
Hombres armados en Bengasi, Libia
Estos combates se libraron una semana después de los enfrentamientos entre manifestantes antimilicias y una brigada proislamista en Bengasi, cuna de la contestación que provocó la caída del régimen de Muamar Gadafi.
Comenzaron el viernes por la noche. Desde las 04H00 (02H00 GMT) se escuchaban intensos tiroteos y explosiones cerca del cuartel general de las fuerzas especiales del ejército y en el barrio Al Lithi, en la carretera del aeropuerto, constataron un periodista de la AFP y varios testigos.
En su página de Facebook, las fuerzas especiales indicaron que luchaban con armas ligeras y disparos de cohetes contra un grupo "fuera de la ley".
Inicialmente informaron de tres muertos en sus filas y de dos heridos, y afirmaron que las víctimas murieron cuando "defendían la legitimidad del Estado con valentía y honor".
Más tarde, anunciaron que dos soldados fueron "liquidados" por un "grupo de apóstatas", términología con la que se refieren a extremistas islámicos.
Las fuerzas especiales previnieron de que tomarían "como objetivo a cualquiera que dispare contra ellas", una semana después de los enfrentamientos entre manifestantes y milicianos que se saldaron con 31 muertos y un centenar de heridos. Los milicianos se vieron forzados a abandonar su cuartel general, bajo la presión de las autoridades y de las protestas.
El jefe interino del Estado Mayor, Salem al Konidi, advirtió el viernes por la noche del riesgo de un "baño de sangre" y una "catástrofe" en Bengasi, en declaraciones a la cadena de televisión Al Aseema.
"Si las fuerzas especiales son atacadas, habrá un baño de sangre (...) Podría haber una catástrofe en Bengasi", previno Konidi, quien afirmó no conocer a los asaltantes ni sus motivos.
El viernes al anochecer, decenas de hombres, que afirman ser manifestantes pacifistas, obligaron a una brigada de exrebeldes, la "Primera brigada de infanfería", a abandonar su base de Bengasi e incendiaron dos de sus vehículos. El jefe del Estado Mayor dijo haber ordenado el desalojo para preservar vidas.
Según un testigo en el lugar de los hechos, los manifestantes dispararon al aire y lanzaron un cohete contra el muro exterior del cuartel, sin causar víctimas.
La "Primera Brigada de Infantería" está integrada por exrebeldes que combatieron el régimen de Muamar Gadafi en 2011 y asegura actuar a las órdenes del ministerio de Defensa.
Luego los manifestantes atacaron una comisaría, locales de la guardia fronteriza y otro edificio administrativo de la "Primera brigada de infantería", contaron testigos.
El pasado fin de semana, "Escudo de Libia", otra brigada proislamista que afirma depender del ministerio de Defensa, también fue blanco de ataques de manifestantes antimilicias y se vio obligada a evacuar su cuartel general.
Los manifestantes dicen que quieren expulsar a las "milicias" armadas de su ciudad pero niegan estar implicados en los enfrentamientos del viernes por la noche y del sábado por la mañana. Acusan a "Escudo de Libia" y a otros grupos islamistas de haber movilizado a sus miembros para vengar su "derrota" del pasado fin de semana.
Las autoridades, que tienen dificultades para formar un ejército y una policía profesionales, recurren regularmente a exrebeldes para garantizar la seguridad en las fronteras o interponerse en los conflictos tribales.
El nuevo poder en Libia no ha logrado desarmar y disolver a estos grupos de exrebeldes que hacen la ley en el país e intentan legitimar a algunos de ellos a pesar de la oposición de una gran parte de la población.
Comenzaron el viernes por la noche. Desde las 04H00 (02H00 GMT) se escuchaban intensos tiroteos y explosiones cerca del cuartel general de las fuerzas especiales del ejército y en el barrio Al Lithi, en la carretera del aeropuerto, constataron un periodista de la AFP y varios testigos.
En su página de Facebook, las fuerzas especiales indicaron que luchaban con armas ligeras y disparos de cohetes contra un grupo "fuera de la ley".
Inicialmente informaron de tres muertos en sus filas y de dos heridos, y afirmaron que las víctimas murieron cuando "defendían la legitimidad del Estado con valentía y honor".
Más tarde, anunciaron que dos soldados fueron "liquidados" por un "grupo de apóstatas", términología con la que se refieren a extremistas islámicos.
Las fuerzas especiales previnieron de que tomarían "como objetivo a cualquiera que dispare contra ellas", una semana después de los enfrentamientos entre manifestantes y milicianos que se saldaron con 31 muertos y un centenar de heridos. Los milicianos se vieron forzados a abandonar su cuartel general, bajo la presión de las autoridades y de las protestas.
El jefe interino del Estado Mayor, Salem al Konidi, advirtió el viernes por la noche del riesgo de un "baño de sangre" y una "catástrofe" en Bengasi, en declaraciones a la cadena de televisión Al Aseema.
"Si las fuerzas especiales son atacadas, habrá un baño de sangre (...) Podría haber una catástrofe en Bengasi", previno Konidi, quien afirmó no conocer a los asaltantes ni sus motivos.
El viernes al anochecer, decenas de hombres, que afirman ser manifestantes pacifistas, obligaron a una brigada de exrebeldes, la "Primera brigada de infanfería", a abandonar su base de Bengasi e incendiaron dos de sus vehículos. El jefe del Estado Mayor dijo haber ordenado el desalojo para preservar vidas.
Según un testigo en el lugar de los hechos, los manifestantes dispararon al aire y lanzaron un cohete contra el muro exterior del cuartel, sin causar víctimas.
La "Primera Brigada de Infantería" está integrada por exrebeldes que combatieron el régimen de Muamar Gadafi en 2011 y asegura actuar a las órdenes del ministerio de Defensa.
Luego los manifestantes atacaron una comisaría, locales de la guardia fronteriza y otro edificio administrativo de la "Primera brigada de infantería", contaron testigos.
El pasado fin de semana, "Escudo de Libia", otra brigada proislamista que afirma depender del ministerio de Defensa, también fue blanco de ataques de manifestantes antimilicias y se vio obligada a evacuar su cuartel general.
Los manifestantes dicen que quieren expulsar a las "milicias" armadas de su ciudad pero niegan estar implicados en los enfrentamientos del viernes por la noche y del sábado por la mañana. Acusan a "Escudo de Libia" y a otros grupos islamistas de haber movilizado a sus miembros para vengar su "derrota" del pasado fin de semana.
Las autoridades, que tienen dificultades para formar un ejército y una policía profesionales, recurren regularmente a exrebeldes para garantizar la seguridad en las fronteras o interponerse en los conflictos tribales.
El nuevo poder en Libia no ha logrado desarmar y disolver a estos grupos de exrebeldes que hacen la ley en el país e intentan legitimar a algunos de ellos a pesar de la oposición de una gran parte de la población.