La manifestación de Bnei Brak
"Hay 30.000 manifestantes en Jerusalén y 20.000 en Bne Brak", una ciudad de población judía ortodoxa situada cerca de Tel Aviv, declaró a la AFP el portavoz de la policía, Micky Rosenfeld.
Estas manifestaciones eran retransmitidas en directo por la televisión israelí y eclipsaron por completo el anuncio del gobierno sobre una flexibilización del bloqueo a la franja de Gaza.
"¡Es la tora quien decreta!", "¡No toquen a los redentores de Israel!", podía leerse en las pancartas que llevaban los manifestantes.
La policía israelí fue puesta en "estado de alerta avanzada". Unos 10.000 agentes fueron desplegados, principalmente en Jerusalén, en Bne Brak y en Beit Sahemesh, bastión ultraortodoxo situado a medio camino entre las dos localidades.
También se movilizaron unidades de la guardia fronteriza, respaldados por la policía montada y por helicópteros.
El presidente Shimon Peres se reunió con el viceministro de Educación, el rabino Meir Porush, una figura de la comunidad ortodoxa askenazi, en un último intento de conciliación destinado a calmar los ánimos.
Dos partidos ortodoxos que tienen 16 diputados (en un total de 120 en la Knesset, parlamento unicameral) pertenecen a la coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El miércoles, el jefe del gobierno pidió "moderación, respetar la ley y encontrar una fórmula de compromiso satisfactoria para todos".
La efervescencia de los hombres vestidos de negro -atuendo de los ultraortodoxos- en Israel fue desencadenada por un veredicto de la Corte Suprema que obliga a decenas de judíos ortodoxos askenazis (originarios de Alemania, Polonia, Rusia, del antiguo Imperio Austro-Húngaro y más generalmente de Europa central y oriental) de la colonia Immanuel (Cisjordania) a recibir en su escuela religiosa a niñas sefarditas (en Israel originarias de Africa del Norte y de Asia, aunque el término designa a las comunidades judías que vivieron en España y Portugal hasta 1492).
Colonos askenazis pertenecientes al grupo hasídico Slonim, de origen ruso, que retiraron a sus hijas de la escuela hace un año, afirmaron que preferían ser encarcelados a partir del jueves durante dos semanas, antes que obedecer al fallo de la Corte Suprema.
Los padres acusados de discriminación racial --86 personas-- debían presentarse según la redio pública a las 17H00 (14H00 GMT) a una cárcel en Jerusalén oeste desde la que debían ser trasladados a prisiones en el centro del país.
Las familias del grupo Slonim niegan ser racistas y explican su rechazo a aceptar a otras niñas por las diferencias entre las tradiciones religiosas sefarditas y askenazis.
Por otra parte, los diversos grupos judíos ortodoxos rechazan la autoridad de la Corte Suprema, la principal instancia jurídica israelí, porque creen en la primacía de la Tora (ley religiosa).
En 1999, los judíos haredim (los que "temen a Dios") congregaron a medio millón de personas en Jerusalén, la manifestación más importante en la historia del país, para protestar contra "la dictadura" de la Corte Suprema.
El caso de la colonia Immanuel provocó la cólera de los principales diarios y reavivó el conflicto latente entre laicos y judíos ortodoxos.
Los primeros acusan a los segundos de coerción para imponer su visión del mundo y les reprochan gozar de una exención del servicio militar obligatorio.
En virtud de un acuerdo con el Estado, los jóvenes judíos ortodoxos escapan a las obligaciones militares si estudian hasta los 25 años en institutos talmúdicos. Una de las consecuencias es que no están correctamente preparados para el mercado laboral.
Estas manifestaciones eran retransmitidas en directo por la televisión israelí y eclipsaron por completo el anuncio del gobierno sobre una flexibilización del bloqueo a la franja de Gaza.
"¡Es la tora quien decreta!", "¡No toquen a los redentores de Israel!", podía leerse en las pancartas que llevaban los manifestantes.
La policía israelí fue puesta en "estado de alerta avanzada". Unos 10.000 agentes fueron desplegados, principalmente en Jerusalén, en Bne Brak y en Beit Sahemesh, bastión ultraortodoxo situado a medio camino entre las dos localidades.
También se movilizaron unidades de la guardia fronteriza, respaldados por la policía montada y por helicópteros.
El presidente Shimon Peres se reunió con el viceministro de Educación, el rabino Meir Porush, una figura de la comunidad ortodoxa askenazi, en un último intento de conciliación destinado a calmar los ánimos.
Dos partidos ortodoxos que tienen 16 diputados (en un total de 120 en la Knesset, parlamento unicameral) pertenecen a la coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El miércoles, el jefe del gobierno pidió "moderación, respetar la ley y encontrar una fórmula de compromiso satisfactoria para todos".
La efervescencia de los hombres vestidos de negro -atuendo de los ultraortodoxos- en Israel fue desencadenada por un veredicto de la Corte Suprema que obliga a decenas de judíos ortodoxos askenazis (originarios de Alemania, Polonia, Rusia, del antiguo Imperio Austro-Húngaro y más generalmente de Europa central y oriental) de la colonia Immanuel (Cisjordania) a recibir en su escuela religiosa a niñas sefarditas (en Israel originarias de Africa del Norte y de Asia, aunque el término designa a las comunidades judías que vivieron en España y Portugal hasta 1492).
Colonos askenazis pertenecientes al grupo hasídico Slonim, de origen ruso, que retiraron a sus hijas de la escuela hace un año, afirmaron que preferían ser encarcelados a partir del jueves durante dos semanas, antes que obedecer al fallo de la Corte Suprema.
Los padres acusados de discriminación racial --86 personas-- debían presentarse según la redio pública a las 17H00 (14H00 GMT) a una cárcel en Jerusalén oeste desde la que debían ser trasladados a prisiones en el centro del país.
Las familias del grupo Slonim niegan ser racistas y explican su rechazo a aceptar a otras niñas por las diferencias entre las tradiciones religiosas sefarditas y askenazis.
Por otra parte, los diversos grupos judíos ortodoxos rechazan la autoridad de la Corte Suprema, la principal instancia jurídica israelí, porque creen en la primacía de la Tora (ley religiosa).
En 1999, los judíos haredim (los que "temen a Dios") congregaron a medio millón de personas en Jerusalén, la manifestación más importante en la historia del país, para protestar contra "la dictadura" de la Corte Suprema.
El caso de la colonia Immanuel provocó la cólera de los principales diarios y reavivó el conflicto latente entre laicos y judíos ortodoxos.
Los primeros acusan a los segundos de coerción para imponer su visión del mundo y les reprochan gozar de una exención del servicio militar obligatorio.
En virtud de un acuerdo con el Estado, los jóvenes judíos ortodoxos escapan a las obligaciones militares si estudian hasta los 25 años en institutos talmúdicos. Una de las consecuencias es que no están correctamente preparados para el mercado laboral.