Hasta la actualidad no se respetan los derechos de muchos de los habitantes originarios del país, dijo Trudeau en su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
"Canadá no es un país de ensueño donde los problemas que tienen otros no existen", dijo Trudeau, en un ámbito en que los jefes de Estado y de Gobierno suelen aprovechar para hablar de sus éxitos. La desigualdad no sólo existe en "orillas alejadas", añadió.
Los niños que viven en reservas canadienses sufren hasta hoy por la falta apropiada de agua potable, se enfrentan a escasas posibilidades de formación y hay muchos que tienen pensamientos suicidas, relató.
Debido a la violencia contra las mujeres indígenas incluso hubo alertas de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, señaló. "Ese es el legado del colonialismo en Canadá", dijo Trudeau.
Durante mucho tiempo los pueblos originarios en Canadá "fueron humillados, descuidados y abusados". También es "decepcionante" ver cuánto tiempo Canadá se negó a aceptar la declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, que no asumió hasta 2016.
Hoy es posible "una reparación honesta y constante", afirmó. El Gobierno está trabajando, por ejemplo, en garantizar necesidades básicas como acceso a agua potable, vivienda, formación y un empleo digno, pero también en preservar lenguas amenazadas con la extinción como las de los métis, los inuit y las denominadas Primeras Naciones de Canadá ("first nations").
"Canadá no es un país de ensueño donde los problemas que tienen otros no existen", dijo Trudeau, en un ámbito en que los jefes de Estado y de Gobierno suelen aprovechar para hablar de sus éxitos. La desigualdad no sólo existe en "orillas alejadas", añadió.
Los niños que viven en reservas canadienses sufren hasta hoy por la falta apropiada de agua potable, se enfrentan a escasas posibilidades de formación y hay muchos que tienen pensamientos suicidas, relató.
Debido a la violencia contra las mujeres indígenas incluso hubo alertas de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, señaló. "Ese es el legado del colonialismo en Canadá", dijo Trudeau.
Durante mucho tiempo los pueblos originarios en Canadá "fueron humillados, descuidados y abusados". También es "decepcionante" ver cuánto tiempo Canadá se negó a aceptar la declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, que no asumió hasta 2016.
Hoy es posible "una reparación honesta y constante", afirmó. El Gobierno está trabajando, por ejemplo, en garantizar necesidades básicas como acceso a agua potable, vivienda, formación y un empleo digno, pero también en preservar lenguas amenazadas con la extinción como las de los métis, los inuit y las denominadas Primeras Naciones de Canadá ("first nations").