"Un país al que llamamos nuestro socio y con el que hemos cooperado durante muchos años en la OTAN y en la región ahora se ha aferrado a una organización terrorista", declaró Yildrim en un discurso pronunciado en Ankara. El primer ministro habló de una "situación muy dolorosa y fatal" y un "asunto muy humillante para Estados Unidos".
"Si la Administración estadounidense no quiere enfrentarse a Turquía -algo que no quiere, como tampoco Turquía- la manera es que corte el apoyo a ciertos terroristas", dijo por su parte el viceprimer ministro turco, Bekir Bozdag.
Según la Casa Blanca, el presidente Donald Trump había expresado, en una conversación telefónica mantenida en la tarde del miércoles con su par de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, su preocupación por una escalada de los enfrentamientos en la región de Afrin, en el noroeste de Siria.
De acuerdo con la Casa Blanca, Trump urgió a Turquía a frenar la escalada militar en Afrin, respetar a la población civil y "evitar acciones que podrían implicar el riesgo de un conflicto entre fuerzas turcas y estadounidenses".
Sin embargo, la oficina de la presidencia en Ankara presentó otra versión de la conversación entre Trump y Erdogan, asegurando que los dos mandatarios solo habían intercambiado opiniones sobre la ofensiva militar turca, bautizada "Rama de Olivo".
Turquía inició el pasado sábado una operación en la región de Afrin dirigida contra las YPG, una milicia aliada con Estados Unidos. Para el Gobierno turco, las YPG son la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), proscrito y catalogado como organización terrorista en Turquía.
La emisora NTV informó entre tanto que Turquía ha enviado más tropas a la frontera con Siria. Yildrim dijo que la ofensiva en Siria sigue adelante tal como está previsto. Turquía asegura, según sus datos más recientes, haber "neutralizado", es decir, abatido, herido o capturado, a más de 300 combatientes enemigos.
En Viena, mientras tanto, comenzó hoy la novena ronda de negociaciones sobre Siria mediada por Naciones Unidas. Según está previsto, las partes enemistadas nuevamente no hablarán de forma directa entre ellas sino por separado con el mediador de la ONU, Staffan de Mistura. Según este, las negociaciones tienen lugar en un momento "muy, muy crítico".
La delegación del Gobierno sirio se mostró hoy algo más cooperadora que en otras ocasiones. "Nuestra delegación colaborará estrechamente con el enviado especial de la ONU en el interés del pueblo sirio", dijo una fuente del equipo negociador gubernamental.
El jefe negociador de la oposición, Nasser al Hariri, afirmó el miércoles que esta ronda de conversaciones es "una verdadera prueba para todas las partes".
Las expectativas que ha suscitado la reunión en la capital de Austria, de dos días de duración, son bajas. Las partes enfrentadas están aún muy legos de llegar a un acuerdo sobre los objetivos principales: la elaboración de una nueva Constitución y la convocatoria de elecciones libres bajo supervisión de la ONU.
La oposición insiste en que el presidente Bashar al Assad no tenga ningún papel en el futuro político sirio, algo que, según los negociadores del Gobierno, estanca las conversaciones.
Para la próxima semana también está programada una reunión entre las partes en conflicto convocada a iniciativa de Rusia, Irán y Turquía en la localidad rusa de Sochi, a orillas del mar Negro. La ONU ve con ojos críticos esta iniciativa diplomática. La oposición siria también se muestra escéptica y condiciona su asistencia a la reunión en Sochi a que haya señales positivas en las conversaciones en Viena.
"Si la Administración estadounidense no quiere enfrentarse a Turquía -algo que no quiere, como tampoco Turquía- la manera es que corte el apoyo a ciertos terroristas", dijo por su parte el viceprimer ministro turco, Bekir Bozdag.
Según la Casa Blanca, el presidente Donald Trump había expresado, en una conversación telefónica mantenida en la tarde del miércoles con su par de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, su preocupación por una escalada de los enfrentamientos en la región de Afrin, en el noroeste de Siria.
De acuerdo con la Casa Blanca, Trump urgió a Turquía a frenar la escalada militar en Afrin, respetar a la población civil y "evitar acciones que podrían implicar el riesgo de un conflicto entre fuerzas turcas y estadounidenses".
Sin embargo, la oficina de la presidencia en Ankara presentó otra versión de la conversación entre Trump y Erdogan, asegurando que los dos mandatarios solo habían intercambiado opiniones sobre la ofensiva militar turca, bautizada "Rama de Olivo".
Turquía inició el pasado sábado una operación en la región de Afrin dirigida contra las YPG, una milicia aliada con Estados Unidos. Para el Gobierno turco, las YPG son la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), proscrito y catalogado como organización terrorista en Turquía.
La emisora NTV informó entre tanto que Turquía ha enviado más tropas a la frontera con Siria. Yildrim dijo que la ofensiva en Siria sigue adelante tal como está previsto. Turquía asegura, según sus datos más recientes, haber "neutralizado", es decir, abatido, herido o capturado, a más de 300 combatientes enemigos.
En Viena, mientras tanto, comenzó hoy la novena ronda de negociaciones sobre Siria mediada por Naciones Unidas. Según está previsto, las partes enemistadas nuevamente no hablarán de forma directa entre ellas sino por separado con el mediador de la ONU, Staffan de Mistura. Según este, las negociaciones tienen lugar en un momento "muy, muy crítico".
La delegación del Gobierno sirio se mostró hoy algo más cooperadora que en otras ocasiones. "Nuestra delegación colaborará estrechamente con el enviado especial de la ONU en el interés del pueblo sirio", dijo una fuente del equipo negociador gubernamental.
El jefe negociador de la oposición, Nasser al Hariri, afirmó el miércoles que esta ronda de conversaciones es "una verdadera prueba para todas las partes".
Las expectativas que ha suscitado la reunión en la capital de Austria, de dos días de duración, son bajas. Las partes enfrentadas están aún muy legos de llegar a un acuerdo sobre los objetivos principales: la elaboración de una nueva Constitución y la convocatoria de elecciones libres bajo supervisión de la ONU.
La oposición insiste en que el presidente Bashar al Assad no tenga ningún papel en el futuro político sirio, algo que, según los negociadores del Gobierno, estanca las conversaciones.
Para la próxima semana también está programada una reunión entre las partes en conflicto convocada a iniciativa de Rusia, Irán y Turquía en la localidad rusa de Sochi, a orillas del mar Negro. La ONU ve con ojos críticos esta iniciativa diplomática. La oposición siria también se muestra escéptica y condiciona su asistencia a la reunión en Sochi a que haya señales positivas en las conversaciones en Viena.