"Hoy día han ganado las mujeres, ha ganado la democracia y ha ganado Chile(...) Podemos decir con orgullo que hemos cumplido un compromiso fundamental que asumimos con las mujeres de nuestro país", dijo la mandataria socialista, tras conocer el fallo de la Corte.
Con la decisión del Tribunal, integrado por ocho hombres y dos mujeres, la iniciativa, que despenaliza la interrupción voluntaria del aborto cuando existe riesgo de vida para la madre, inviabilidad del feto o violación, quedó lista para ser promulgada como ley por Bachelet.
Conocida la resolución favorable a la norma, grupos que la apoyaban festejaron fuera del edificio del Tribunal, ubicado en el céntrico paseo peatonal de calle Huérfanos, que tenía un fuerte resguardo policial para evitar enfrentamientos.
Algunas mujeres iniciaron una marcha hasta La Moneda, la sede del Ejecutivo, para agradecer la "valentía" de Bachelet por la propuesta, una de sus promesas de campaña.
En tanto, grupos opositores, especialmente de algunas iglesias cristianas, se reunieron frente al TC para protestar. "Dios aborrece que derramen sangre de inocentes", clamaron.
El TC había concluido la noche del viernes las audiencias públicas, en las que escuchó durante dos días a 135 expositores, que alegaron en favor o en contra de la iniciativa, uno de los proyectos emblemáticos de Bachelet, que había sido aprobado por el Congreso a comienzos de este mes luego de más de dos años y medio de trámite legislativo.
Sin embargo, y tras su legitimación en el Parlamento, diputados y senadores de la oposición de derecha llevaron el asunto hasta el Tribunal para reclamar que la norma atentaba, entre otras cosas, contra el derecho a la vida consagrado en la Constitución al permitir "el aborto directo o provocado", por lo que demandaba a los magistrados declararla inconstitucional.
El Tribunal Constitucional, cuyos dictámenes son inapelables, era la última valla legal para el proyecto en Chile, uno de los pocos países del mundo donde el aborto está prohibido en cualquier circunstancia.
Incluso, su práctica es castigada con cárcel. La iniciativa era apoyada por más del 70 por ciento de los chilenos, según encuestas recientes.
Cifras del Ministerio de Salud de 2015, citadas por Amnistía Internacional, señalan que en el país se realizan más de 33.000 abortos por año, aunque esa cantidad puede ser más alta, según otros estudios.
Desde 1931 estuvo vigente en el país una ley de aborto terapéutico que la dictadura militar del fallecido Augusto Pinochet (1973-1990), por presiones de sectores conservadores y de la Iglesia católica, derogó pocos meses antes del término de la dictadura hace más de 25 años.
Con la decisión del Tribunal, integrado por ocho hombres y dos mujeres, la iniciativa, que despenaliza la interrupción voluntaria del aborto cuando existe riesgo de vida para la madre, inviabilidad del feto o violación, quedó lista para ser promulgada como ley por Bachelet.
Conocida la resolución favorable a la norma, grupos que la apoyaban festejaron fuera del edificio del Tribunal, ubicado en el céntrico paseo peatonal de calle Huérfanos, que tenía un fuerte resguardo policial para evitar enfrentamientos.
Algunas mujeres iniciaron una marcha hasta La Moneda, la sede del Ejecutivo, para agradecer la "valentía" de Bachelet por la propuesta, una de sus promesas de campaña.
En tanto, grupos opositores, especialmente de algunas iglesias cristianas, se reunieron frente al TC para protestar. "Dios aborrece que derramen sangre de inocentes", clamaron.
El TC había concluido la noche del viernes las audiencias públicas, en las que escuchó durante dos días a 135 expositores, que alegaron en favor o en contra de la iniciativa, uno de los proyectos emblemáticos de Bachelet, que había sido aprobado por el Congreso a comienzos de este mes luego de más de dos años y medio de trámite legislativo.
Sin embargo, y tras su legitimación en el Parlamento, diputados y senadores de la oposición de derecha llevaron el asunto hasta el Tribunal para reclamar que la norma atentaba, entre otras cosas, contra el derecho a la vida consagrado en la Constitución al permitir "el aborto directo o provocado", por lo que demandaba a los magistrados declararla inconstitucional.
El Tribunal Constitucional, cuyos dictámenes son inapelables, era la última valla legal para el proyecto en Chile, uno de los pocos países del mundo donde el aborto está prohibido en cualquier circunstancia.
Incluso, su práctica es castigada con cárcel. La iniciativa era apoyada por más del 70 por ciento de los chilenos, según encuestas recientes.
Cifras del Ministerio de Salud de 2015, citadas por Amnistía Internacional, señalan que en el país se realizan más de 33.000 abortos por año, aunque esa cantidad puede ser más alta, según otros estudios.
Desde 1931 estuvo vigente en el país una ley de aborto terapéutico que la dictadura militar del fallecido Augusto Pinochet (1973-1990), por presiones de sectores conservadores y de la Iglesia católica, derogó pocos meses antes del término de la dictadura hace más de 25 años.