Dejamos a Ewan McGregor, alias Renton, huyendo a Ámsterdam tras haber traicionado a sus amigos en un negocio de narcotráfico. Nos reencontramos con él corriendo como un loco por las calles de Edimburgo, exactamente como en el comienzo de la primera parte, que se ha convertido en símbolo de una generación.
Muy esperada, la continuación de esta película de culto, una producción de 3 millones de dólares que reportó 70, espera un resultado idéntico renovando lo viejo: los mismos actores -Ewan McGregor, Ewen Bremner, Jonny Lee Miller y Robert Carlyle- y el mismo director, Danny Boyle.
Las críticas de la prensa británica tienden a ser positivas, a pesar de que todo el mundo parece estar de acuerdo en que T2 no es tan buena como la original.
La primera parte contaba las andanzas tragicómicas de un grupo de colgados heroinómanos escoceses que se aburrían antes de salir hacia Londres para llevar a cabo un lucrativo negocio de drogas.
La segunda entrega, inspirada libremente en la novela "Porno" de Irvine Welsh, tiene lugar veinte años después. En pleno divorcio, Mark Renton (McGregor) regresa a Edimburgo para reunirse con sus amigos, Begbie (Carlyle) está en la cárcel y Spud (Bremner) sigue siendo adicto a la heroína.
Según el diario The Guardian, "T2 no es tan buena como T1", "un poco larga" y con tendencia a "girar demasiado en torno a la automitificación". Aún así, matiza el periódico, "sigue presentando la misma energía y el mismo pesimismo crítico. Es un filme único en su género".
En declaraciones este domingo al Sunday Times, Dany Boyle describió la película como "la cruda realidad".
Con todo, el director considera que su filme habla menos del hecho de envejecer como de la cuestión de la "masculinidad y lo que significa ser hombre" en 2017.
Estos temas y las numerosas referencias al pasado confieren al film un cariz melancólico y nostálgico, al tiempo que se abordan problemáticas contemporáneas: las redes sociales, la telerrealidad, los contratos basura o el "porno de venganza".
El contexto del estreno del filme también ha cambiado. En 1996, el Reino Unido "nadaba en una euforia total con [el ex primer ministro Tony] Blair y el Britpop", recuerda Danny Boyle. "Hoy en día, el humor de la nación es diferente", constata el director, mencionando el Brexit, que él vive como un tormento.
"Trainspotting T2" llegará a las pantallas británicas el 27 de enero, y una semana después a las de Estados Unidos.
Muy esperada, la continuación de esta película de culto, una producción de 3 millones de dólares que reportó 70, espera un resultado idéntico renovando lo viejo: los mismos actores -Ewan McGregor, Ewen Bremner, Jonny Lee Miller y Robert Carlyle- y el mismo director, Danny Boyle.
Las críticas de la prensa británica tienden a ser positivas, a pesar de que todo el mundo parece estar de acuerdo en que T2 no es tan buena como la original.
La primera parte contaba las andanzas tragicómicas de un grupo de colgados heroinómanos escoceses que se aburrían antes de salir hacia Londres para llevar a cabo un lucrativo negocio de drogas.
La segunda entrega, inspirada libremente en la novela "Porno" de Irvine Welsh, tiene lugar veinte años después. En pleno divorcio, Mark Renton (McGregor) regresa a Edimburgo para reunirse con sus amigos, Begbie (Carlyle) está en la cárcel y Spud (Bremner) sigue siendo adicto a la heroína.
- 'La cruda realidad' -
Según el diario The Guardian, "T2 no es tan buena como T1", "un poco larga" y con tendencia a "girar demasiado en torno a la automitificación". Aún así, matiza el periódico, "sigue presentando la misma energía y el mismo pesimismo crítico. Es un filme único en su género".
En declaraciones este domingo al Sunday Times, Dany Boyle describió la película como "la cruda realidad".
Con todo, el director considera que su filme habla menos del hecho de envejecer como de la cuestión de la "masculinidad y lo que significa ser hombre" en 2017.
Estos temas y las numerosas referencias al pasado confieren al film un cariz melancólico y nostálgico, al tiempo que se abordan problemáticas contemporáneas: las redes sociales, la telerrealidad, los contratos basura o el "porno de venganza".
El contexto del estreno del filme también ha cambiado. En 1996, el Reino Unido "nadaba en una euforia total con [el ex primer ministro Tony] Blair y el Britpop", recuerda Danny Boyle. "Hoy en día, el humor de la nación es diferente", constata el director, mencionando el Brexit, que él vive como un tormento.
"Trainspotting T2" llegará a las pantallas británicas el 27 de enero, y una semana después a las de Estados Unidos.