Al menos tres personas murieron y 11 resultaron heridas cuando los aviones de combate atacaron un recinto industrial dependiente del ejército y conquistado por los rebeldes hutíes chiitas que lo transformaron en un depósito de armas y municiones, según una fuente médica y varios habitantes.
La capital yemení sufrió decenas de explosiones, provocadas por bombardeos intensos de la coalición durante la noche y de madrugada, informó un corresponsal de la AFP.
Entretanto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apeló a un nuevo alto el fuego humanitario y a negociaciones de paz para poner fin a un conflicto que ha provocado la muerte de 2.000 personas en Yemen desde fines de marzo.
Para contener esta ola de violencia, Estados Unidos inició estos días contactos diplomáticos con los hutíes en Omán, la única monarquía del golfo que no participa en la coalición árabe, que desde fines de marzo bombardea por aire posiciones de estos rebeldes en Yemen.
El Departamento de Estado confirmó el martes estos contactos, llevados a cabo por la diplomática responsable para Medio Oriente, Anne Patterson.
Patterson viajó asimismo a Arabia Saudita donde conversó sobre el conflicto yemení con responsables saudíes y con el presidente yemení en exilio Abd Rabbo Mansur Hadi, que dejó el país ante el avance de los hutíes.
Este gobierno en exilio se reunió en Riad y expresó su "apoyo a cualquier esfuerzo internacional basado en la resolución 2216" del Consejo de seguridad, que exhorta a los rebeldes hutíes a retirarse de los importante territorios que han conquistado en los últimos meses, entre ellos la capital Saná.
Ello es la condición necesaria para Hadi para reanudar negociaciones con los hutíes, según la agencia Saba, controlada por sus partidarios.
Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se declararon "profundamente decepcionados" de que las conversaciones de paz previstas en Ginebra el pasado 28 de mayo hayan sido postergadas, debido a las condiciones previas planteadas por los beligerantes.
El anuncio de una nueva fecha para estas negociaciones, probablemente en torno al 10 de junio, es inminente, según confió a la AFP una fuente diplomática en Nueva York.
"Arabia Saudita vincula una tregua o alto el fuego a la aplicación de la resolución 2216", indica el analista Mustafa Alani del Gulf Research Center, y añade que "los estadounidenses tiene que actuar de conformidad con esta resolución" en sus contactos con los hutíes.
Estados Unidos --que obtuvo de sus contactos con los hutíes la liberación de un norteamericano detenido en Yemen-- "no puede enojar a los saudíes, de los que esperan el apoyo, o al menos el silencio, ante la conclusión (prevista a fines de junio) de un acuerdo nuclear con Irán", el gran rival regional del reino saudí, añade Alani.
Este especialista de asuntos de seguridad, cercano a los medios políticos saudíes, opina que "las operaciones militares de la coalición proseguirán mientras los hutíes no hayan aceptado la resolución 2216" que los insta a retirarse de territorios conquistados.
Por su lado los hutíes exigen, entre otras condiciones, el fin de los bombardeos aéreos saudíes y la entrega sin trabas de la ayuda humanitaria. Riad impide en efecto a los barcos iraníes a acceder directamente a Yemen.
La capital yemení sufrió decenas de explosiones, provocadas por bombardeos intensos de la coalición durante la noche y de madrugada, informó un corresponsal de la AFP.
Entretanto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apeló a un nuevo alto el fuego humanitario y a negociaciones de paz para poner fin a un conflicto que ha provocado la muerte de 2.000 personas en Yemen desde fines de marzo.
Para contener esta ola de violencia, Estados Unidos inició estos días contactos diplomáticos con los hutíes en Omán, la única monarquía del golfo que no participa en la coalición árabe, que desde fines de marzo bombardea por aire posiciones de estos rebeldes en Yemen.
El Departamento de Estado confirmó el martes estos contactos, llevados a cabo por la diplomática responsable para Medio Oriente, Anne Patterson.
Patterson viajó asimismo a Arabia Saudita donde conversó sobre el conflicto yemení con responsables saudíes y con el presidente yemení en exilio Abd Rabbo Mansur Hadi, que dejó el país ante el avance de los hutíes.
Este gobierno en exilio se reunió en Riad y expresó su "apoyo a cualquier esfuerzo internacional basado en la resolución 2216" del Consejo de seguridad, que exhorta a los rebeldes hutíes a retirarse de los importante territorios que han conquistado en los últimos meses, entre ellos la capital Saná.
Ello es la condición necesaria para Hadi para reanudar negociaciones con los hutíes, según la agencia Saba, controlada por sus partidarios.
- Decepción en la ONU -
Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se declararon "profundamente decepcionados" de que las conversaciones de paz previstas en Ginebra el pasado 28 de mayo hayan sido postergadas, debido a las condiciones previas planteadas por los beligerantes.
El anuncio de una nueva fecha para estas negociaciones, probablemente en torno al 10 de junio, es inminente, según confió a la AFP una fuente diplomática en Nueva York.
"Arabia Saudita vincula una tregua o alto el fuego a la aplicación de la resolución 2216", indica el analista Mustafa Alani del Gulf Research Center, y añade que "los estadounidenses tiene que actuar de conformidad con esta resolución" en sus contactos con los hutíes.
Estados Unidos --que obtuvo de sus contactos con los hutíes la liberación de un norteamericano detenido en Yemen-- "no puede enojar a los saudíes, de los que esperan el apoyo, o al menos el silencio, ante la conclusión (prevista a fines de junio) de un acuerdo nuclear con Irán", el gran rival regional del reino saudí, añade Alani.
Este especialista de asuntos de seguridad, cercano a los medios políticos saudíes, opina que "las operaciones militares de la coalición proseguirán mientras los hutíes no hayan aceptado la resolución 2216" que los insta a retirarse de territorios conquistados.
Por su lado los hutíes exigen, entre otras condiciones, el fin de los bombardeos aéreos saudíes y la entrega sin trabas de la ayuda humanitaria. Riad impide en efecto a los barcos iraníes a acceder directamente a Yemen.