor de Piedra en el noreste de San Salvador, donde hay muchos prostíbulos y cantinas, acuden a diario muchas mujeres a pedir preservativos para protegerse de contraer enfermedades de transmisión sexual o el VIH/sida al atender a clientes.
En un "día de trabajo bueno" una trabajadora del sexo puede ganar entre 25 y 30 dólares, pero en días de poca demanda no llega dinero a sus carteras, dijo Vidal.
"Muchas trabajadoras del sexo son madres solteras, trabajan para sus hijos, la mayoría tiene escasa educación y por eso no les dan trabajo; lo que se necesita es apoyo para sacar a estas mujeres adelante porque tienen derechos, pagan impuestos (de consumo) y no pueden ser discriminadas", sostuvo.
El vivir en "una sociedad machista" como la salvadoreña no es fácil, afirmó Vidal, tras reseñar que muchas prostitutas son golpeadas o violadas, principalmente por pandilleros que las acechan en sus lugares de trabajo.
Vidal también lamentó el "acoso continuo y descarado" por parte de instituciones como la policía nacional y el Cuerpo de Agentes Municipales de San Salvador, que "a diario agreden verbalmente y en algunos casos hasta físicamente" a las prostitutas.
"En la sociedad es urgente más tolerancia y respeto, debemos madurar como sociedad", expresó.
La Concertación Feminista, que aglutina a una veintena de entidades, negó que discrimine a las prostitutas y afirmó que "apoya toda iniciativa encaminada a mejorar las condiciones" de las mujeres.
"Nuestra misión es apoyar a toda mujer, sean lo que sean, no segmentamos", dijo a la AFP la representante de la Concertación, Delia Cornejo.
"Lo importante en todo caso es que se puedan diseñar acciones conjuntas en pro del respeto y cumplimiento de los derechos de las mujeres desde un ámbito general, y ya en forma específica cada organización debe impulsar sus propios proyectos", agregó.
"Como cualquier otro trabajo recibimos un pago, por eso hasta los libros dicen que es una de las profesiones más antiguas del mundo y como trabajadoras contamos con derechos", expresó Vidal.
Flor de Piedra promueve los derechos de las trabajadoras del sexo, a quienes brinda también asistencia sicológica y de salud, y les regala condones. También capacita en otros oficios a las que buscan abandonar la prostitución y conseguir otro empleo.
Vidal recordó que "desde siempre" estas mujeres han recibido "un trato de desprecio", como si fueran de "bajo mundo o de mala vida", pero por mérito propio han ido abriéndose espacios. Sin embargo, lamentó que reciban escaso apoyo de organizaciones feministas salvadoreñas.
"Con ayuda de instituciones internacionales, en algunos casos, logramos montar programas de capacitación para las mujeres que nos lo solicitan y les enseñamos panadería u otros oficios; a otras las apoyamos económicamente para que pongan una venta en la calle, no es fácil todo esto", afirmó.
No existen cifras de cuántas prostitutas hay en El Salvador, pero esta asociación tiene inscritas a 400 mujeres, dijo Vidal, quien contó que abandonó la prostitución hace cuatro años.
A la sede de Flor de Piedra en el noreste de San Salvador, donde hay muchos prostíbulos y cantinas, acuden a diario muchas mujeres a pedir preservativos para protegerse de contraer enfermedades de transmisión sexual o el VIH/sida al atender a clientes.
En un "día de trabajo bueno" una trabajadora del sexo puede ganar entre 25 y 30 dólares, pero en días de poca demanda no llega dinero a sus carteras, dijo Vidal.
"Muchas trabajadoras del sexo son madres solteras, trabajan para sus hijos, la mayoría tiene escasa educación y por eso no les dan trabajo; lo que se necesita es apoyo para sacar a estas mujeres adelante porque tienen derechos, pagan impuestos (de consumo) y no pueden ser discriminadas", sostuvo.
El vivir en "una sociedad machista" como la salvadoreña no es fácil, afirmó Vidal, tras reseñar que muchas prostitutas son golpeadas o violadas, principalmente por pandilleros que las acechan en sus lugares de trabajo.
Vidal también lamentó el "acoso continuo y descarado" por parte de instituciones como la policía nacional y el Cuerpo de Agentes Municipales de San Salvador, que "a diario agreden verbalmente y en algunos casos hasta físicamente" a las prostitutas.
"En la sociedad es urgente más tolerancia y respeto, debemos madurar como sociedad", expresó.
La Concertación Feminista, que aglutina a una veintena de entidades, negó que discrimine a las prostitutas y afirmó que "apoya toda iniciativa encaminada a mejorar las condiciones" de las mujeres.
"Nuestra misión es apoyar a toda mujer, sean lo que sean, no segmentamos", dijo a la AFP la representante de la Concertación, Delia Cornejo.
"Lo importante en todo caso es que se puedan diseñar acciones conjuntas en pro del respeto y cumplimiento de los derechos de las mujeres desde un ámbito general, y ya en forma específica cada organización debe impulsar sus propios proyectos", agregó.