Manifestantes en Saná, Yemen, celebran la partida de Ali Abdala Saleh.
Treinta "miembros de Al Qaida", entre ellos uno de sus jefes locales, murieron en combates alrededor de la ciudad de Sinjibar (sur), en manos de insurgentes sospechosos de estar relacionados con Al Qaida, anunció el martes el ministerio yemenita de Defensa.
Antes se había indicado que 15 personas, entre ellas nueve militares, habían muerto en un asalto lanzado por el ejército contra Sinjibar, según fuentes médicas el martes.
En Sinjibar, los combates se llevaron a cabo en la noche a la entrada de la ciudad que cayó el 29 de mayo en manos de extremistas que se reclaman de una organización desconocida, los Partidarios de la Sharia, y presentados por las autoridades como combatientes de Al Qaida.
En la capital Saná, jóvenes contestatarios que acampan en la "Plaza del Cambio" se disponían a participar en una manifestación en la tarde contra el regreso de Saleh.
Los manifestantes se trasladarán luego a la casa del vicepresidente, Abdel Rabbo Mansur Hadi, para "reclamar la instalación de un consejo presidencial transitorio", según los organizadores.
"Los jóvenes manifestamos nuestro júbilo en relación a la salida de Saleh, pero hemos decidido manifestarnos tras el anuncio del próximo regreso del ex presidente, para que lo sepa la comunidad internacional", declaró a la AFP Wassim al Qirshi, uno de los dirigentes de los jóvenes.
"Es libre de regresar, pero como simple ciudadano", agregó.
Tais, foco de protesta situado 270 km al suroeste de Saná y una de las primeras ciudades en levantarse contra Saleh, está en manos de los rebeldes, según un jefe tribal.
"Tais está en manos de los rebeldes", afirmó a la AFP el jeque Hammud Said al Mejlafi, jefe del consejo tribal de Tais.
Un fotógrafo de la AFP constató que casi toda la ciudad estaba en manos de hombres armados y de comités de vigilantes.
Elementos leales siguen presentes en el palacio presidencial, en el Cuartel general de las fuerzas de seguridad y en el hospital de la revolución, según ese fotógrafo.
Las autoridades desmintieron que Tais esté en manos de los opositores.
El jeque Mejlafi indicó que elementos tribales armados fueron desplegados en la ciudad "para proteger a los manifestantes pacíficos (...) después del genocidio" cometido según él por las fuerzas del régimen.
Más de 50 manifestantes murieron el 30 de mayo según las Naciones Unidas durante el desmantelamiento por la fuerza de una acampada de opositores en la Plaza de la Libertad en la ciudad.
"Como tribus, nos hemos desplegado alrededor de las instalaciones gubernamentales (...) que controlamos actualmente para protegerlas de bandidos", agregó el jefe tribal.
Según él, los enfrentamientos continuaron hasta el martes con las tropas partidarias de Saleh, en especial la Guardia Republicana, y la Seguridad central.
Los enfrentamientos habían estallado hace varios días en Tais entre, de un lado la Guardia republicana y las fuerzas leales a Saleh, y del otro, milicianos que afirman querer proteger a los manifestantes.
Herido el viernes en un atentado, el presidente yemenita fue operado en un hospital de Riad y su regreso está previsto en los "próximos días", según el vicepresidente.
La oposición parlamentaria se mostró determinada a impedir su regreso.
La Casa Blanca afirmó el lunes que una "transición inmediata" del poder en Yemen "interesa mucho" a los habitantes de ese país.
Antes se había indicado que 15 personas, entre ellas nueve militares, habían muerto en un asalto lanzado por el ejército contra Sinjibar, según fuentes médicas el martes.
En Sinjibar, los combates se llevaron a cabo en la noche a la entrada de la ciudad que cayó el 29 de mayo en manos de extremistas que se reclaman de una organización desconocida, los Partidarios de la Sharia, y presentados por las autoridades como combatientes de Al Qaida.
En la capital Saná, jóvenes contestatarios que acampan en la "Plaza del Cambio" se disponían a participar en una manifestación en la tarde contra el regreso de Saleh.
Los manifestantes se trasladarán luego a la casa del vicepresidente, Abdel Rabbo Mansur Hadi, para "reclamar la instalación de un consejo presidencial transitorio", según los organizadores.
"Los jóvenes manifestamos nuestro júbilo en relación a la salida de Saleh, pero hemos decidido manifestarnos tras el anuncio del próximo regreso del ex presidente, para que lo sepa la comunidad internacional", declaró a la AFP Wassim al Qirshi, uno de los dirigentes de los jóvenes.
"Es libre de regresar, pero como simple ciudadano", agregó.
Tais, foco de protesta situado 270 km al suroeste de Saná y una de las primeras ciudades en levantarse contra Saleh, está en manos de los rebeldes, según un jefe tribal.
"Tais está en manos de los rebeldes", afirmó a la AFP el jeque Hammud Said al Mejlafi, jefe del consejo tribal de Tais.
Un fotógrafo de la AFP constató que casi toda la ciudad estaba en manos de hombres armados y de comités de vigilantes.
Elementos leales siguen presentes en el palacio presidencial, en el Cuartel general de las fuerzas de seguridad y en el hospital de la revolución, según ese fotógrafo.
Las autoridades desmintieron que Tais esté en manos de los opositores.
El jeque Mejlafi indicó que elementos tribales armados fueron desplegados en la ciudad "para proteger a los manifestantes pacíficos (...) después del genocidio" cometido según él por las fuerzas del régimen.
Más de 50 manifestantes murieron el 30 de mayo según las Naciones Unidas durante el desmantelamiento por la fuerza de una acampada de opositores en la Plaza de la Libertad en la ciudad.
"Como tribus, nos hemos desplegado alrededor de las instalaciones gubernamentales (...) que controlamos actualmente para protegerlas de bandidos", agregó el jefe tribal.
Según él, los enfrentamientos continuaron hasta el martes con las tropas partidarias de Saleh, en especial la Guardia Republicana, y la Seguridad central.
Los enfrentamientos habían estallado hace varios días en Tais entre, de un lado la Guardia republicana y las fuerzas leales a Saleh, y del otro, milicianos que afirman querer proteger a los manifestantes.
Herido el viernes en un atentado, el presidente yemenita fue operado en un hospital de Riad y su regreso está previsto en los "próximos días", según el vicepresidente.
La oposición parlamentaria se mostró determinada a impedir su regreso.
La Casa Blanca afirmó el lunes que una "transición inmediata" del poder en Yemen "interesa mucho" a los habitantes de ese país.