"Agradecido por la confianza y la evaluación positiva del Consejo Europeo. Daré lo mejor de mí para mejorar la UE", tuiteó Tusk, quien se encargará de coordinar el trabajo de los 28 hasta noviembre de 2019, un período marcado por las negociaciones de divorcio con Reino Unido.
Algunos dirigentes europeos, sumidos en plena reflexión sobre cómo dar un nuevo impulso al bloque tras el Brexit, veían la renovación del ex primer ministro polaco como una señal de "estabilidad", pero Varsovia advirtió que es un "mal presagio para la Unión Europea".
Para una portavoz del partido gobernante polaco, el conservador Derecho y Justicia (PiS), "el futuro mostrará las consecuencias de este precedente", añadió Beata Mazurek. Y el canciller polaco, Witold Waszczykowski, fue más allá, al decir que la UE obedece al "'diktat' de Berlín".
La primera ministra polaca, Beata Szydlo, había instado en una carta a sus socios europeos a no renovar a Tusk al acusarlo de "violar brutalmente" la neutralidad del cargo e "implicarse personalmente" en la vida política de Polonia. Finalmente, este se impuso con 27 votos a favor contra uno en contra.
Desde su vuelta al poder en octubre de 2015, el PiS recrudeció sus críticas contra Tusk, a quien su líder Jaroslaw Kaczynski considera incluso el responsable "moral" de la muerte de su hermano gemelo y entonces presidente Lech Kaczynski en un accidente aéreo en 2010.
Por ello, para algunos mandatarios, el rechazo de Varsovia a su ex jefe de gobierno nacido hace 59 años en la ciudad de Gdansk es la prolongación en la UE de una cuestión interna o, en palabras de la presidenta lituana Dalia Grybauskaite, "una guerra de Tronos", en referencia a la popular serie de ficción televisiva.
A pesar de la derrota, Polonia mantiene la tensión, como había avanzado un miembro de su gobierno, y su primera ministra intenta bloquear la decisión final de la cumbre, que debe versar sobre asuntos como el comercio o la defensa, indicaron varias fuentes diplomáticas.
"Polonia se opone ahora a las conclusiones", indicó a la AFP una de estas fuentes, aunque esto no afectaría a la reelección de Tusk, ya que se trata de una decisión separada para la que se necesita la mayoría cualificada.
Los desencuentros con Polonia, a la que podrían sumarse el resto de sus colegas del grupo de Visegrado (República Checa, Eslovaquia y Hungría), podrían continuar el viernes, cuando los dirigentes reunidos sin su homóloga británica aborden su futuro a 27.
Esta será la última reunión antes de la notificación oficial del Brexit, que Londres busca comunicar antes de finales de mes, y de la cumbre de Roma el 25 de marzo, con motivo del 60º aniversario del proyecto europeo, que los europeos quieren aprovechar para plasmar su nuevo impulso.
Por ahora, este nuevo impulso parece que pasa por la idea de una Europa con diferentes grados de integración entre países, como defendieron los dirigentes de Alemania, Francia, Italia y España en una reciente cumbre en Versalles. "Europa es una historia de éxito", reiteró este jueves el español Mariano Rajoy.
Esta "Europa a varias velocidades" choca, sin embargo, con algunos países de la ex órbita soviética preocupados por el riesgo de convertirse en miembros de segunda, como Polonia que advirtió que esta solución "puede conducir a nuevas crisis".
La decisión de los británicos de abandonar la UE supuso un duro golpe a un bloque debilitado por la crisis migratoria y los atentados yihadistas de los últimos años, cuando empezaba a recuperarse de la crisis financiera mundial de 2008.
Algunos dirigentes europeos, sumidos en plena reflexión sobre cómo dar un nuevo impulso al bloque tras el Brexit, veían la renovación del ex primer ministro polaco como una señal de "estabilidad", pero Varsovia advirtió que es un "mal presagio para la Unión Europea".
Para una portavoz del partido gobernante polaco, el conservador Derecho y Justicia (PiS), "el futuro mostrará las consecuencias de este precedente", añadió Beata Mazurek. Y el canciller polaco, Witold Waszczykowski, fue más allá, al decir que la UE obedece al "'diktat' de Berlín".
La primera ministra polaca, Beata Szydlo, había instado en una carta a sus socios europeos a no renovar a Tusk al acusarlo de "violar brutalmente" la neutralidad del cargo e "implicarse personalmente" en la vida política de Polonia. Finalmente, este se impuso con 27 votos a favor contra uno en contra.
- 'Guerra de Tronos' -
Desde su vuelta al poder en octubre de 2015, el PiS recrudeció sus críticas contra Tusk, a quien su líder Jaroslaw Kaczynski considera incluso el responsable "moral" de la muerte de su hermano gemelo y entonces presidente Lech Kaczynski en un accidente aéreo en 2010.
Por ello, para algunos mandatarios, el rechazo de Varsovia a su ex jefe de gobierno nacido hace 59 años en la ciudad de Gdansk es la prolongación en la UE de una cuestión interna o, en palabras de la presidenta lituana Dalia Grybauskaite, "una guerra de Tronos", en referencia a la popular serie de ficción televisiva.
A pesar de la derrota, Polonia mantiene la tensión, como había avanzado un miembro de su gobierno, y su primera ministra intenta bloquear la decisión final de la cumbre, que debe versar sobre asuntos como el comercio o la defensa, indicaron varias fuentes diplomáticas.
"Polonia se opone ahora a las conclusiones", indicó a la AFP una de estas fuentes, aunque esto no afectaría a la reelección de Tusk, ya que se trata de una decisión separada para la que se necesita la mayoría cualificada.
- 'Nuevas crisis' -
Los desencuentros con Polonia, a la que podrían sumarse el resto de sus colegas del grupo de Visegrado (República Checa, Eslovaquia y Hungría), podrían continuar el viernes, cuando los dirigentes reunidos sin su homóloga británica aborden su futuro a 27.
Esta será la última reunión antes de la notificación oficial del Brexit, que Londres busca comunicar antes de finales de mes, y de la cumbre de Roma el 25 de marzo, con motivo del 60º aniversario del proyecto europeo, que los europeos quieren aprovechar para plasmar su nuevo impulso.
Por ahora, este nuevo impulso parece que pasa por la idea de una Europa con diferentes grados de integración entre países, como defendieron los dirigentes de Alemania, Francia, Italia y España en una reciente cumbre en Versalles. "Europa es una historia de éxito", reiteró este jueves el español Mariano Rajoy.
Esta "Europa a varias velocidades" choca, sin embargo, con algunos países de la ex órbita soviética preocupados por el riesgo de convertirse en miembros de segunda, como Polonia que advirtió que esta solución "puede conducir a nuevas crisis".
La decisión de los británicos de abandonar la UE supuso un duro golpe a un bloque debilitado por la crisis migratoria y los atentados yihadistas de los últimos años, cuando empezaba a recuperarse de la crisis financiera mundial de 2008.