Punta del Este, en Uruguay
Con apenas 3,4 millones de habitantes, Uruguay es el país latinoamericano con más turistas por habitantes según el Índice de Turismo que elabora la publicación Latin Business Chronicle.
El desempeño del país -cuyo buque insignia en materia turística ha sido tradicionalmente el exclusivo balneario Punta del Este- ya había llamado la atención de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
En junio, su secretario general, Taleb Rifai, visitó Montevideo y anunció que la organización estudiaría el "exitoso caso uruguayo", dado que fue uno de los pocos países del mundo que experimentó crecimiento de turistas e ingreso de divisas pese a la crisis financiera de 2008 y 2009. Y además, captando visitantes con mayor poder adquisitivo.
En el primer semestre de 2010 el pequeño país sudamericano recibió 1,168 millón de turistas, lo que equivale a un aumento de 5,5% respecto al mismo periodo de 2009, y 878,7 millones de dólares, un 18% más que el año pasado. El sector representa alrededor de 6% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
Para la subsecretaria del Ministerio de Turismo y Deporte, Liliam Kechichián, una de las causas de esta historia exitosa es que en los últimos años el país incrementó el presupuesto destinado a promoción turística, apuntó a ferias especializadas, programas específicos en canales de cable y las redes de internet.
"Creo que todos los que estamos en el ámbito del turismo tenemos el sueño de crecer en número pero sin depredar los destinos", dijo Kechichián a la AFP. "En el caso de Uruguay seguimos creciendo en llegada de visitantes pero hemos ido captando turistas de mayor poder de gasto y hemos crecido también en seminarios y congresos, en los que un turista gasta en promedio cinco veces más que el turista convencional".
Tradicionalmente la mayor cantidad de visitantes proviene de la vecina Argentina, por lo que el sector sufrió duramente cuando en 2006 ambientalistas argentinos iniciaron una protesta que implicó el bloqueo del principal paso fronterizo entre los dos países y que duró casi cuatro años.
El golpe fue inmediato: en 2006 el país perdió más de 100.000 turistas argentinos que recién recuperó a fines de 2008. El gobierno no abandonó las campañas en Argentina, su principal fuente de visitantes, pero apostó también por otros lugares, lo que redundó en un fuerte aumento de los turistas brasileños, que crecieron un 25% en el primer semestre de 2010 respecto del mismo periodo del año pasado.
"Hoy tenemos aproximadamente 300.000 brasileños y prevemos tener unos 480.000 cuando termine el quinquenio", pronosticó Kechichián.
El gran desafío del país, que posee una gran oferta de playas pero que pueden ser aprovechadas solo tres meses en el año, es atraer turistas todo el año. Las autoridades estudian así promover nuevos productos, como el turismo náutico, el idiomático y el homosexual.
"El sector del turismo gay es un producto interesante, son turistas que tienen un poder adquisitivo alto y éste es un país muy tolerante, por lo que creo que tenemos todas las condiciones para que puedan sentirse sin ningún tipo de discriminación", estimó Kechichián.
Otro sector es el del turismo idiomático, que implica atraer a jóvenes europeos o estadounidenses deseosos de aprender español y que "ya está dando muy buenas respuestas".
Además, las autoridades ya tienen además en la mira el Mundial en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016 en Rio de Janeiro, donde buscarán captar al menos una parte de la avalancha de turistas que llegará al gigante brasileño.
Un sector de fuerte crecimiento ha sido el de los cruceros: en 2005 llegaban 50 cruceros por año a Uruguay, de los cuales 12 a Punta del Este; para este año se espera que la cifra llegue a casi 190 barcos, con 100 en Punta del Este.
Aunque este tipo de público no es especialmente atractivo porque su principal consumo es en la misma embarcación, a las autoridades les sorprendió constatar que el crecimiento de los turistas extrarregionales sí tenía que ver con los cruceros.
"Cuando empezamos a rastrear por qué un extrarregional elegía Uruguay apareció fuertemente que habían conocido al país a través de un crucero, o sea que pudimos entusiasmarlos para que vinieran a hacer un turismo diferente", destacó la jerarca.
