Un 10,3% de mujeres afirma haber recibido a lo largo de su vida algún maltrato físico, mientras que un 8,1% asegura haber sufrido violencia sexual, según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015, presentada este lunes por el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso.
"Además el 13% de las encuestadas reconoce haber sentido miedo alguna vez en la vida respecto de su pareja o expareja", según el estudio.
La encuesta se llevó a cabo mediante entrevistas presenciales a 10.171 mujeres mayores de 16 años, lo que supuso incluir 2.171 mujeres más que en la anterior encuesta similar, realizada en 2011, que se realizó con féminas de 18 años en adelante.
Hace cuatro años, el porcentaje de mujeres que afirmaron haber sufrido alguna vez maltrato de género fue del 10,9%.
Según la encuesta, un 77,6% de las mujeres entrevistadas afirmaron haber podido "cambiar de vida y dejar atrás la lacra de la violencia de género", frente al 72,4% del estudio de 2011.
Los malos tratos "sin que entren otros factores en liza más allá de la violencia" llevaron a un 67,4% de las mujeres víctimas a acabar con su relación, según el estudio que introducía este pregunta como novedad.
La Macroencuesta 2015 discrimina distintos tipos de violencia de género y así el porcentaje aumenta respecto "a la violencia psicológica o de control", que un 25,4% de las mujeres afirma haber padecido, mientras que un 21,9% sufrió "violencia emocional" y un 10,8% se refirió a "la violencia económica".
En la mayoría de los casos en que la pareja tenía hijos, éstos presenciaron o sufrieron los malos tratos.
Un 63,6% de las mujeres encuestadas afirmó "que sus hijos o hijas presenciaron o escucharon episodios de malos tratos y de éstas, un 92,5%, asegura que tenían menos de 18 años cuando se produjeron los hechos".
En el 64,2% de casos con menores de 18 años, éstos también sufrieron los malos tratos, según el estudio.
Dos leyes en 2005 y 2009 convirtieron a España en uno de los países punteros en la lucha contra la violencia de género creando teléfonos de ayuda, tribunales especializados y una pulsera electrónica para los maltratadores que luego fue copiada por Francia, Italia y Gran Bretaña.