Ankara propuso además a los 28 jefes de Estado y de gobierno de la UE readmitir automáticamente a los refugiados sirios que llegan ilegalmente en Europa si los miembros del bloque aceptan por cada uno a un refugiado sirio de los 2,7 millones que hallaron refugio en Turquía.
Ankara ampliaría así la readmisión a los refugiados que llegan a Europa cruzando el mar Egeo y no sólo a los llamados migrantes económicos, según una fuente diplomática europea.
En esta propuesta de último momento que hizo el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que participa en la cumbre, la UE adelantaría a junio la liberalización de visados para los turcos que viajen al bloque y acelerar el proceso de adhesión de Turquía.
"Están ofreciendo más" pero también "pidiendo más", señaló una fuente europea.
La UE y Ankara ya pactaron en noviembre que Turquía frenaría las llegadas de migrantes a Europa a cambio de, entre otras cosas, una ayuda de 3.000 millones de euros para acoger a los solicitantes de asilo en su territorio, con la escolarización de los niños o el acceso al empleo, por ejemplo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se quejó este lunes por el atraso de la UE en desbloquear los fondos pactados en noviembre.
Otro de los aspectos del pacto entre Ankara y Bruselas sellado en noviembre contempla la lucha contra los que organizan las peligrosas travesías del mar Egeo.
Desde el domingo, la UE y Turquía cuentan con la ayuda de los buques de la OTAN, que fueron autorizados a operar en las aguas territoriales turcas y griegas.
En lo que va del año 120.000 personas llegaron a las costas griegas cruzando el Egeo. En 2015 fueron más de 850.000, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Los 28 quieren marcar asimismo en esta cumbre el endurecimiento de la respuesta europea a la crisis dando su apoyo a un proyecto en ciernes de "cierre" de la llamada ruta de los Balcanes, utilizada por centenares de miles de migrantes en su camino hacia el norte de Europa.
Serbia y Macedonia, pero también Austria, Eslovenia y Croacia, miembros de la UE, restringen desde hace unas semanas el tránsito por sus territorios de los solicitantes de asilo, lo que la Comisión Europea calificó de incompatible con la legislación europea y la Convención de Ginebra.
Esta decisión dejó a más de 30.000 migrantes bloqueados en condiciones miserables en Grecia, unos 13.000 en la frontera con Macedonia.
"El flujo de migrantes irregulares por los Balcanes occidentales llega a su término. Esta ruta está ahora cerrada", se puede leer en el proyecto de declaración final.
Pero Alemania emitió este lunes fuertes reservas sobre este punto, "lo que importa es hallar una solución duradera con Turquía", dijo la canciller Angela Merkel al llegar a la cumbre.
Su portavoz consideró el cierre de esas fronteras como una "especulación".
Merkel, que renunció los últimos meses a su política de apertura hacia los refugiados, insiste ahora en la necesidad de que la frontera greco-turca sea más hermética.
La crisis migratoria provoca desde hace meses profundas divisiones en la UE y amenaza uno de sus pilares más emblemáticos de su construcción: la libre circulación en el espacio sin fronteras Schengen.
La Comisión Europea fijó como objetivo para un regreso a la normalidad que los controles fronterizos en el interior de este espacio, reinstaurados en ocho países, desaparezcan para fin de año.
Pero esto necesita que caiga el flujo de llegadas y que los migrantes económicos sean expulsados de la UE más rápidamente, entre otros países hacia Turquía que los reenviaría a su vez hacia sus países de origen.
Cada semana llegan a las costas griegas entre 15.000 y 20.000 personas provenientes de Turquía, una cifra "muy elevada", según los dirigentes europeos que temen que el flujo de llegadas se vuelva a disparar en la primavera.
El naufragio el domingo de un barco en el que murieron 25 personas, de ellas 10 niños, frente a las costas turcas recordó antes de la cumbre una vez más las peligrosas travesías del mar Egeo.
