Hamid Karzai
Las declaraciones de Karzai ponen a la luz sin embargo los controvertidos circuitos de financiamiento en Afganistán y se dan a conocer luego de que el diario estadounidense The New York Times informase el sábado que el asesor presidencial afgano Umar Daudzai había estado recibiendo regularmente dinero de Irán.
"El gobierno iraní nos ayuda una o dos veces al año con 500.000, 600.000 o 700.000 euros por vez", dijo Karzai en rueda de prensa.
"Es todo transparente (...). El dinero llega en bolsas", agregó.
"Es ayuda oficial, Daudzai recibe el dinero del gobierno iraní como yo se lo ordeno", afirmó.
"Entregas de dinero en efectivo son realizadas por varios países amigos para ayudar al despacho del presidente. Es algo que yo evoqué con el presidente (George W.) Bush en Camp David", agregó Karzai.
"Les recuerdo que en 2002, varios países entregaban dinero en efectivo a los afganos", insistió.
Según el New York Times, el asesor presidencial afgano Umar Daudzai ha estado recibiendo regularmente dinero de Irán. "Es básicamente un fondo para sobornos", aseguró un funcionario occidental citado por el New York Times. "La misión de Daudzai es promover los intereses iraníes", dijo.
Irán utilizaría su influencia para sembrar la discordia entre los afganos y sus aliados norteamericanos y de la OTAN, según el periódico, que citó fuentes afganas y occidentales en Kabul.
Al ser consultada sobre la cuestión el lunes, la embajada de Irán en Kabul calificó de "ridículas e insultantes" las afirmaciones del New York Times.
"La embajada de la República Islámica de Irán desmiente firmemente las afirmaciones falsas, insultantes y ridículas del New York Times", afirmó el comunicado de la embajada.
En Kabul, el anuncio de Karzai no causó sorpresa.
"Se trata de una práctica completamente ilegal, pero Afganistán tiene un sistema de gobernanza bastante tradicional que se basa en el clientelismo", indicó en la capital afgana a la AFP un responsable occidental que no quiso revelar su identidad.
Según ese responsable, el dinero es utilizado por Karzai para las necesidades de su entorno y los de su política, por ejemplo para "comprar" diputados así como jefes insurgentes.
"Lo más interesante es observar el doble juego de los iraníes que ayudan en forma financiera el gobierno porque no quieren ver a los talibanes volver al poder, y que por otra parte ayudan a la insurrección", con el objetivo de obstaculizar el accionar de los norteamericanos, agregó ese responsable.
Desde fines de 2001, la comunidad internacional gasta anualmente miles de millones de dólares en proyectos de desarrollo en Afganistán.
Muchos observadores critican las condiciones de utilización de estas sumas, que en parte alimentan la corrupción y el pago a las empresas privadas de seguridad, y a veces terminan en manos de los insurgentes.
"El gobierno iraní nos ayuda una o dos veces al año con 500.000, 600.000 o 700.000 euros por vez", dijo Karzai en rueda de prensa.
"Es todo transparente (...). El dinero llega en bolsas", agregó.
"Es ayuda oficial, Daudzai recibe el dinero del gobierno iraní como yo se lo ordeno", afirmó.
"Entregas de dinero en efectivo son realizadas por varios países amigos para ayudar al despacho del presidente. Es algo que yo evoqué con el presidente (George W.) Bush en Camp David", agregó Karzai.
"Les recuerdo que en 2002, varios países entregaban dinero en efectivo a los afganos", insistió.
Según el New York Times, el asesor presidencial afgano Umar Daudzai ha estado recibiendo regularmente dinero de Irán. "Es básicamente un fondo para sobornos", aseguró un funcionario occidental citado por el New York Times. "La misión de Daudzai es promover los intereses iraníes", dijo.
Irán utilizaría su influencia para sembrar la discordia entre los afganos y sus aliados norteamericanos y de la OTAN, según el periódico, que citó fuentes afganas y occidentales en Kabul.
Al ser consultada sobre la cuestión el lunes, la embajada de Irán en Kabul calificó de "ridículas e insultantes" las afirmaciones del New York Times.
"La embajada de la República Islámica de Irán desmiente firmemente las afirmaciones falsas, insultantes y ridículas del New York Times", afirmó el comunicado de la embajada.
En Kabul, el anuncio de Karzai no causó sorpresa.
"Se trata de una práctica completamente ilegal, pero Afganistán tiene un sistema de gobernanza bastante tradicional que se basa en el clientelismo", indicó en la capital afgana a la AFP un responsable occidental que no quiso revelar su identidad.
Según ese responsable, el dinero es utilizado por Karzai para las necesidades de su entorno y los de su política, por ejemplo para "comprar" diputados así como jefes insurgentes.
"Lo más interesante es observar el doble juego de los iraníes que ayudan en forma financiera el gobierno porque no quieren ver a los talibanes volver al poder, y que por otra parte ayudan a la insurrección", con el objetivo de obstaculizar el accionar de los norteamericanos, agregó ese responsable.
Desde fines de 2001, la comunidad internacional gasta anualmente miles de millones de dólares en proyectos de desarrollo en Afganistán.
Muchos observadores critican las condiciones de utilización de estas sumas, que en parte alimentan la corrupción y el pago a las empresas privadas de seguridad, y a veces terminan en manos de los insurgentes.