El ex dictador Rafael Videla (izquierda), junto al general Luciano Benjamín Menéndez, durante el juicio.
Han pasado 25 años desde aquel histórico juicio a las Juntas de 1985 que le condenó a cadena perpetua, pero esta es la primera vez que el ex general se dirige de viva voz a un tribunal. Sus primeras declaraciones no traslucieron pesar: lo hecho, hecho está, y así tuvo que ser, al menos para él.
"Los subordinados se limitaron a cumplir mis órdenes como comandante en jefe", dijo. Videla, de 84 años, admitió así que sobre él cae todo el peso de la represión militar que de 1976 a 1983 sumió a su país en uno de los peores horrores del siglo XX. "Siempre reconocí la autoría de las directivas que impartí en cumplimiento de la directiva número 1 del Ministerio de Defensa y de los decretos firmados por el Poder Ejecutivo Nacional", agregó. "Las directivas fueron calificadas de inobjetables por el Consejo de las Fuerzas Armadas", añadió.
El dictador, que lideró el golpe de Estado de 1976, aprovechó los pocos minutos de su discurso para rechazar la legitimidad del Tribunal Oral Federal de la provincia de Córdoba que ahora le juzga. "La Cámara Federal [en 1985] juzgó en mi caso todos los hechos a los que he hecho referencia", recordó. "Aquellos que no fueron expresamente condenados, han sido absueltos. Nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa".
No tuvo mucho más que añadir. Adujo que, dado que el tribunal "carece de competencia" para juzgarlo por delitos de lesa humanidad, su "juez natural" es sólo el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. A continuación comunicó que no volvería a prestar declaración, y guardó silencio.
Menéndez tampoco quiso deslindarse de lo que hicieron sus subalternos. "Soy único responsable de lo actuado por mi tropa, por mis dignos subordinados", aseveró. Tal como hizo Videla, el ex militar dijo no reconocer la jurisdicción civil, y reclamó comparecer ante la justicia militar: "Este tribunal es incompetente para juzgarme. Estos juicios son inconstitucionales".
Entre el lunes y el día de ayer se esperaba que declarasen el resto de los imputados, un total de 17 ex militares, 13 policías y un civil. En este juicio, que unifica dos causas distintas, se investigará tanto el fusilamiento en 1976 de 29 presos políticos, como la "imposición de tormentos" a otras seis víctimas en la provincia de Córdoba.
Videla ha sido además acusado por la fiscalía de encabezar un "plan clandestino de exterminio de disidentes políticos". El dictador sólo ha cumplido siete años de cárcel efectiva, los dos últimos cerca de Buenos Aires, además de diez años de arresto domiciliario, beneficio del que disfrutó entre 1998 y 2008.
"Los subordinados se limitaron a cumplir mis órdenes como comandante en jefe", dijo. Videla, de 84 años, admitió así que sobre él cae todo el peso de la represión militar que de 1976 a 1983 sumió a su país en uno de los peores horrores del siglo XX. "Siempre reconocí la autoría de las directivas que impartí en cumplimiento de la directiva número 1 del Ministerio de Defensa y de los decretos firmados por el Poder Ejecutivo Nacional", agregó. "Las directivas fueron calificadas de inobjetables por el Consejo de las Fuerzas Armadas", añadió.
El dictador, que lideró el golpe de Estado de 1976, aprovechó los pocos minutos de su discurso para rechazar la legitimidad del Tribunal Oral Federal de la provincia de Córdoba que ahora le juzga. "La Cámara Federal [en 1985] juzgó en mi caso todos los hechos a los que he hecho referencia", recordó. "Aquellos que no fueron expresamente condenados, han sido absueltos. Nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa".
No tuvo mucho más que añadir. Adujo que, dado que el tribunal "carece de competencia" para juzgarlo por delitos de lesa humanidad, su "juez natural" es sólo el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. A continuación comunicó que no volvería a prestar declaración, y guardó silencio.
"Terroristas marxistas"
Quien sí tuvo algo más que precisar fue Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército y uno de los 30 acusados que en este juicio se sientan en el banquillo. "Los terroristas marxistas que, conducidos desde el extranjero, asaltaron la República porque no creían en nuestras instituciones, ahora aprovechan, se refugian, y usan esas mismas instancias democráticas para juzgar a quienes las defendimos", sostuvo.Menéndez tampoco quiso deslindarse de lo que hicieron sus subalternos. "Soy único responsable de lo actuado por mi tropa, por mis dignos subordinados", aseveró. Tal como hizo Videla, el ex militar dijo no reconocer la jurisdicción civil, y reclamó comparecer ante la justicia militar: "Este tribunal es incompetente para juzgarme. Estos juicios son inconstitucionales".
Entre el lunes y el día de ayer se esperaba que declarasen el resto de los imputados, un total de 17 ex militares, 13 policías y un civil. En este juicio, que unifica dos causas distintas, se investigará tanto el fusilamiento en 1976 de 29 presos políticos, como la "imposición de tormentos" a otras seis víctimas en la provincia de Córdoba.
Videla ha sido además acusado por la fiscalía de encabezar un "plan clandestino de exterminio de disidentes políticos". El dictador sólo ha cumplido siete años de cárcel efectiva, los dos últimos cerca de Buenos Aires, además de diez años de arresto domiciliario, beneficio del que disfrutó entre 1998 y 2008.