"¡Ayúdennos!": Es el grito de los inmigrantes tunecinos en Lampedusa


LAMPEDUSA, Gildas Le Roux, (AFP) - "¡Ayúdennos! No podemos seguir esperando sin saber para donde vamos", suplicó Lassad, un tunecino de 24 años que duerme desde hace una semana al aire libre, en el suelo del puerto de la pequeña isla italiana de Lampedusa.



"¡Ayúdennos!": Es el grito de los inmigrantes tunecinos en Lampedusa
"Nosotros sólo queremos trabajar, irnos de aquí es nuestra único pensamiento", explica en francés a la AFP el joven tostado por el sol.
A su lado, Ali, de 20 años, asiente con la cabeza.
A su alrededor reina el caos: en el puerto al que suelen llegar habitualmente los ferrys turísticos, miles de tunecinos, todos hombres y jóvenes, se apiñan en pequeños espacios rectangulares limitados por cuerdas o bolsas de basura, frente a la embarcación a la que llegaron.
A los que acaban de desembarcar los instalan frente a la estación marítima, mientras que aquellos que llevan más tiempo esperan en la entrada del muelle para ser trasladados a un centro de albergue de Sicilia o del continente.
Lassad denuncia la "desorganización": no hay camas, ni cobijas para protegerse del frío en la noche.
"Nos tratan como a los perros, no, peor, porque a los perros los tratan mejor", se corrige con ojos llenos de cólera.
El olor es pestilente: hay sólo tres baños para las necesidades de miles de inmigrantes, que deben orinar y defecar al aire libre en una pequeña colina que domina el muelle en donde duermen.
Ni hablar de una ducha o agua corriente.
Entonces, ¿Por qué irse de Túnez? "En mi país hay muchas cosas que no funcionan, no hay trabajo y la policía es la misma de la época de Ben Alí", explica.
"Venimos por el trabajo y la libertad, pero sobre todo para trabajar", insiste tras reconocer: "Me gustaría ir a Francia", dice.
Un poco más lejos, Alí, de 29 años, está al borde de las lágrimas: "Mi familia está en Túnez, pero nadie sabe que llegué, ayer hubo muertos y no les he podido advertir".
"Al llegar caminamos en el agua, mi móvil se mojó y se dañó con el agua de mar", cuenta.
Un poco más allá, Abdel, con un cigarrillo en los labios, se sumerge en la incertidumbre: "No sabemos nada, a donde nos enviarán, a Palermo, a Roma... Una cosa la tengo clara, no voy a regresar a Túnez. ¡Allá no logramos vivir, yo quiero sólo trabajar!".
Mientras esperan, la convivencia entre los 5.000 habitantes de la isla y los 6.000 inmigrantes es cada vez más tensa.
"Los tratan en forma inhumana, el nerviosismo aumenta de un lado y del otro", advierte Francesco Solina, portavoz del Movimiento Jóvenes por Lampedusa.
Como primera solución, el gobierno italiano decidió el miércoles enviar seis naves para evacuar a unas 10.000 personas.
"Espero que sea verdad, que no nos abandonen", dice.
Martes, 29 de Marzo 2011
AFP, Agencia France-Presse
           


Nuevo comentario:

Noticias | Política | Ideas | Personalidades | Doctrinas | Cultura | Patrimonio cultural | Libros | Diálogo | Investigación | Literatura | Artes | Educación | Comunicación | Ciencia | Entretenimiento | Turismo | Sociedad | Deporte