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Política
Miembros y simpatizantes del NPD
Los diputados votaron una modificación de la Ley fundamental alemana, la Constitución democrática de la posguerra, para excluir del sistema de financiamiento público a los partidos hostiles.
Esta medida busca afectar financieramente al Partido Nacional-Demócrata de Alemania (NPD), formación de extrema derecha radical de Alemania.
"El Estado no debe financiar a los que buscan eliminarlo", dijo antes de la votación el diputado conservador Volker Ullrich (CDU-CSU).
Más de dos tercios de los diputados votaron a favor de esta medida.
El proyecto era apoyado por los partidos de la coalición gubernamental formada por los conservadores de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas.
La oposición, compuesta por la izquierda radical y los ecologistas, expresó reservas durante los debates en nombre de la defensa de la pluralidad política y del respeto de la democracia.
En enero, la Corte constitucional, la más alta jurisdicción alemana, rechazó por segunda vez en 15 años una demanda de prohibición, argumentando la baja aceptación del movimiento y el peligro muy limitado de la formación de extrema derecha.
Pero sugirió al mismo tiempo que la prohibición del financiamiento público, podría ser legal.
El NPD tiene menos de 6.000 miembros y el año pasado perdió sus últimos representantes en un parlamento regional. Pero sigue teniendo representantes locales.
Objeto de vigilancia de la inteligencia interior desde hace años, es considerado por la mayoría de la clase política alemana como un receptáculo para los grupúsculos neo-nazis atraídos por la violencia antisemita y xenófoba.
Lanzado en 2013, el partido de derecha nacionalista, Alternativa para Alemania (AfD), logró apoyo con un discurso antiislamista y antiinmigración, sin compartir sin embargo el sulfuroso pasado del NPD.
AfD logró un auge espectacular el año pasado a causa de las inquietudes de la opinión frente a la llegada de más de un millón de demandantes de asilo en 2015 y 2016, pero está en repliegue por debajo del 10%.
Esta medida busca afectar financieramente al Partido Nacional-Demócrata de Alemania (NPD), formación de extrema derecha radical de Alemania.
"El Estado no debe financiar a los que buscan eliminarlo", dijo antes de la votación el diputado conservador Volker Ullrich (CDU-CSU).
Más de dos tercios de los diputados votaron a favor de esta medida.
El proyecto era apoyado por los partidos de la coalición gubernamental formada por los conservadores de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas.
La oposición, compuesta por la izquierda radical y los ecologistas, expresó reservas durante los debates en nombre de la defensa de la pluralidad política y del respeto de la democracia.
En enero, la Corte constitucional, la más alta jurisdicción alemana, rechazó por segunda vez en 15 años una demanda de prohibición, argumentando la baja aceptación del movimiento y el peligro muy limitado de la formación de extrema derecha.
Pero sugirió al mismo tiempo que la prohibición del financiamiento público, podría ser legal.
El NPD tiene menos de 6.000 miembros y el año pasado perdió sus últimos representantes en un parlamento regional. Pero sigue teniendo representantes locales.
Objeto de vigilancia de la inteligencia interior desde hace años, es considerado por la mayoría de la clase política alemana como un receptáculo para los grupúsculos neo-nazis atraídos por la violencia antisemita y xenófoba.
Lanzado en 2013, el partido de derecha nacionalista, Alternativa para Alemania (AfD), logró apoyo con un discurso antiislamista y antiinmigración, sin compartir sin embargo el sulfuroso pasado del NPD.
AfD logró un auge espectacular el año pasado a causa de las inquietudes de la opinión frente a la llegada de más de un millón de demandantes de asilo en 2015 y 2016, pero está en repliegue por debajo del 10%.
