Los diputados de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel reclamaron una expulsión más rápida. Mientras, el vicepresidente de la fracción de Los verdes, Konstantin von Notz, alertó del peligro de azuzar el odio contra todos los extranjeros.
El principal sospechoso, un afgano de 30 años, está acusado de violar a una niña de 14 años el sábado por la mañana en la entrada de una casa de la calle Mönckeberg.
Después del crimen, el hombre bajo los efectos del alcohol persiguió a la chica hasta el metro. La joven se bajó en la estación de Hoheluftbrücke y pidió ayuda en una gasolinera cercana. Fue allí donde la Policía arrestó al sospechoso.
La Oficina de Extranjería de Hamburgo confirmó que el hombre es un inmigrante cuya solicitud de asilo había sido rechazada. Llegó a la ciudad hanseática en abril de 2011 y fue enviado a Mecklemburgo-Pomerania Occidental, donde su solicitud fue denegada. Posteriormente, se casó con una mujer de Hamburgo y por lo tanto recibió un permiso de residencia a partir de mayo de 2012. En ese mismo año ya cometió sus primeros delitos.
En 2014, el matrimonio se divorció y el permiso de residencia se limitó con efecto retroactivo a julio de 2013, explicaron las autoridades alemanas. Desde entonces, se ha permitido su estancia en el país de manera temporal.
En 2015, el hombre fue condenado a un año de libertad condicional por grave lesión física. En marzo de 2017, el Tribunal Regional lo condenó a tres años y dos meses de prisión por robo con armas e intento grave de extorsión. El fallo no entró en vigor. El Tribunal Supremo Federal de Alemania lo anuló en julio de 2017.
La Oficina de Extranjería quería deportar al afgano. Sin embargo, la Fiscalía se negó a dar su consentimiento. Un portavoz explicó que la acción penal tenía prioridad.
"En el caso de reincidentes como Mansor S., que están pasando por procedimientos de asilo aquí o cuya solicitud ya ha sido rechazada, el poder judicial debe tomar medidas más duras y no menos severas", reclamó el diputado de la CDU Patrick Sensburg al diario alemán "Bild".
"Si los ciudadanos no pueden ser protegidos eficazmente hasta que tenga lugar el juicio y los sospechosos tengan que estar en libertad durante meses debido a la sobrecarga del sistema judicial de Hamburgo, entonces deberían ser deportados inmediatamente", explicó por su parte Dennis Gladiator, diputado de la CDU en Hamburgo.
Sin embargo, el político de Los Verdes Notz alertó de no caer en una sospecha general. "El poder judicial debe tratar este caso de forma clara. No obstante, casos individuales como este no deben ser usados para ir contra las personas que buscan protección y contra los extranjeros".
El tema de los refugiados es un asunto candente en Alemania después de que en 2015 entraran casi 900.000 solicitantes de asilo. Desde entonces han sido registrados cerca de 600.000 más.
El principal sospechoso, un afgano de 30 años, está acusado de violar a una niña de 14 años el sábado por la mañana en la entrada de una casa de la calle Mönckeberg.
Después del crimen, el hombre bajo los efectos del alcohol persiguió a la chica hasta el metro. La joven se bajó en la estación de Hoheluftbrücke y pidió ayuda en una gasolinera cercana. Fue allí donde la Policía arrestó al sospechoso.
La Oficina de Extranjería de Hamburgo confirmó que el hombre es un inmigrante cuya solicitud de asilo había sido rechazada. Llegó a la ciudad hanseática en abril de 2011 y fue enviado a Mecklemburgo-Pomerania Occidental, donde su solicitud fue denegada. Posteriormente, se casó con una mujer de Hamburgo y por lo tanto recibió un permiso de residencia a partir de mayo de 2012. En ese mismo año ya cometió sus primeros delitos.
En 2014, el matrimonio se divorció y el permiso de residencia se limitó con efecto retroactivo a julio de 2013, explicaron las autoridades alemanas. Desde entonces, se ha permitido su estancia en el país de manera temporal.
En 2015, el hombre fue condenado a un año de libertad condicional por grave lesión física. En marzo de 2017, el Tribunal Regional lo condenó a tres años y dos meses de prisión por robo con armas e intento grave de extorsión. El fallo no entró en vigor. El Tribunal Supremo Federal de Alemania lo anuló en julio de 2017.
La Oficina de Extranjería quería deportar al afgano. Sin embargo, la Fiscalía se negó a dar su consentimiento. Un portavoz explicó que la acción penal tenía prioridad.
"En el caso de reincidentes como Mansor S., que están pasando por procedimientos de asilo aquí o cuya solicitud ya ha sido rechazada, el poder judicial debe tomar medidas más duras y no menos severas", reclamó el diputado de la CDU Patrick Sensburg al diario alemán "Bild".
"Si los ciudadanos no pueden ser protegidos eficazmente hasta que tenga lugar el juicio y los sospechosos tengan que estar en libertad durante meses debido a la sobrecarga del sistema judicial de Hamburgo, entonces deberían ser deportados inmediatamente", explicó por su parte Dennis Gladiator, diputado de la CDU en Hamburgo.
Sin embargo, el político de Los Verdes Notz alertó de no caer en una sospecha general. "El poder judicial debe tratar este caso de forma clara. No obstante, casos individuales como este no deben ser usados para ir contra las personas que buscan protección y contra los extranjeros".
El tema de los refugiados es un asunto candente en Alemania después de que en 2015 entraran casi 900.000 solicitantes de asilo. Desde entonces han sido registrados cerca de 600.000 más.