Clientes desesperados trataron de esconderse debajo de las mesas al escuchar la explosión provocada por un suicida que detonó su chaleco explosivo en la entrada del restaurante "La Taberna del Líbano", tras la cual otros dos asaltantes irrumpieron en el recinto abriendo fuego.
Entre las víctimas figuran dos británicos, dos canadienses, dos estadounidenses, y un alto representante del Fondo Monetario Internacional (FMI) basado en Kabul. También falleció el dueño del restaurante, de nacionalidad libanesa, quien habría muerto al tratar de abrir fuego contra los atacantes.
Un miembro danés de la misión policial europea en Afganistán también perdió la vida en el atentado, así como cuatro empleados de la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), uno de ellos ruso.
"Estábamos en la cocina cuando de repente escuchamos una gran explosión", dijo a la AFP Atiqullah, ayudante del cocinero de la taberna.
"Salimos por una puerta trasera para subir al segundo piso. Nuestro director bajó para ver lo que estaba sucediendo. Escuchamos algunos disparos y más tarde supimos que fue abatido".
"Después, la policía nos llevó de vuelta al restaurante para identificar a las víctimas. Identificamos a tres guardias que fueron asesinados", relató este joven de 27 años.
"Había sangre por todas partes, en las mesas, en las sillas, al parecer los atacantes dispararon a las personas a quemarropa", añadió.
Un restaurante popular entre afganos y extranjeros
La "Taberna del Líbano" es un restaurante muy apreciado por los diplomáticos, los trabajadores humanitarios y otros expatriados que viven en la capital afgana. Se encontraba particularmente lleno el viernes, día de descanso semanal en Afganistán.
Al igual que muchos restaurantes en Kabul, este restaurante es objeto de estrictos controles de seguridad. Los clientes son registrados por dos guardias armados y deben pasar por al menos dos puertas de acero antes de llegar a la entrada.
El sábado por la mañana, el letrero del restaurante seguía en su sitio, colgado sobre los restos de lo que era la puerta de ingreso. Se podía ver en las inmediaciones varios automóviles siniestrados por la explosión.
"El último balance indica que 21 personas han muerto, 13 extranjeros y ocho afganos", declaró a la AFP el jefe de la policía de Kabul, Mohammad Zahir, precisando que el ataque dejó igualmente cinco heridos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró, citado por un portavoz, que "estos ataques contra civiles son totalmente inaceptables y son una violación flagrante del derecho humanitario internacional".
El atentado fue reivindicado por el portavoz de los talibanes Zabiullah Mujahid, en un correo electrónico enviado a la AFP.
El portavoz afirmó que el objetivo del ataque era "vengar" la muerte de civiles afganos en los enfrentamientos ocurridos el miércoles en la provincia de Parwan, al norte de Kabul, entre los talibanes y las fuerzas afganas y de la OTAN.
"Estas fuerzas invasoras lanzaron un ataque brutal contra civiles (...) y han martirizado y herido a 30 civiles. Este fue un ataque para vengarlos y lo hicimos bien, y seguiremos haciéndolo", añadió Mujahid.
Tras la explosión, comandos de seguridad de élite cerraron las calles aledañas al restaurante y se escucharon disparos esporádicos. Los tres asaltantes murieron en el ataque.
"Estaba sentado junto a unos amigos en la cocina cuando ocurrió la explosión", declaró a la AFP Abdul Majid, uno de los cocineros de la taberna.
"Entraba humo en la cocina y en un principio creí que se trataba de un accidente con una bombona (garrafa), pero enseguida un hombre entró gritando '¡Allahu akbar!' (Dios es grande), y comenzó a disparar", añadió.
"Uno de mis colegas fue alcanzado y se desplomó (luego moriría). Entonces corrí hacia el techo del edificio y salté a la casa vecina", apostilló. Con fracturas en ambas piernas, Majid fue posteriormente hospitalizado.