En 2015, Reeve publicó que la tumba de Nefertiti se encontraba oculta y situada junto a la de Tutankamón, en el Valle de los Reyes de Luxor. Para afirmarlo se basaba en las estructuras lineares de dos paredes, en las que él veía una puerta o acceso a una cámara oculta.
Ésta, especuló, podría ser la tumba de Nefertiti, que se situaría detrás de la pared norte de la cámara funeraria de Tutankamón. Sea como fuere, tan sólo el descubrimiento de nuevas cámaras ocultas sería ya toda una sensación arqueológica.
Sin embargo, tras el revuelo suscitado en los meses posteriores en torno a una posible cámara oculta en la famosa tumba de Tutankamón (KV62), llegó la desilusión.
Las primeras y prometedoras mediciones con georradar, realizadas por un experto japonés, no pudieron ser confirmadas por el subsiguiente escáner. Según dijo a "National Geographic" el geofísico Dean Goodman, si hubiera una cavidad, "tendría que verse un reflejo fuerte". Y éste no se percibe.
Las nuevas mediciones del equipo italiano son, quizá, la última oportunidad de reflotar la teoría de Reeve.
Según el jefe del equipo de investigadores, Franco Porcelli, para las mediciones se utilizarán tres sistemas de radar diferentes de última generación, con los que la existencia de estructuras ocultas en la tumba -o la ausencia de éstas- se detectarán con una seguridad del 99 por ciento. La valoración de las mediciones podrá prolongarse semanas o meses.
Ésta, especuló, podría ser la tumba de Nefertiti, que se situaría detrás de la pared norte de la cámara funeraria de Tutankamón. Sea como fuere, tan sólo el descubrimiento de nuevas cámaras ocultas sería ya toda una sensación arqueológica.
Sin embargo, tras el revuelo suscitado en los meses posteriores en torno a una posible cámara oculta en la famosa tumba de Tutankamón (KV62), llegó la desilusión.
Las primeras y prometedoras mediciones con georradar, realizadas por un experto japonés, no pudieron ser confirmadas por el subsiguiente escáner. Según dijo a "National Geographic" el geofísico Dean Goodman, si hubiera una cavidad, "tendría que verse un reflejo fuerte". Y éste no se percibe.
Las nuevas mediciones del equipo italiano son, quizá, la última oportunidad de reflotar la teoría de Reeve.
Según el jefe del equipo de investigadores, Franco Porcelli, para las mediciones se utilizarán tres sistemas de radar diferentes de última generación, con los que la existencia de estructuras ocultas en la tumba -o la ausencia de éstas- se detectarán con una seguridad del 99 por ciento. La valoración de las mediciones podrá prolongarse semanas o meses.