Se trata de la segunda serie de atentados contra los chiitas en tres días. El martes, al menos 12 personas murieron y 50 quedaron heridas en atentados cerca de los lugares de culto chiita en Bagdad. En lo que va de mes han muerto 154 personas, según un recuento de la AFP.
En la ciudad de Hilla, a 95 km al sur de Bagdad, dos bombas estallaron el jueves al paso de un grupo de peregrinos chiitas, matando a 33 personas e hiriendo a 166, indicaron la policía y un médico.
Las fuerzas de seguridad prohibieron el acceso al lugar del atentado e instalaron retenes varios puntos de la ciudad para revisar los coches, informó un periodista de la AFP, quien aseguró que los comercios de los alrededores habían cerrado sus puertas.
En la ciudad santa chiita de Kerbala, un poco más al sur, un coche bomba estalló bajo un puente, matando a cinco personas e hiriendo a otras 13, según un responsable de la policía y un médico.
Por otra parte, un ataque con un coche bomba contra una patrulla militar en Faluya, al oeste de Bagdad, dejó tres soldados muertos, y siete heridos.
En Mosul (norte), un policía y un civil murieron y dos policías resultaron heridos en un atentado similar contra una patrulla policial, según fuentes medicas y de la seguridad.
Otras dos personas perecieron en atentados diferentes cerca de Bagdad.
Cada año, millones de chitas van en peregrinaje a Kerbala para celebrar allí la fiesta del Ashura, que conmemora el martirio del imán Husain, nieto del profeta Mahoma, que murió en 680 Kerbala.
Este año, aunque murieron tres peregrinos murieron y 35 fueron heridos en atentados, las celebraciones que duran hasta el domingo han sido relativamente menos violentas con respecto a años pasados.
Pero los atentados de esta semana ponen en cuestión una vez más la capacidad de las fuerzas de seguridad para garantizar la estabilidad del país, que se repone apenas de un sangriento conflicto internacional.
Los combatientes del Estado islámico en Irak, rama de Al Qaida en el país, tratan frecuentemente de desestabilizar el gobierno del chita Nuri al Maliki a través de violentos ataques contra las fuerzas de seguridad y la comunidad chiita, mayoritaria en Irak.
La violencia es prácticamente diaria en Irak, pese a que ha disminuido considerablemente desde el conflicto confesional de 2006-2008.
En diciembre de 2011, Estados Unidos retiró sus últimas tropas de Irak después de una presencia de casi nueve años tras la invasión del país en 2003 y el derrocamiento del presidente Saddam Husein.
En la ciudad de Hilla, a 95 km al sur de Bagdad, dos bombas estallaron el jueves al paso de un grupo de peregrinos chiitas, matando a 33 personas e hiriendo a 166, indicaron la policía y un médico.
Las fuerzas de seguridad prohibieron el acceso al lugar del atentado e instalaron retenes varios puntos de la ciudad para revisar los coches, informó un periodista de la AFP, quien aseguró que los comercios de los alrededores habían cerrado sus puertas.
En la ciudad santa chiita de Kerbala, un poco más al sur, un coche bomba estalló bajo un puente, matando a cinco personas e hiriendo a otras 13, según un responsable de la policía y un médico.
Por otra parte, un ataque con un coche bomba contra una patrulla militar en Faluya, al oeste de Bagdad, dejó tres soldados muertos, y siete heridos.
En Mosul (norte), un policía y un civil murieron y dos policías resultaron heridos en un atentado similar contra una patrulla policial, según fuentes medicas y de la seguridad.
Otras dos personas perecieron en atentados diferentes cerca de Bagdad.
Cada año, millones de chitas van en peregrinaje a Kerbala para celebrar allí la fiesta del Ashura, que conmemora el martirio del imán Husain, nieto del profeta Mahoma, que murió en 680 Kerbala.
Este año, aunque murieron tres peregrinos murieron y 35 fueron heridos en atentados, las celebraciones que duran hasta el domingo han sido relativamente menos violentas con respecto a años pasados.
Pero los atentados de esta semana ponen en cuestión una vez más la capacidad de las fuerzas de seguridad para garantizar la estabilidad del país, que se repone apenas de un sangriento conflicto internacional.
Los combatientes del Estado islámico en Irak, rama de Al Qaida en el país, tratan frecuentemente de desestabilizar el gobierno del chita Nuri al Maliki a través de violentos ataques contra las fuerzas de seguridad y la comunidad chiita, mayoritaria en Irak.
La violencia es prácticamente diaria en Irak, pese a que ha disminuido considerablemente desde el conflicto confesional de 2006-2008.
En diciembre de 2011, Estados Unidos retiró sus últimas tropas de Irak después de una presencia de casi nueve años tras la invasión del país en 2003 y el derrocamiento del presidente Saddam Husein.