Según la agencia oficial SPA, cinco personas más, acusadas de pertenecer al mismo grupo, fueron condenadas a penas de 25 a 30 años de prisión por posesión de armas y blanqueo de dinero.
En noviembre de 2013, el ataque contra el complejo Al Mahya de la capital saudita dejó 17 muertos, en su mayoría, personas originarias de países árabes.
Tras la oleada de atentados perpetrados por la red de Al Qaida entre 2003 y 2006, Arabia Saudita se dotó en 2011 de tribunales especiales para los asuntos de terrorismo, que juzgaron desde entonces a decenas de sauditas y extranjeros.