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Política
Dos vehículos explotaron casi simultáneamente hacia las 10H10 locales (07H10 GMT) cerca del cruce de Aden (norte) y en el barrio de Mansur (oeste). Una fuente del ministerio del Interior dijo que el balance era de 19 muertos y 53 heridos en Aden y 10 muertos y 58 heridos en Mansur.
"Era un minibús", afirmó Abu Abdalá, de 40 años, presente cerca del cruce de Aden en el momento del ataque. "El conductor se paró y salió, diciendo a la gente que iba a ver a un médico. Unos minutos después, explotó", añadió.
La explosión dejó un cráter de tres metros de diámetro en la calzada, según un periodista de la AFP. El ataque tenía posiblemente como objetivo un edificio del departamento de seguridad nacional, que se derrumbó. La calle estaba llena de sangre, de trozos de ropa y de metal ennegrecido.
En el barrio de Mansur, otro periodista de la AFP indicó haber visto varios cuerpos en la calle y numerosos coches calcinados después de la explosión que tuvo lugar ante una oficina de la compañía de teléfono móvil Asiacell.
"Cuando explotó la bomba, todos las papeles y las sillas saltaron por los aires y acabaron tirados por los suelos", declaró un empleado de Asiacell que resultó herido en la cabeza y que no quiso dar su nombre.
En otros episodios de violencia en Bagdad, un hombre y su hijo murieron en la explosión de una bomba lapa colocada en los bajos de un coche en Ghazaliya (oeste) y tres obuses de mortero cayeron sin dejar víctimas en la Zona Verde, un sector bajo alta seguridad que alberga numerosos ministerios y embajadas.
En el resto de Irak, seis personas, incluidos tres soldados iraquíes, murieron en un atentado suicida cerca de un restaurante popular en el antiguo bastión islamista sunita de Faluya, el oeste de Bagdad, donde unos soldados iraquíes estaban patrullando, indicó un responsable del ministerio del Interior. Otras 14 personas, incluidos tres soldados, resultaron heridos.
Cuatro días antes de este atentado, las fuerzas iraquíes y estadounidenses llevaron a cabo una ofensiva contra un dirigente de Al Qaida en Faluya en la que murieron siete civiles.
También al oeste de Bagdad, esta vez en la ciudad de Abu Ghraib, un responsable de una milicia sunita que luchaba contra Al Qaida murió en un atentado que dejó otros dos heridos, según un responsable del ministerio de Defensa.
En total, unas 38 personas murieron y 127 resultaron heridas en atentados en Irak este domingo, lo cual lo convierte en la jornada más mortífera desde el fin de la "misión de combate" del ejército estadounidense, que se centra ahora en la formación de las fuerzas de seguridad locales.
Según cifras oficiales iraquíes, julio y agosto fueron los meses más mortíferos para la población desde 2008.
Los ataques alimentan las dudas sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes de proteger solas su país. Todavía pueden solicitar la ayuda del ejército estadounidense, pero estos 50.000 militares que siguen desplegados en Irak tendrán que abandonar el país a finales de 2011.
"Era un minibús", afirmó Abu Abdalá, de 40 años, presente cerca del cruce de Aden en el momento del ataque. "El conductor se paró y salió, diciendo a la gente que iba a ver a un médico. Unos minutos después, explotó", añadió.
La explosión dejó un cráter de tres metros de diámetro en la calzada, según un periodista de la AFP. El ataque tenía posiblemente como objetivo un edificio del departamento de seguridad nacional, que se derrumbó. La calle estaba llena de sangre, de trozos de ropa y de metal ennegrecido.
En el barrio de Mansur, otro periodista de la AFP indicó haber visto varios cuerpos en la calle y numerosos coches calcinados después de la explosión que tuvo lugar ante una oficina de la compañía de teléfono móvil Asiacell.
"Cuando explotó la bomba, todos las papeles y las sillas saltaron por los aires y acabaron tirados por los suelos", declaró un empleado de Asiacell que resultó herido en la cabeza y que no quiso dar su nombre.
En otros episodios de violencia en Bagdad, un hombre y su hijo murieron en la explosión de una bomba lapa colocada en los bajos de un coche en Ghazaliya (oeste) y tres obuses de mortero cayeron sin dejar víctimas en la Zona Verde, un sector bajo alta seguridad que alberga numerosos ministerios y embajadas.
En el resto de Irak, seis personas, incluidos tres soldados iraquíes, murieron en un atentado suicida cerca de un restaurante popular en el antiguo bastión islamista sunita de Faluya, el oeste de Bagdad, donde unos soldados iraquíes estaban patrullando, indicó un responsable del ministerio del Interior. Otras 14 personas, incluidos tres soldados, resultaron heridos.
Cuatro días antes de este atentado, las fuerzas iraquíes y estadounidenses llevaron a cabo una ofensiva contra un dirigente de Al Qaida en Faluya en la que murieron siete civiles.
También al oeste de Bagdad, esta vez en la ciudad de Abu Ghraib, un responsable de una milicia sunita que luchaba contra Al Qaida murió en un atentado que dejó otros dos heridos, según un responsable del ministerio de Defensa.
En total, unas 38 personas murieron y 127 resultaron heridas en atentados en Irak este domingo, lo cual lo convierte en la jornada más mortífera desde el fin de la "misión de combate" del ejército estadounidense, que se centra ahora en la formación de las fuerzas de seguridad locales.
Según cifras oficiales iraquíes, julio y agosto fueron los meses más mortíferos para la población desde 2008.
Los ataques alimentan las dudas sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes de proteger solas su país. Todavía pueden solicitar la ayuda del ejército estadounidense, pero estos 50.000 militares que siguen desplegados en Irak tendrán que abandonar el país a finales de 2011.