Esta nueva cumbre se lleva a cabo en medio de un clima de fricciones recurrentes entre la UE y Ankara, por la reciente ola represiva a la prensa turca de oposición.
Ankara ampliaría así la readmisión a los refugiados que llegan a Europa cruzando el mar Egeo y no sólo a los llamados migrantes económicos, según una fuente diplomática europea.
En esta propuesta de último momento que hizo el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que participa en la cumbre, la UE adelantaría a junio la liberalización de visados para los turcos que viajen al bloque y acelerar el proceso de adhesión de Turquía.
"Están ofreciendo más" pero también "pidiendo más", señaló una fuente europea.
La UE y Ankara ya pactaron en noviembre que Turquía frenaría las llegadas de migrantes a Europa a cambio de, entre otras cosas, una ayuda de 3.000 millones de euros para acoger a los solicitantes de asilo en su territorio, con la escolarización de los niños o el acceso al empleo, por ejemplo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se quejó este lunes por el atraso de la UE en desbloquear los fondos pactados en noviembre.
Otro de los aspectos del pacto entre Ankara y Bruselas sellado en noviembre contempla la lucha contra los que organizan las peligrosas travesías del mar Egeo.
Desde el domingo, la UE y Turquía cuentan con la ayuda de los buques de la OTAN, que fueron autorizados a operar en las aguas territoriales turcas y griegas.
En lo que va del año 120.000 personas llegaron a las costas griegas cruzando el Egeo. En 2015 fueron más de 850.000, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
- La 'ruta de los Balcanes' -
Los 28 quieren marcar asimismo en esta cumbre el endurecimiento de la respuesta europea a la crisis dando su apoyo a un proyecto en ciernes de "cierre" de la llamada ruta de los Balcanes, utilizada por centenares de miles de migrantes en su camino hacia el norte de Europa.
Serbia y Macedonia, pero también Austria, Eslovenia y Croacia, miembros de la UE, restringen desde hace unas semanas el tránsito por sus territorios de los solicitantes de asilo, lo que la Comisión Europea calificó de incompatible con la legislación europea y la Convención de Ginebra.
Esta decisión dejó a más de 30.000 migrantes bloqueados en condiciones miserables en Grecia, unos 13.000 en la frontera con Macedonia.
"El flujo de migrantes irregulares por los Balcanes occidentales llega a su término. Esta ruta está ahora cerrada", se puede leer en el proyecto de declaración final.
Pero Alemania emitió este lunes fuertes reservas sobre este punto, "lo que importa es hallar una solución duradera con Turquía", dijo la canciller Angela Merkel al llegar a la cumbre.
Su portavoz consideró el cierre de esas fronteras como una "especulación".
Merkel, que renunció los últimos meses a su política de apertura hacia los refugiados, insiste ahora en la necesidad de que la frontera greco-turca sea más hermética.
La crisis migratoria provoca desde hace meses profundas divisiones en la UE y amenaza uno de sus pilares más emblemáticos de su construcción: la libre circulación en el espacio sin fronteras Schengen.
La Comisión Europea fijó como objetivo para un regreso a la normalidad que los controles fronterizos en el interior de este espacio, reinstaurados en ocho países, desaparezcan para fin de año.
Pero esto necesita que caiga el flujo de llegadas y que los migrantes económicos sean expulsados de la UE más rápidamente, entre otros países hacia Turquía que los reenviaría a su vez hacia sus países de origen.
Cada semana llegan a las costas griegas entre 15.000 y 20.000 personas provenientes de Turquía, una cifra "muy elevada", según los dirigentes europeos que temen que el flujo de llegadas se vuelva a disparar en la primavera.
El naufragio el domingo de un barco en el que murieron 25 personas, de ellas 10 niños, frente a las costas turcas recordó antes de la cumbre una vez más las peligrosas travesías del mar Egeo.
Esta nueva cumbre se lleva a cabo en medio de un clima de fricciones recurrentes entre la UE y Ankara, por la reciente ola represiva a la prensa turca de oposición.