Un soldado en un puesto de control en Saná, Yemen.
Por su lado, Saleh ordenó la detención de este jefe tribal, jeque Sadek Al Ahmar, que se unió en marzo al movimiento de protesta que desde enero exige la salida del poder del presidente, en el cargo desde hace 33 años.
Ante la espiral de violencia, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, exhortó a "todas las partes" a que cesen "inmediatamente" los combates y exigió nuevamente la salida de Saleh.
Washington ya ordenó a las familias de su personal diplomático y empleados no indispensables que abandonen Yemen.
Los combates en Saná causaron 68 muertos desde que estallaron el lunes, un día después de que Saleh rehusara firmar un acuerdo sobre una transición pacífica del poder, elaborado por las monarquías árabes del Golfo.
Al menos 24 personas murieron la noche del miércoles al jueves en combates en Saná y su periferia norte, cerca del aeropuerto, que fue temporalmente cerrado, según fuentes oficiales y tribales.
Pero este balance puede agravarse ya que los socorristas solo pudieron ingresar recién hoy en el barrio de Al Hasaba, escenario de violentos combates entre fuerzas gubernamentales y partidarios de Al Ahmar, el más poderoso dirigente tribal y jefe de la federación tribal de los Hashed.
Los enfrentamientos impulsaron a huir a muchos manifestantes acampados en la Plaza del Cambio para exigir la salida de Saleh.
"Los combates fueron muy violentos, y no dormí toda la noche. Los obuses de mortero explotaban sin interrupción" afirmó a la AFP Ahmad Abdalá, un habitante del barrio de Al Hasaba.
Además, al menos 28 personas murieron en una explosión en un depósito de municiones en Saná, que pertenecía a la tribu de los Al Ahmar, informó este jueves una fuente oficial.
Una fuente de la primera división blindada, que se unió a los manifestantes y controla el sector donde se habría producido la explosión, afirmó que ésta fue provocada por obuses disparados por las fuerzas de Saleh.
En una declaración a la cadena Al Jazeera, el jeque Sadek Al Ahmar acusó al presidente de querer "sumir al país en una guerra civil".
"Ali Abdalá Saleh debe irse", dijo, y pidió "a nuestros hermanos árabes, especialmente los de los países del Golfo, así como a Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, que ejerzan presión sobre Saleh para que detenga sus guerras".
Desafiante, Saleh ordenó la detención del jeque Sadek y de sus hermanos "para que sean juzgados por rebelión armada", según el ministerio de Defensa.
El jeque Sadek es uno de los diez hijos del fallecido e influyente jefe tribal Abdalá Al Ahmar, que fue presidente del Parlamento. Su hermano, Hamid Al Ahmar, es un conocido hombre de negocios y un dirigente del partido islamista de oposición Al-Islah.
Ante la espiral de violencia, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, exhortó a "todas las partes" a que cesen "inmediatamente" los combates y exigió nuevamente la salida de Saleh.
Washington ya ordenó a las familias de su personal diplomático y empleados no indispensables que abandonen Yemen.
Los combates en Saná causaron 68 muertos desde que estallaron el lunes, un día después de que Saleh rehusara firmar un acuerdo sobre una transición pacífica del poder, elaborado por las monarquías árabes del Golfo.
Al menos 24 personas murieron la noche del miércoles al jueves en combates en Saná y su periferia norte, cerca del aeropuerto, que fue temporalmente cerrado, según fuentes oficiales y tribales.
Pero este balance puede agravarse ya que los socorristas solo pudieron ingresar recién hoy en el barrio de Al Hasaba, escenario de violentos combates entre fuerzas gubernamentales y partidarios de Al Ahmar, el más poderoso dirigente tribal y jefe de la federación tribal de los Hashed.
Los enfrentamientos impulsaron a huir a muchos manifestantes acampados en la Plaza del Cambio para exigir la salida de Saleh.
"Los combates fueron muy violentos, y no dormí toda la noche. Los obuses de mortero explotaban sin interrupción" afirmó a la AFP Ahmad Abdalá, un habitante del barrio de Al Hasaba.
Además, al menos 28 personas murieron en una explosión en un depósito de municiones en Saná, que pertenecía a la tribu de los Al Ahmar, informó este jueves una fuente oficial.
Una fuente de la primera división blindada, que se unió a los manifestantes y controla el sector donde se habría producido la explosión, afirmó que ésta fue provocada por obuses disparados por las fuerzas de Saleh.
En una declaración a la cadena Al Jazeera, el jeque Sadek Al Ahmar acusó al presidente de querer "sumir al país en una guerra civil".
"Ali Abdalá Saleh debe irse", dijo, y pidió "a nuestros hermanos árabes, especialmente los de los países del Golfo, así como a Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, que ejerzan presión sobre Saleh para que detenga sus guerras".
Desafiante, Saleh ordenó la detención del jeque Sadek y de sus hermanos "para que sean juzgados por rebelión armada", según el ministerio de Defensa.
El jeque Sadek es uno de los diez hijos del fallecido e influyente jefe tribal Abdalá Al Ahmar, que fue presidente del Parlamento. Su hermano, Hamid Al Ahmar, es un conocido hombre de negocios y un dirigente del partido islamista de oposición Al-Islah.