Citada por la agencia libia Lana, esta fuente no precisó si se trataba de civiles o de milicianos.
Según testigos, milicias nacionalistas de Zintan (170 km al suroeste de Trípoli) atacaron el sábado la ciudad vecina de Kekla, que apoya a sus rivales islamistas de Fajr Libia.
Fajr Libia, una coalición heteróclita de milicias, sobre todo islamistas de Misrata (200 km al este de Trípoli), había expulsado a los zintaníes de Trípoli en agosto, tras varias semanas de combates mortíferos.
Las milicias zintaníes controlaban entonces gran parte de la capital, incluido el aeropuerto internacional.
Después de Trípoli, Fajr Libia extendió sus operaciones militares al oeste de la capital, en la región de Uersheffana, aliada de los zintaníes y acusada de acoger a fieles del antiguo régimen de Muamar Gadafi, derrocado en 2011.
Combates casi cotidianos oponen a los bandos rivales, pese a la llamada de la ONU para establecer un alto el fuego.
Durante una visita sorpresa el sábado en Trípoli, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, exigió el cese de los combates en Libia para abrir un diálogo político con el fin de acabar con la anarquía institucional y la violencia que asuela el país desde hace tres años.
"Seamos claros: sin un fin inmediato de los enfrentamientos violentos y sin el regreso a una paz duradera, la prosperidad y una vida mejor serán un sueño lejano", declaró Ban.
Desde la caída de Gadafi en 2011, tras ocho meses de conflicto, las diferentes milicias que lucharon contra él dictan la ley en un país sumido en el caos, donde dos Gobiernos y dos Parlamentos se disputan la legitimidad política.