"Acordamos todos los aspectos del Mecanismo de Estabilidad Europeo", dijo Juncker, que dirige el Eurogrupo de ministros de Finanzas de los 17 Estados miembros de la Eurozona, después de una reunión de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) en Bruselas.
Se trata del fondo permanente de rescate que a mediados de 2013 reemplazará el mecanismo temporal activado en 2010 para ayudar a los países de la zona euro en apuros financieros.
Con el fin de poder prestar hasta 500.000 millones de euros a estos Estados, el "mecanismo dispondrá de una base de capital de 700.000 millones de euros", explicó en rueda de prensa Juncker.
De esta suma, los miembros de la zona euro aportarán 80.000 millones de euros en forma de capital a una sociedad cuya sede se encontrará en Luxemburgo.
El resto, es decir, 620.000 millones de euros, equivale a la suma del capital "exigible" a los Estados en caso de necesidad y a garantías.
El hecho de que la Eurozona necesite 700.000 millones de euros para poder prestar 500.000 millones de euros se explica por su voluntad de "garantizar la mejor calificación" del fondo de rescate por parte de las agencias especializadas, según Juncker.
Así, los 200.000 millones de euros restantes servirán únicamente como garantías de la suma prestada.
El acuerdo alcanzado en Bruselas "permite contar con un fondo sólido, simple y que puede explicarse a los mercados", se felicitó la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde.
La contribución de cada país será determinada en función de su participación al capital del Banco Central Europeo (BCE).
El fondo de rescate permanente constituye una pieza importante del conjunto de medidas que la zona euro debió adoptar desde el estallido en 2010 de la crisis de la deuda soberana en la unión monetaria, que hasta ahora forzó el rescate de dos de sus miembros, Grecia e Irlanda.
Los líderes de la UE tienen previsto aprobar definitivamente su creación para mediados de 2013 en una cumbre que tendrá lugar el próximo jueves y viernes en Bruselas.
Además, los 27 examinarán en su cita una polémica reclamación de Irlanda para que la Eurozona rebaje los intereses del préstamo que recibió en 2010 para evitar la bancarrota.
Junto al Fondo Monetario Internacional, los europeos aprobaron entonces un rescate de 80.000 millones de euros para el gobierno irlandés.
Dublín solicita un abaratamiento del préstamo, pero sus socios le exigen en contrapartida que acepte elevar su impuesto de sociedades, uno de los más bajos de la Unión Europea y criticado en el continente por incitar la deslocalización de empresas europeas a Irlanda.
Se trata del fondo permanente de rescate que a mediados de 2013 reemplazará el mecanismo temporal activado en 2010 para ayudar a los países de la zona euro en apuros financieros.
Con el fin de poder prestar hasta 500.000 millones de euros a estos Estados, el "mecanismo dispondrá de una base de capital de 700.000 millones de euros", explicó en rueda de prensa Juncker.
De esta suma, los miembros de la zona euro aportarán 80.000 millones de euros en forma de capital a una sociedad cuya sede se encontrará en Luxemburgo.
El resto, es decir, 620.000 millones de euros, equivale a la suma del capital "exigible" a los Estados en caso de necesidad y a garantías.
El hecho de que la Eurozona necesite 700.000 millones de euros para poder prestar 500.000 millones de euros se explica por su voluntad de "garantizar la mejor calificación" del fondo de rescate por parte de las agencias especializadas, según Juncker.
Así, los 200.000 millones de euros restantes servirán únicamente como garantías de la suma prestada.
El acuerdo alcanzado en Bruselas "permite contar con un fondo sólido, simple y que puede explicarse a los mercados", se felicitó la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde.
La contribución de cada país será determinada en función de su participación al capital del Banco Central Europeo (BCE).
El fondo de rescate permanente constituye una pieza importante del conjunto de medidas que la zona euro debió adoptar desde el estallido en 2010 de la crisis de la deuda soberana en la unión monetaria, que hasta ahora forzó el rescate de dos de sus miembros, Grecia e Irlanda.
Los líderes de la UE tienen previsto aprobar definitivamente su creación para mediados de 2013 en una cumbre que tendrá lugar el próximo jueves y viernes en Bruselas.
Además, los 27 examinarán en su cita una polémica reclamación de Irlanda para que la Eurozona rebaje los intereses del préstamo que recibió en 2010 para evitar la bancarrota.
Junto al Fondo Monetario Internacional, los europeos aprobaron entonces un rescate de 80.000 millones de euros para el gobierno irlandés.
Dublín solicita un abaratamiento del préstamo, pero sus socios le exigen en contrapartida que acepte elevar su impuesto de sociedades, uno de los más bajos de la Unión Europea y criticado en el continente por incitar la deslocalización de empresas europeas a Irlanda.