Las consecuencias de la agresión del 2 de agosto de 1990 se extienden hasta la actualidad.
Cuatro días después de esa fecha, la ONU impuso un embargo, que duró hasta la invasión y el derrocamiento de Saddam en 2003. En enero de 1991, una coalición internacional encabezada por Estados Unidos lanzó la operación Tormenta del Desierto, que liberó Kuwait al mes siguiente. Y en la actualidad, Bagdad debe pagar elevadas compensaciones de guerra a su vecino, mientras continúan los diferendos fronterizos.
"Es una de las decisiones más espantosas que (Saddam) tomó", declara a la AFP el ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari.
"Irak sigue sufriendo esa decisión, con las sanciones o las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo", considera el ministro.
Desde la creación en 1994 de un fondo de la ONU para las compensaciones de guerra, Irak ha pagado a Kuwait 30.150 millones de dólares, y le debe todavía 22.300 millones. Bagdad entrega el 5% de sus ingresos de gas y petróleo al fondo especial de reparaciones de guerra.
Además, Irak está obligado a pagar otros 1.000 millones de dólares en el marco de un contencioso entre las compañías aéreas de ambos países.
En un momento en que intenta reconstruir su economía y sus infraestructuras arruinadas tras años de violencia y sanciones internacionales, el país afronta elevadas deudas.
"Las heridas son aún muy profundas, y mientras no haya en Irak un gobierno capaz de imponer las orientaciones de su política exterior a todos los componentes políticos (...) nuestras relaciones serán presas de la controversia", considera Maasuma al Mubarak, presidenta de la comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento kuwaití.
"Para nosotros es muy difícil olvidar, pero intentamos pasar página", dice.
El principal problema en suspenso es la delimitación de las fronteras marítimas y terrestres trazadas por la ONU. Aunque Saddam Hussein aceptó el trazado adoptado en 1993 por la resolución 833, el actual gobierno es reticente a ratificarlo, porque lo considera perjudicial.
"Esperaba resolver el problema antes del final del año", asegura Zebari.
Sin embargo, "era una decisión política y el gobierno tenía la sensación de que no sería bien recibida por la población antes de las elecciones (del 7 de marzo). Decidimos dejar el asunto al próximo gobierno", explica el ministro.
"Kuwait se opone radicalmente a toda revisión del trazado de las fronteras, y la reticencia actual de Irak refuerza su desconfianza", considera por su lado un diplomático enviado a Irak, que pidió el anonimato.
Ambos países cooperan no obstante en la cuestión de los desaparecidos y la devolución a Kuwait de bienes y archivos robados.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, desde los años 1990 Irak entregó los cuerpos de 215 kuwaitíes y 15 saudíes, mientras que Kuwait hizo lo mismo con los cadáveres de 85 iraquíes. El CICR hace además un balance de un millar de desaparecidos de un lado como de otro.
La aceptación por Bagdad del trazado de las fronteras es crucial, si Irak quiere evitar las sanciones y salir del capítulo VII de la Carta de la ONU relativo a los países que amenazan la estabilidad en el mundo. La última palabra la tiene el Consejo de Seguridad.
"Actualmente, la tendencia es sacar a Irak del capítulo VII, pero no en detrimento de la seguridad de Kuwait", asegura el diplomático.
Cuatro días después de esa fecha, la ONU impuso un embargo, que duró hasta la invasión y el derrocamiento de Saddam en 2003. En enero de 1991, una coalición internacional encabezada por Estados Unidos lanzó la operación Tormenta del Desierto, que liberó Kuwait al mes siguiente. Y en la actualidad, Bagdad debe pagar elevadas compensaciones de guerra a su vecino, mientras continúan los diferendos fronterizos.
"Es una de las decisiones más espantosas que (Saddam) tomó", declara a la AFP el ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari.
"Irak sigue sufriendo esa decisión, con las sanciones o las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo", considera el ministro.
Desde la creación en 1994 de un fondo de la ONU para las compensaciones de guerra, Irak ha pagado a Kuwait 30.150 millones de dólares, y le debe todavía 22.300 millones. Bagdad entrega el 5% de sus ingresos de gas y petróleo al fondo especial de reparaciones de guerra.
Además, Irak está obligado a pagar otros 1.000 millones de dólares en el marco de un contencioso entre las compañías aéreas de ambos países.
En un momento en que intenta reconstruir su economía y sus infraestructuras arruinadas tras años de violencia y sanciones internacionales, el país afronta elevadas deudas.
"Las heridas son aún muy profundas, y mientras no haya en Irak un gobierno capaz de imponer las orientaciones de su política exterior a todos los componentes políticos (...) nuestras relaciones serán presas de la controversia", considera Maasuma al Mubarak, presidenta de la comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento kuwaití.
"Para nosotros es muy difícil olvidar, pero intentamos pasar página", dice.
El principal problema en suspenso es la delimitación de las fronteras marítimas y terrestres trazadas por la ONU. Aunque Saddam Hussein aceptó el trazado adoptado en 1993 por la resolución 833, el actual gobierno es reticente a ratificarlo, porque lo considera perjudicial.
"Esperaba resolver el problema antes del final del año", asegura Zebari.
Sin embargo, "era una decisión política y el gobierno tenía la sensación de que no sería bien recibida por la población antes de las elecciones (del 7 de marzo). Decidimos dejar el asunto al próximo gobierno", explica el ministro.
"Kuwait se opone radicalmente a toda revisión del trazado de las fronteras, y la reticencia actual de Irak refuerza su desconfianza", considera por su lado un diplomático enviado a Irak, que pidió el anonimato.
Ambos países cooperan no obstante en la cuestión de los desaparecidos y la devolución a Kuwait de bienes y archivos robados.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, desde los años 1990 Irak entregó los cuerpos de 215 kuwaitíes y 15 saudíes, mientras que Kuwait hizo lo mismo con los cadáveres de 85 iraquíes. El CICR hace además un balance de un millar de desaparecidos de un lado como de otro.
La aceptación por Bagdad del trazado de las fronteras es crucial, si Irak quiere evitar las sanciones y salir del capítulo VII de la Carta de la ONU relativo a los países que amenazan la estabilidad en el mundo. La última palabra la tiene el Consejo de Seguridad.
"Actualmente, la tendencia es sacar a Irak del capítulo VII, pero no en detrimento de la seguridad de Kuwait", asegura el diplomático.