El desempeño del país -cuyo buque insignia en materia turística ha sido tradicionalmente el exclusivo balneario Punta del Este- ya había llamado la atención de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
En junio, su secretario general, Taleb Rifai, visitó Montevideo y anunció que la organización estudiaría el "exitoso caso uruguayo", dado que fue uno de los pocos países del mundo que experimentó crecimiento de turistas e ingreso de divisas pese a la crisis financiera de 2008 y 2009. Y además, captando visitantes con mayor poder adquisitivo.
En el primer semestre de 2010 el pequeño país sudamericano recibió 1,168 millón de turistas, lo que equivale a un aumento de 5,5% respecto al mismo periodo de 2009, y 878,7 millones de dólares, un 18% más que el año pasado. El sector representa alrededor de 6% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
Para la subsecretaria del Ministerio de Turismo y Deporte, Liliam Kechichián, una de las causas de esta historia exitosa es que en los últimos años el país incrementó el presupuesto destinado a promoción turística, apuntó a ferias especializadas, programas específicos en canales de cable y las redes de internet.
"Creo que todos los que estamos en el ámbito del turismo tenemos el sueño de crecer en número pero sin depredar los destinos", dijo Kechichián a la AFP. "En el caso de Uruguay seguimos creciendo en llegada de visitantes pero hemos ido captando turistas de mayor poder de gasto y hemos crecido también en seminarios y congresos, en los que un turista gasta en promedio cinco veces más que el turista convencional".
Tradicionalmente la mayor cantidad de visitantes proviene de la vecina Argentina, por lo que el sector sufrió duramente cuando en 2006 ambientalistas argentinos iniciaron una protesta que implicó el bloqueo del principal paso fronterizo entre los dos países y que duró casi cuatro años.
El golpe fue inmediato: en 2006 el país perdió más de 100.000 turistas argentinos que recién recuperó a fines de 2008. El gobierno no abandonó las campañas en Argentina, su principal fuente de visitantes, pero apostó también por otros lugares, lo que redundó en un fuerte aumento de los turistas brasileños, que crecieron un 25% en el primer semestre de 2010 respecto del mismo periodo del año pasado.
"Hoy tenemos aproximadamente 300.000 brasileños y prevemos tener unos 480.000 cuando termine el quinquenio", pronosticó Kechichián.
El gran desafío del país, que posee una gran oferta de playas pero que pueden ser aprovechadas solo tres meses en el año, es atraer turistas todo el año. Las autoridades estudian así promover nuevos productos, como el turismo náutico, el idiomático y el homosexual.
"El sector del turismo gay es un producto interesante, son turistas que tienen un poder adquisitivo alto y éste es un país muy tolerante, por lo que creo que tenemos todas las condiciones para que puedan sentirse sin ningún tipo de discriminación", estimó Kechichián.
Otro sector es el del turismo idiomático, que implica atraer a jóvenes europeos o estadounidenses deseosos de aprender español y que "ya está dando muy buenas respuestas".
Además, las autoridades ya tienen además en la mira el Mundial en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016 en Rio de Janeiro, donde buscarán captar al menos una parte de la avalancha de turistas que llegará al gigante brasileño.
Un sector de fuerte crecimiento ha sido el de los cruceros: en 2005 llegaban 50 cruceros por año a Uruguay, de los cuales 12 a Punta del Este; para este año se espera que la cifra llegue a casi 190 barcos, con 100 en Punta del Este.
Aunque este tipo de público no es especialmente atractivo porque su principal consumo es en la misma embarcación, a las autoridades les sorprendió constatar que el crecimiento de los turistas extrarregionales sí tenía que ver con los cruceros.
"Cuando empezamos a rastrear por qué un extrarregional elegía Uruguay apareció fuertemente que habían conocido al país a través de un crucero, o sea que pudimos entusiasmarlos para que vinieran a hacer un turismo diferente", destacó la jerarca.